Izuku se dirigió a Bakugo, habían pasado solo dos días y veía muchos cambios, sin embargo, quería ayudar en esos y acercarse más al rubio.
Porque sí, se decidio que si intentaría acercarse, si se lo ponía a pensar, lo que decía Kendo tenía mucho sentido y sinceramente debía y necesitaba estar con él.
Le daba un poco de miedo ya al saber de que trabajaba, pero tenía que ignorarlo un poco, puesto que si no, no podría acercarse hacia él.
Según uno de los consejos de Kendo, era que sea más amable con él y no preste tanta atención a Camie, que ella era una distracción para él.
Es por eso que ahora estaba en una sala, completamente diferente a otra parte de la casa, esta era grande, luces cálidas, había un sillón rojo que era donde descansaba con los ojos cerrados el cenizo y él por detrás.
La pelinaranja le hizo señas de alentación y se fue, ya estando solos, se acercó a paso lento, hasta llegar a su lado, sin esperar lo que pasaría después.
El rubio lo tomó por la cintura y lo sento a su lado, si no fuera porque calculo los movimientos podría haber dado un mal movimiento que lo haría torcer.
— ¿Que haces aqui? -. Le pregunto sin siquiera verlo del todo, a lo que tuvo que inventar una respuesta.
— Ahm... te esta-.. te quería buscar. -. Se excuso con nerviosismo, necesitaba la ayuda de Kendo, no tenía idea de que hacer en ese momento y el rubio solo lo miraba.
— ¿Y bien?
— Ahm... -. Pensó, no tenía nada ideado, justo en ese momento escucho como el teléfono del cenizo sonaba, este rápidamente lo tomo sin siquiera ver el nombre agendado y habló.
— ¿Qué? -. Pregunto de mala gana levantándose de su asiento. — Esto es una broma, ¿Verdad?.... ¡Maldición!, ese hijo de puta. -. Insulto, corto tan pronto como terminó de hablar.
Guardo el aparato en el bolsillo de su traje, volteo con un claro enojo hacia él, mirándolo con el ceño fruncido, el ojirubí sacó la vista, frustrado, al parecer había recordado su presencia.
— Vamos, ahora. -. Ordenó enojado, lo tomó por el brazo y salieron de la habitación. Yendo a la par encontraron a Kendo. — En la habitación. -. La chica asintió temerosa.
La pelinaranja lo llevaba hacia su cuarto, contando cosas y demás, cuando entraron esta cerró la puerta con una sonrisa timida.
— Hay algo que quiero darte. -. Dijo con la sonrisa en sus labios.
— ¿Que es?
La mujer sacó de su bolsillo una bolsita muy bonita y elegante, juntos, se sentaron uno frente al otro. Le extendió la pequeña bolsa, sin dudarlo la tomó en sus manos.
Metió su mano cuidadosamente, sintiendo una textura extraña y fría, sacó por completo el artefacto, notando unas pulseras de compartimiento, de amistad.
— ¡Son hermosas! -. Alago, colocándose una con tonos naranjas claros y oscuros, extendiendole una con verdes claros y oscuros de igual manera.
— Me alegro que te hayan gustado, las compre para que veas que puedes confiar en mi y seremos amigos apesar de todo. -. Confío, delicadamente la abrazo tranquilo.
En unos segundos se separo, jugo con la bolsita un poco nervioso, ya que la chica hizo lo que tenía que hacer, él debía preguntarle algo.
— ¿Que pasa? -. Pregunto acomodándose mejor en la cómoda cama.
— ¿Tú sabes.. por qué esa Camie estaba aquí? -. Devolvió la pregunta un poco temeroso.
— Claro que sí, no es nada personal, ¿Quieres saberlo? -. Asintió rápidamente, la chica río breve. — Camie es la "esposa" de un "amigo" de tu esposo, el señor Bakugo, aunque en realidad, Camie esta muy obviamente enamorada del señor Bakugo. Ignorando eso, cuando el amigo del señor Bakugo se va a un viaje lejos la deja con él, se nota como tu esposo esta cansado de eso pero simplemente lo acepta porque es su aliado. De igual manera, los he escuchado hablar cuando él señor le dijo a su amigo que debería tomar más responsabilidad de su esposa... ¡Pero bueno!, él señor Bakugo es de los que hacen las cosas rápido y son sinceros, así que algo estará planeando para luego "desaliar" a ese señor.
— ¿"Desaliar"? -. Pregunto extrañado por la palabra, riendo.
— ¡Es que no sabía como decirlo! -. Se justifico rápido la pelinaranja, al momento de terminar de hablar, la puerta se abrió de golpe, dejando ver a un cenizo muy malhumorado, Kendo rápidamente se levantó de la cama e hizo una reverencia.
— Vete. -. Ordenó, la chica susurro un "permiso" y se retiro, dándole una última mirada al peliverde, quien muy confundido ya estaba. La puerta se cerró tras él y, el ojirubí, firme, se acercó rápidamente.
Estaba casi por hablarle mal, pero recordo los consejos de Kendo, no podría desperdiciar la oportunidad y, por lo que sabia, el rubio era algo difícil y complicado, más con sus emociones, en sí tendría que fingir que trataba con una persona enferma, con paciencia.
— ¿Que ocurre? -. Pregunto sonriendo con sus labios, Bakugo no respondió. — Siéntate y hablamos. -. Ofrecio tocando las sábanas.
— ¿Por qué debería? -. Pregunto con claro enojo, el pecoso suspiro profundo al estar por responder.
— Si no tienes nada que decirme entonces vete o no me molestes, pero si tienes que decirme algo siéntate y respondo a lo que quieras. -. Insistió aún con su sonrisa y sus ojos cerrados, el contrario miro el lugar que le ofrecía y luego a él. De repente, sintió un peso frente a él, abrió los ojos con sorpresa, viendo al ojirubí incómodo pero serio, sonrío amablemente. — ¿Entonces?
— ¿Conoces a Yo Shindo?, un chico pelinegro, algo alto y estúpido, va a un universidad. -. Pregunto neutro, asintió lentamente un poco nervioso. — Ese idiota, ¿Que son? -. Pregunto otra vez.
Realmente no tenía problema en decirle que sí lo conocía, lo que de verdad le daba miedo era como reaccionaria Bakugo cuando se entere las intenciones de Yo Shindo hacia él, más por su personalidad y porque demostró ser una persona posesiva, o celosa. Trago duro antes de responder.
— No somos nada, en realidad, es un idiota, porque me ha pedido salir varias veces y porque es abusivo... coquetea con muchas personas y.. una vez intento besarme a la fuerza. -. Contó con su mano en la cabeza, viendo como el rostro de su pareja se enfurecia.
Estuvieron unos minutos en silencio, es decir, en realidad él, porque el otro estaba muy ocupado mientras hablaba por teléfono, duró así como por veinte minutos. Cuando corto, se atrevió a preguntar.
— ¿Como lo conoces y por qué me preguntas por él? -. Hablo, el cenizo lo miro sin expresión alguna.
— No tengo porque contestarte eso. -. Se excuso, pero, Izuku recordaba las veces que Bakugo le dijo que por ser su esposo él podía hacer tal cosa, y ahora lo usaría a su favor.
— Soy tu esposo, puedo y tengo derecho de saber de lo que haces. -. Contesto desafiante, su pareja, noto el trato que hacía, por lo que no tenía otro remedio que responder. Se tocó el puente de la nariz.
— Ese idiota trabajaba para mi, se supone que debería de haber hecho algo por mí, pero el imbecil me traiciono y le dijo a uno de mis enemigos lo que yo planeaba, ademas de que se metia para vender drogas. -. Explico estresado, el peliverde no tenía palabras para explicar su rostro en ese momento.
¿Que hubiera pasado si al final aceptaba darle una oportunidad a ese chico?
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¡HOLA!
De verdad perdón por no actualizar por un mes, alguien en los comentarios del capitulo anterior me dijo que me tomara el tiempo que quiera y me lo tome un poquitito literal.
¿Que piensan sobre Yo Shindo?, ¿Que creen que pasará después?, ¿ideas?
Si nadie me contesta voy a quedar asi: 🤡
¡En fin!, los veo en el capítulo que viene, estoy emocionada por el siguiente aunque no tengo ni idea de que haré, porfavor apoyen esta historia. Los quiero, adioss.
Bye bye! ✨️🤺
≠ Jzluyism02
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SUBASTA : 𝘉𝘢𝘬𝘶𝘥𝘦𝘬𝘶 ★【No finalizada】
Romance꒰ Izuku es un chico de 18 casi 19 años, su vida no era lujosa, su madre tenía algunos problemas con el dinero, sin embargo, aún así es feliz. Lo que no espero es de un día para otro ser vendido a un mafioso en una subasta. ꒱ 📖 ACTUALIZACIONES RAPID...