⪼ En un mundo donde el dolor y la desesperanza parecen no tener fin, Beomgyu enfrenta una rutina diaria marcada por la crueldad y el desprecio. La constante humillación y el vacío emocional lo han llevado al borde de la desesperación, donde la lucha...
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Taehyun llegó al colegio justo cuando el incendio comenzó a propagarse. El humo negro salía por las ventanas, y el sonido de las sirenas de bomberos llenaba el aire.
─ ¿Q-qué es esto? ─ preguntó Taehyun al ver el humo y las llamas envolviendo el colegio.
─ ¿Beomgyu? ¿Dónde está Beomgyu? ─ gritó Taehyun, su corazón estaba acelerado mientras veía el humo y las llamas envolver el edificio.
Buscó entre la multitud por un largo tiempo, incluso le preguntó a varias personas si lo habían visto.
─ ¡Yeonjun! ─ gritó Taehyun al verlo.
─ ¿Qué le hiciste a Beomgyu? ¿Dónde está? ─ exigió, su voz estaba llena de preocupación y rabia.
─ ¿Yo? ¿Por qué debería saber dónde está ese perdedor? ─ respondió Yeonjun con una sonrisa sarcástica.
Taehyun, furioso, empujó a Yeonjun con fuerza, haciendo que este lo mirara con desagrado.
─ ¿Y a este qué le pasa? ─ dijo Yeonjun, observando cómo Taehyun corría hacia el edificio en llamas.
Un bombero notó a Taehyun corriendo hacia el edificio en llamas y rápidamente se dirigió hacia él para detenerlo.
─ ¿Qué haces? ─ le gritó el bombero, tratando de sujetar a Taehyun.
─ ¡Suéltame! ─ dijo Taehyun mientras lloraba, intentando liberarse.
─ ¡No puedes entrar! ─ gritó el bombero, sujetando con firmeza a Taehyun. ─ Es demasiado peligroso.
Ágilmente, Taehyun se soltó y corrió al edificio en llamas, sintiendo cómo el humo se colaba en sus pulmones.
─ ¡Alguien entró! ─ gritó el bombero cuando vio a Taehyun adentrándose en el edificio en llamas.
Un grupo de bomberos rápidamente se dirigió hacia la entrada, pero Taehyun había desaparecido en la densa nube de humo. El equipo se adentró con cautela, tratando de localizarlo, mientras las llamas se volvían más intensas y el humo se espesaba.
Taehyun estaba perdido en medio del humo denso, sin poder ver ni respirar bien. La desesperación de no poder encontrar a Beomgyu lo invadía, y sentía que el tiempo se le escapaba.
No sabía bien dónde estaba; había tanto humo que apenas podía distinguir su entorno. El calor comenzó a intensificarse, y lo único que podía ver era fuego y sombras danzantes en medio de la oscuridad.
