SUBASTA : 𝘉𝘢𝘬𝘶𝘥𝘦𝘬𝘶 ★【No finalizada】

4:: El acto de ojos carmesin.

La mañana siguiente no fue la mejor, chicos desconocidos los despertaron y por lo que parecía era temprano.

Tallo sus ojos y luego miró el lugar donde estaba, recordó lo ocurrido y no sabía cómo sentirse, de pronto, vio como alguien colocaba un plato de comida adelante de él.

"El desayuno" pensó, comenzó a comer lentamente, los demás hombres se retiraban quedando solo cinco y en cada punta del lugar.

Subió su mirada y se encontró con un chico de cabello castaño, sus ojos eran rojos y traía lentes negros.

— Buenos días, soy el responsable del lugar, diganme Misura, se que todos se preguntan porque están aquí -. Algunos lo miraban con rencor mientras el hablaba y otros con miedo .— la respuesta es fácil.

Pauso un momento, ¿Que era tan difícil de decir?, parecía hasta con pena de hacer esto y no se veía mayor, era de unos veinte y algo.

— Está noche, habrá una fiesta donde los invitados se cubrirán con una máscara para evitar su edentidad, y eso los incluye -. Explico, ¿porque participarían de una fiesta .— Su trabajo es sencillo, se colocaran los trajes de los vestidores y lo demás dejenselo al público, gracias -. Con eso se retiro, ¿al público? ¿Cual era la referencia?

Izuku siguió comiendo y luego se acostó de nuevo, los hombres salieron y los dejaron solos cosa que lo tranquilizo.

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La tarde transcurrió e iba desesperada, cada vez más las víctimas  se desesperaban por lo que iba a ocurrir.

No sabían cual era el punto de los desconocidos y que les podían hacer, quizás y los usaban de forma desagradable.

— Denki cálmate, Jirou tu también, todo estará bien se los prometo, no se alteren -. Trataba de ayudar el pecoso pero no servía, los dos chicos estaban asustados.

De forma repentina alguien entró sin avisar.

— Por ordenes, coloquense sus ropas en orden, formen fila, la fiesta comenzará en dos horas. -. Dijo y salió, al parecer, era seguridad de la puerta, los chicos no tuvieron opción.

Todos hicieron fila tal como se dijo y pasaron, el primero en pasar fue el chico rubio de ojos celestes opaco y al minuto...se escucho un grito.

— ¿¡QUE MIERDA ES ESTO!? ¡NO LO USARE!, ¡NO!, PASENME UNA MANTA DIOS! -. Grito poniéndose histérico, una chica le paso una manta y este salio muy enojado, todos le miraron pero siguieron entrando.

De inmediato, entendieron el enojo del chico.

Las ropas, ESAS ROPAS, ¡que había visto antes!, no creyeron que era de su pertenencia y ahora lo era.

Mostraba todo su cuerpo, solo cubría sus partes privadas y tenía lazos o decoraciones por lo descubierto.

¡Horrible!, se sentía horrible, y cuando llegó el turno de Izuku ni hablar, le causó una gran inseguridad y rápido se tapo.

Se tapo rápido, porque desde las diez personas que ya habían pasado entendieron que todas pedirían algo para taparse así que cada que alguien entraba mantenían una manta.

Así siguieron e Izuku no entendía nada, sus ropas fueron retiradas por algo horrible y espantoso.

Pero el fue ingenioso, se paro e hizo lo siguiente: puso su remera y pantalones de nuevo sobre el traje, en ese caso, sería más cómodo.

Sus nuevos amigos lo miraron y repitieron la acción, llegando a la mayoría, ingenioso.

Alguien entró y los observo, una chica levantó un poco su remera para que entendiera que los trajes estan abajo y el asintio