8:: El exterior

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Bakugou estaba enojado por el suceso de ayer, planeaba sacarlo a algún lugar pero con lo que había causado se había arrepentido.

Estaba seguro de que si salían el peliverde podría escapar, debía de alguna manera dejarle en claro que de él no se deshaceria nunca.

Camino dudoso hasta la habitación donde se encontraba el chico, al abrir la puerta no pudo visualizar a este en su cama como de costumbre.

Cerró la puerta y miró a los alrededores, Izuku estaba sentado en el marco de la ventana, mirando muy riesgosamente el paisaje.

Asustado, corrió rápido hacia él, tomándolo por la cintura y bajándolo sin soltarlo.

— ¿¡Que mierda intentabas hacer!? -. Pregunto alterado, el menor noto esa desesperación y solo pudo sostenerlo por los hombros.

— S-solo miraba... -. Respondió asustado, pero el rubio parecía no conformarse con esa respuesta .— Estaba aburrido, solo subí por curiosidad, de verdad. -. Juro con sus ojos bien abiertos.

El ojirubí solto un suspiro pesado, pero aliviado, el chico no entendía el porqué estaba tan preocupado, el mayor giro su cabeza mientras inhalaba y exhalaba.

Aun confundido, se asomo con una expresión desentendida.

— ¿Bakugou? -. Pregunto, el mencionado miro neutral y luego volteo a verlo.

— Cerraré esa ventana. -. Dijo decidido, el peliverde abrió sus ojos como platos, su única luz, que le hacía saber en qué tiempo estaba, ahora estaría completamente cerrada, como si estuviera sellada.

— ¡No!, ¡No puedes hacer eso!, ¿¡Como pretendes de que sepa en que parte del día estoy!? -. Le reclamo indignado.

— Un reloj. -. Respondió con simplesa, ganándose una sujetada en el cuello de su traje, mirando hacia abajo por la diferencia de altura, antes de que pudiera reaccionar, el otro hablo.

— Escúchame bien, haz lo que quieras en tu podrida vida, pero si se te ocurre negarme la vista del día, el que no verá el día denuevo serás tu, si soy tu "esposo" me trataras como se debe. -. Le ordenó con una mirada asesina, pero por dentro, tenía un nerviosismo inmenso al terminar sus palabras, ahora estaría muerto.

Pero en vez de que el rubio le gritara o agrediera, lo miro serio, sin enojo o burla.

— Bien. -. Contesto, el pecoso lo soltó y se cruzo de brazos .— ¿Que es lo que quieres exactamente?

— Quiero una vida normal. Si al menos no me dejas salir, por lo menos deja que vea el exterior. -. Dijo, el más alto le dio la espalda para dirigirse a la puerta.

— Bien. -. Respondió para desaparecer, apenas y este cerró la puerta, Izuku respiro denuevo, sintió como su vida le pasaba por los ojos.
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Izuku se miraba al espejo con la ropa que se había puesto, hace unos momentos había probado todo tipo de prendas pero ninguno le gustaba.

— Quizás tenga que pedirle ropa. -. Se dijo a sí mismo refiriéndose a Bakugou, justo en ese momento este entró.

Se exaltó por el nuevo presente en la habitación, el mayor lo miro de pies a cabeza, el atuendo que el chico vestía le definía su cuerpo.

— No puedes salir así. -. Le recordó señalandolo, el peliverde se cruzo se brazos soltando un suspiro cansado.

— No es como que pueda salir.

— Eso cambiará. -. Dijo, dándole esperanza a su esposo .— No te dejare ir, tendrás una nueva rutina -. Las esperanzas se fueron volando en ese momento

SUBASTA : 𝘉𝘢𝘬𝘶𝘥𝘦𝘬𝘶 ★【No finalizada】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora