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*Quisiera ser el suelo que pisas,
La fuerza que te empuja a vivir.
Y estar ahí, dentro de ti*

Anahí comenzó a caminar por el pasillo y Alfonso la siguió,

- Anahí: Sé que tenemos que hablar con él, pero...
- Alfonso: ¿Pero...?
- Anahí: Supongo que podemos esperar un tiempo más,
- Alfonso: ¿Cuánto tiempo más quieres esperar?
- Anahí: No sé, tengo que buscar las palabras adecuadas para decírselo,
- Alfonso: Tenemos, yo también quiero estar ahí,
- Anahí: Deja que se recupere un poco más,
- Alfonso: Mientras más tiempo esperemos será peor,
- Anahí: Pero es un niño,
- Alfonso: Sí, y estoy seguro que lo va a entender, es inteligente,
- Anahí: Eso no me lo tienes que decir, es mi hijo,
- Alfonso: Y también el mío,
Anahí suspiró y se quedó en silencio,
- Alfonso: ¿Y?
Anahí lo miró,
- Anahí: ¿Te parece si mañana hablamos con él?
- Alfonso: ¿Mañana?
- Anahí: Yo encantada no le diría, así que si no quieres...
- Alfonso: No, mañana está bien,
Miró a Anahí con una sonrisa en la cara y ella corrió la vista,

- Anahí: ¿A qué hora te vas a ir?
- Alfonso: ¿Tan poco me soportas?
- Anahí: No es eso.
Lo miró nuevamente,
- Anahí: La hora de visita ya terminó y hoy creo que fue un día difícil para los dos,
- Alfonso: Supongo que tienes razón, pero antes de irme me gustaría despedirme de Miguel ¿Crees que se pueda?

Anahí asintió con la cabeza y comenzó a caminar, al llegar al cuarto de Miguel la enfermera ya se había retirado y él se estaba quedando dormido, pero al sentir la puerta se despertó, los miró y Alfonso se acercó a él,

- Alfonso: Ya me voy,
- Miguel: Mañana vienes ¿Verdad?
- Alfonso: Antes de que despiertes voy a estar aquí,
- Miguel: Eso espero, o si no penitencia,
Alfonso le sonrió,
- Alfonso: Pórtate bien,
- Miguel: No me queda de otra, no se puede hacer mucho acá,
- Alfonso: Bueno, cuando salgas de aquí vas a poder seguir haciendo travesuras como siempre,
Miguel se rió y cerró los ojos,
- Miguel: Buenas noches,

Alfonso le dio un beso en la frente, luego volteó para salir y vio a Anahí parada en la puerta con los ojos brillosos a punto de llorar, él se acercó a ella y se miraron,

- Alfonso: ¿Te vas a quedar hoy también?
Anahí asintió con la cabeza,
- Alfonso: Y... ¿No prefieres que me quede yo? Te ves cansada,
- Anahí: No, prefiero yo estar con él,
- Alfonso: Cualquier cosa me llamas
- Anahí: Gracias,
- Alfonso: No me lo agradezcas, hago lo que cualquier padre haría,
- Anahí: Hasta mañana,

Se quitó de la puerta para que él pudiera pasar y salir.

Alfonso llevó a Mayra hasta su casa y luego regresó a la de él para descansar, pero por más que intentó dormir no pudo, la noche se le hizo eterna entre vueltas y vueltas. Cuando llegó la mañana siguiente a la clínica y entró al cuarto de Miguel, él aún dormía y Anahí cabeceaba sentada en el sillón, se acercó a ella y la miró detenidamente, le corrió un mechón de la cara y ella se sobresaltó, lo miró y se enderezó,

- Anahí: ¿Qué hora es?
- Alfonso: Todavía es temprano,
Anahí miró la hora,
- Alfonso: Te traje este sándwich y este jugo, supuse que tendrías hambre,

Anahí lo miró, tenía hambre, pero no le servía de nada comer porque todo terminaba devolviéndolo, sobretodo en las mañanas cuando tenía el estómago más sensible y las náuseas y mareos se le hacían insoportables, recibió el sándwich y el jugo y lo dejó sobre el buró,

- Anahí: Gracias,
- Alfonso: ¿Y no te lo vas a comer?
- Anahí: Al rato, ahora no tengo hambre,

Se levantó del sillón, pero un mareo la obligó a sentarse nuevamente, cerró los ojos y apoyó la cabeza en el respaldo,

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