XVII

30 4 1
                                    


CAPITULO 17


-Estamos entrando al mes de noviembre-Jen me extiende el vaso de agua que le pedí- ya tres meses charlando conmigo, coméntame que avances puedes observar.

-Uff, por donde iniciar-miro mis manos con nerviosismo

-Se que hay muchas cosas que todavía debemos trabajar, sanar y mejorar, pero noto mucha evolución en tú vida Mía, es sorprendente, pero necesito escucharlo de ti, que tu puedas darte cuenta de eso.

-Irme de la casa de mis padres ha sido lo mejor que me pudo ocurrir, no te voy a negar que todavía me siento avergonzada por estar en esa casa, no son mi familia, simplemente soy la enamorada de su hijo, y ellos me tienen un aprecio muy grande, es demasiado lo que hacen por mi, varias veces conversé con Estela, o Peter, comentando que no es necesario que esté tanto tiempo en su casa, que me dejen ayudar aunque sea con un ingreso.

-¿Y ellos que te han respondido?

Suelto un suspiro y sonrío un poco, cada vez que recuerdo las respuestas que me daban, mis ojos se llenan de lágrimas, nunca dejaron que me creyera cada pensamiento que cruzaba por mi mente.

-Que soy la hija que no tuvieron-sonrío al recordarlo-Peter dijo que ni se me pasara por la cabeza que me permitiría volver al lugar donde me lastimaron tanto, no va a permitir que este en peligro física y mentalmente, que si necesito estaré una semana más o un año más, lo que haga falta, no debo preocuparme por el dinero porque a ellos no les hace falta, además, debo permitirles bendecir mi vida.

-Guau, eso fue profundo.

-Si, Estela...-trago el nudo que se me forma en la garganta-Ella también lo sabe, supongo que se dio cuenta cuando escuchó a Peter hablar, como lo hacía, vino llorando hacia mi y me dio el abrazo más largo que tuvimos, simplemente no esperaba eso.

-¿No esperabas las reacciones de ellos ante tu suceso? ¿Qué esperabas?

-No, no lo esperaba, creí que iban a preguntarme cómo sucedió, si justo me estaba retando Daniel o yo provoque la pelea para que me golpeara.

-Nada justifica un abuso Mia.

-Eso ahora lo sé, pero antes no lo sabía, mi madre se encargó de hacerme creer que yo tengo la culpa de las discusiones, que no soy lo suficientemente perfecta como hija, y que a raíz de eso, ocurre la violencia, ya que nunca admitió que su esposo abusó de mi.

-¿Supiste algo de ellos?

-No mucho, no le pido mucha información a Sami, solo que les dio igual mi ausencia, y de cierta forma se pusieron contentos de no seguir manteniendo a una desgracia como yo, supuestamente ellos obvio-aclaro antes-De igual forma, Sami ya está notando indiferencia de ellos con ella, apenas le hablan y están metidos en su mundo, Daniel sigue emborrachándose y por las noches lo único que tiene es encerrarse en su habitación.

-Que tristeza.

-En fin, eso por un lado, ya puedo dormir y respirar con tranquilidad, cada vez noto que le tengo menos miedo a los hombres, o a estar sola con ellos, era esa sensación de malestar, incomodidad profunda hasta pánico, ya no lo siento tan seguido con los hombres que me rodean, es algo que trabajo día a día, cada día que me levanto, como me aconsejaste.

-Me parece perfecto eso, iniciar el día mentalizándote y declarando bienestar para tu día.

-Si-me quedo en silencio y miró alrededor, esperando que ese tema no se toque.

-¿Cómo vamos con la pornografía?

Yo suelto un suspiro y me muevo incómoda en mi lugar, aun no me acostumbro a decirlo tan suelto como Jen lo dice, es algo que me trae profunda vergüenza, una etapa que quisiera borrar de mi memoria, una mancha que cuesta salir.

DIGNA (proceso de edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora