Matrimonio Arreglado

Capítulo 4

El sonido de una puerta abrirse llamó la atención de todos los jóvenes dentro del Salón de clases.

¡Chicos! Tengo un nuevo amigo para presentarles -dijo animadamente-

Seguido del maestro se encontraba un chico pelinegro de ojos grises que mantenía una expresión tranquila.

Él es Matthew. De ahora en adelante, Matthew se unirá a nosotros. -anunció-

Encantado de conocerlos. -sonrió-

Él muchacho se situó en una de las mesas de al fondo, la clase transcurrió con normalidad.

La clase finalizó minutos después indicando la hora de descanso, todos guardaron sus pertenencias saliendo del aula con dirección a la cafetería.

A excepción de alguién...

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¡¿Qué hizo qué?! -exclamó en voz alta llamando la atención de las personas a su alrededor-

Shh bajá la voz y déjame terminar James -reclamó el ojiazul-

El de ojos ámbar soltó un bufido frunciendo el ceño mientras bebía de su malteada de mango.

No sucedió nada sólo...lo hizo para molestarme -explicó con tranquilidad-

James se cruzó de brazos soltando un suspiro.

Eso espero por qué de lo contrario Colby me va a escuchar -advirtió-

Sam sonrió negando ante las palabras de su amigo, a veces tenía su carácter pero apreciaba bastante el hecho que siempre estaba para él cuando lo necesitaba, era un gran amigo.

Gracias por preocuparte pero estoy bien, te lo aseguró -sonrió bebiendo de su limonada-

Si tú lo dices...-alzó sus hombros con una sonrisa-

Conversaba animadamente con James sobre una película que habían visto algunos días atrás cuando algo captó su atención.

Hey James, ¿qué opinas del chico nuevo? -indagó observando hacía un lado-

Hmm ¿el pelinegro?...no me da buena espina -dijo de mala gana-

De pronto el rubio sonrió travieso confundiendo a James.

Supongo que vas a trabajar tu paciencia por un ratito -dijo en un tono dulce-

¿Por qué lo dices? -alzó una ceja-

El rubio ladeo su cabeza hacía una mesa dónde estaba él pelinegro leyendo un libro.

Ah no Sam...ni lo pienses -negó de inmediato-

¿Por qué no?...está solo y sería genial integrarlo con nosotros -ánimo con una sonrisa-

Él de ojos ámbar bebía de su malteada observando el reloj en su muñeca haciendo oídos sordos a la sugerencia de su amigo.

Sam rodo los ojos pidiendo un poco de paciencia.

Sin más se levantó de su lugar agarrando del brazo a James llevándolo a la fuerza hasta esa mesa.

¡Hola! ¿Eres Matthew verdad? -saludo alegre tomando asiento llamando la atención del chico-

Por otra parte James estaba callado no estando muy interesado en saludar.

Él ojiazul observó a su amigo y al ver que no tenía planes de saludar le piso el pie.

¡Agh carajo! ¡¿por qué me pisas!? -se quejó-