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Evidentemente, Dios debió de estar bromeando cuando envió otra profecía proclamando que "la compañera de Su Alteza Real, el Príncipe Heredero, será la preciada hija del Marqués Lurhtella". ¿Cómo podría estar equivocada la profecía? Tan pronto como nací, fui seleccionada para ser la Princesa Heredera y he pasado toda mi vida entrenando para ser una gran Emperatriz algún día, pero todo cambió de la noche a la mañana: Mi poder, mi estatus y la forma en que la gente me mira. Pensé que solo su amor no cambiaría, sin embargo, no dudó en notificarme la anulación de nuestro compromiso, y así es como terminó entre nosotros. Renunciar a todo fue mucho más fácil de lo que pensé. Pero... "Es un placer conocerte, Princesa Pesentria." "..." "Hablando del dueño del templo, me pregunto si te acuerdas de mí." Él, quien tenía el mayor poder divino en el Imperio, extendió la mano hacia mí. ¿Puedo tomar su mano?
