Capítulo 10

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Una torrencial lluvia comenzó a caer mientras comenzaba a anochecer.

Un auto transitaba por la carretera a gran velocidad en donde un Castaño apretaba con fuerza el volante.

Al pasar de unos cuantos minutos bajó la velocidad, estacionó el auto frente a la gran casa aunque sin bajar de el.

Debía calmarse.

Furioso era poco para describir cómo se sentía en estos instantes.

Cerró sus ojos tratando de calmar un poco su molestia, respiró profundo para luego exhalar despacio.

Repitió la misma acción un par de veces hasta considerar que era momento de bajar del auto y arreglar de una puta vez este problema.

Retiró sus llaves para luego bajarse del auto comenzando a caminar hacía la entrada, esperó unos instantes más antes de abrir la puerta.

Buscó con la mirada al menor por la Sala pero no había rastro de que estuviera ahí.

Un pequeño ruido proveniente de la cocina lo incentivó a caminar hacía esa dirección con rapidez.

Ahí estaba.

Un rubio de espaldas, tan tranquilo, tan dulce, tan ajeno a la situación.

Si otra persona apreciara al rubio justo ahora no dudaría en admitir qué es el prometido perfecto.

Colby pensaba eso.

No obstante la Ira estaba haciendo su trabajo en su mente, era consciente del gran partido que es Sam, SU SAM.

Lindo, Amable, Inteligente y con un Cuerpo de Infarto.

Sabía perfectamente lo llamativo que es su prometido, destaca a donde sea que vaya.

Más sin embargo nunca pasó por su mente el hecho de que Sam sería capaz de engañarlo todo este tiempo.

No era posible.

Sam no sería capaz.

No estaría dudando sobre la fidelidad del menor si no existieran pruebas que lo confirmen.

Pero Carajo si que tenía pruebas.

Eso lo enfureció más, era una mezcla de dolor e ira que lo estaba volviendo loco.

La sola idea de Sam con otro hombre que no fuera él...

Soltó un suspiro pesado dejando salir esa frustración que estaba reteniendo, tal gesto logró captar la atención del menor él cual no había notado la presencia del castaño que lo observaba con seriedad.

Una expresión de alegría se reflejó en el rostro del ojiceleste.

Colby, te estaba esperando -Sonrió-

Sam se acercó con una amplía sonrisa hacía el mayor llevando sus manos a los brazos del antes mencionando acercándose un poco con intención de besarlo más sin embargo fue detenido repentinamente.

Estoy un poco cansado -dijo-

El menor observó al castaño un poco desconcertado, más sin embargo respeto su petición, alejándose.

Entiendo, últimamente has Estado trabajando tanto que casi no nos vemos... -murmullo-

Colby observaba detenidamente las expresiones de su prometido, callado, cómo si estuviera analizando cada palabra pronunciada por esos labios.

Deberías ponerte cómodo, te traeré un café -sugirió sonriente-

No es necesario -dijo cortante-

Él mayor dejó su saco sobre el sofá para luego tratar de quitar su corbata fallando en el intento, soltó un chasquido fastidiado hasta que sintió las cálidas y suaves manos de su prometido sobre su corbata ayudándolo a deshacerse de ella.

Matrimonio ArregladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora