Realidad.

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"El tener que morir para que te valoren es un duro golpe de realidad y eso solo nos demuestra qué tan podrida está la sociedad."

Lith.

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10 de marzo, 2024.
New York, USA.

Lith Monserratte:

Dos años.

Estuve en coma por dos largos años.

La última vez que fuí conciente de mí misma fue uno de los peores días de mi miserable existencia y, ahora resulta que perdí dos años de mi vida porque mi subconsciente estaba dormida.

No despertabas porque no querías hacerlo, de hecho, me pareció sumamente extraño que despertaras así tan de repente.

Eso fué lo que el gorila gigante me dijo ese día en la habitación.

Ahora tengo casi 21 años y no 18.

Es increíble pero el dolor constante del alma puede traer grandes consecuencias, pueden ser buenas o malas, pero trae consecuencias.

¿Y mi constante sufrimiento qué causó?

Que miles de grietas se abrieran en mi corazón, el desmayo, el golpe de mi cabeza contra el filo de un escalón; y un largo período de tiempo en el que solo fuí un cuerpo que vivía artificialmente.

Mi dolor emocional fué más fuerte que mis ganas de vivir. Y cuando mi corazón se cansó de tanto dolor, quiso un descanso. Así que mi subconsciente me sumergió en un limbo tan placentero que no quería salir de allí. Era... Era como si, por fin pudiera descansar en paz.

¿Eso era morir?

El deje de sufrimiento era como un fresco ungüento para mi alma. Y a pesar de que estaba flotando en una nube siempre escuché las voces de súplica de mi familia.

Pero yo nunca quise despertar. Hasta que en un momento dado, hubo paz y silencio. Ese —creo— que fué el momento exacto de mi muerte.

— Técnicamente moriste porque tu corazón se detuvo, pero Kat fué rápida a la hora de reanimarte. Así que sí, Lith, moriste. Pero te revivieron.

Eso fué lo que dijo Hugo cuando le pregunté el por qué de que mi familia pensara que estaba muerta.

Él me mostró un montón de imágenes de mi funeral, en esa pantalla gigante que estaba en el centro de la habitación a la que me llevó. Yo ví como mi padre—mi querido padre que siempre hizo un esfuerzo por nosotras — se rompía entre llanto, como su presión arterial se disparó a causa de su avanzada edad.

Ví como mi madre, a pesar que de no fue muy buena conmigo, no pudo ir a despedirme. Sus nervios estaban demasiado alterados, sus ataques de pánico cada que escuchaba el timbre de un celular la hicieron permanecer oculta en su habitación. Cuando estuve en el hospital tampoco me veía muy a menudo porque la culpa no la dejaba respirar, recitaba en cada uno de sus ataques querer ver a su pequeña. Quererme a mí.

También ví a mi hermana— o la sombra de lo que alguna vez fué —. Ya no se arregla, vive solo para lamentarse por mi muerte. Desde que caí en coma lo único que hizo fué llorar junto a mamá. Cuidar de nuestros padres hasta que mi muerte los rompió. A los tres.

Liberada [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora