Capítulo 8.

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Veo sus ojos de un verde profundo mirarme con odio, sus cejas están chocando y alejo mis manos de él al ver su reacción.

—Solo tenía curiosidad.

—Te dije que te podías ir. —empezó a ponerse terco y lo fulminó con la mirada.

—No te dejaré solo. —hablé fría, pero con ganas de que se ablande un poco. El solo bufo y movió su cabeza en desaprobación.

—Lárgate, no necesito una niñera.

—¿Por qué te pones así? Ethan estabas bien hace un rato. —él me ve, chasquea la lengua y deja de verme.

—Ethan.

Me ignora.

—Ethan, ponme atención. —cierra los ojos con fuerza, también pude notar como paró su respiración.

—Ethan, yo...

—¡Por qué no simplemente te largas! ¡Quiero estar solo joder! ¿No te das cuenta? Deja ya de joderme. —sus palabras salieron crudas, las escupió con maldad sobre mí y dejó bien claro sus intenciones.

Aquí estoy sobrante, él no necesita mi ayuda. Estoy de más, lo mejor sería que me marche.

—De nada. —me aleje, siento mi corazón débil y no quiero alargar todo esto. —Me llevaré al gato mientras tanto.

Tome el gato y salí del hospital sin ver atrás. Con unas fuertes ganas de vomitar me senté en la acera a esperar el taxi que había pedido.

—¿Que le pasa a ese estúpido? —acercó el felino a mi boca, el gato de ojos azules maúlla ignorándome.

~~~

Llegue a casa abrazando la bolita de pelos negra. Como había dejado las llaves tuve que tocar, lista para que mamá me diera el sermón más grande de toda nuestras vidas.

Son las 12 de la noche, nunca he estado fuera de casa a esa hora sin permiso.

—Vaya, por fin te dignas a aparecer. —abre la puerta y me ve atenta, podría jurar que esta apunto de golpearme. Pero no, ella nunca me golpearía.

—Mamá, te lo explicaré.

—Adelante. Te escucho.

Entré a casa sin bajar la guardia, cualquier cosa me voy corriendo a mi habitación. Tomé asiento sobre el sofá y ella se quedó viéndome con los brazos cruzados.

Deje el bolso y al gato a un lado, tome un bocado de aire.

—Te estoy escuchando.

—Estaba en el hospital.

—¿Qué? —se lanzó sobre mí y la dejé. Revisando mi cuerpo y volví a hablar.

—Yo estoy bien, fue otra persona. Tuvo un accidente y tuve que acompañarlo.

—¿Quién fue? Habla rápido.

—Ethan.

~~~

Cerré la puerta lo más rápido que pude, causando un gran sonido por el cual seré regañada de nuevo.

—¡Saoirse! ¡Sabes que te prohibí hablar con gente así!

Ignoré sus gritos y me metí entre las sábanas. Quiero dejar de escucharla, cuando le mencione a Ethan se puso violenta y se mostró egoísta.

—¿No te das cuenta que ni su familia fue por él? Piénsalo, ¿Por qué será? —gritó sarcásticamente, y empecé a sentir impotencia en mi interior, por lo que ahogué un grito en mi almohada.

El estúpido Ethan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora