Uno

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El sábado había llegado y ya era bastante en la noche, por lo que me fuí a esperarla donde siempre nos encontrábamos.

No era una noche fría,más bien sorprendentemente estaba bastante templada, y había una hermosa luna nueva apareciendo en el cielo estrellado.

V- Bonita la noche-.

La escuché decir, me paré lo más rápido y la abrazo como si no la hubiese visto hace tantos años.

" Y más si tengo aquí a mi lado al ser más hermoso de la tierra".

Nos sentamos cruzados más piernas el uno frente al otro, ella sonreía con gran entusiasmo cada que nuestras miradas se conectaban.

" Que tal estuvo tu día".

V- Casi nada fuera de ella habitual, los pendejos de mis nuevos soldados sorprendentemente tienen una capacidad para aguantar que hasta me aburre ponerlos a hacer tantos ejercicios-.

" Eres un poco dura con ellos lo he visto, pero así van a entender y poder afrontar más cosas que vendrán".

V- Sí, y dime cómo estuvo tu día-.

" Price me dió papeleo que hacer, que tedioso es todo eso, pero Robín me ayudó con eso si te soy sincero ma tuve que chantajear, no estoy orgulloso, pero de algo debe servir que a veces me cuenta cosas que bien uno puede usar en su contra".

V- Que malo la pusiste a hacer tu trabajo, además no sabía que chantajeabas a mujeres inocentes, recuérdame tener precaución contigo -.

" En mi defensa a ella nunca la ponen a hacer papeleo, ya sabes por eso de que me cae super bien al Capitán, tranquila a ti no chantajearía con nada, tu sola harías las cosas que yo quiero ".

V- Así, a ver dime qué tipo de cosas según tú-.

" No sé ya veremos luego".
Me acerqué y la besé, pero tomé una pequeña iniciativa y bajé lentamente hacía su cuello, besándolo, probando la tan bella piel que tenía.

Ella acariciaba mi con sus manos mi cabeza cubierta por la máscara, seguí besando todo su cuello, hasta que me separé y nos vimos frente a frente.

Sentí como tomó mi rostro y lo acercó hacia ella una vez más, volví a bajar un poco al cuello y sentí un pequeño susurro en mi oído.

- Hazme tuya -.

En ese momento no dudé más, la cargué y sin miedo a que alguien nos viera, sin miedo a nada más que al deseo que empezaba a incrementar con cada paso que daba en dirección de mi dormitorio.

Cuando llegamos la puse en mi cama, y me incliné sobre ella, besaba toda la piel que tenía expuesta, pero a la vez empezé a quitar lo más rápido su uniforme, primero su camisa hasta que quedó tan solo en sujetador.

Sus pechos eran preciosos, grandes, bien formados, los besaba uno a uno. Ella me quitó la máscara y ahora jugaba con mi cabello muestras yo bajaba más hacia su abdomen.

Pasé mi lengua sobre aquella zona marcada que era su bien trabajado abdomen, me levanté y tome sus pies quitándole las botas y medias que cargaba puesta.

Lentamente volví a subir y desabrochaba despacio su pantalón militar que bien le marcaba el trasero y las piernas, lo bajé y lo saqué a tiempo récord, sentí como me jaló de la camisa y me tumbó en la cama abajo de ella, se montó encima mío, volvió a besarme para después subir mi camisa, terminando quitándomela.

Sacó un dedo y lo paso por el medio de mi pecho y abdomen, en línea recta fue bajando y dando pequeños besos en mí. Bajó rápido y también me quitó las botas y medias.

A medida de volvía a subir me di cuenta que llevaba unas bragas de color negro y un estilo bastante similar al encaje que tanto me gustaba, se veía tan sensual con eso puesto que no imaginaba lo espectacular que sería también sin aquello.

Tomé un brazo suyo y la volví a poner debajo de mí, mis manos viajaban por todo su cuerpo mientras mi boca y la suya estaban ocupadas enviándose un mensaje de deseo y a la vez de desesperación por la excitación existente.

Mi mano se perdió en su espalda para quitarle el sujetador negro que tenía, mi manos tomaron su pechos y como si fueran almohadines jugaba con ellos, eran tan suaves, eran simplemente perfectos, los más bellos que había visto en toda mi vida y los que sin duda jamás me quitaría de la mente.

Bajé más mis manos y le quité las bragas, me separé de ella para quitarlas por completo y cuando así fue subí besando otra vez todo su cuerpo con el más grande deseo de acortar la pequeña distancia que nos impedido ser uno mismo los dos.

Ella no se hizo esperar y también empezó a abrir mis pantalones de manera desesperada, bajándolos lo que más rápido que pudo, al igual que mi ropa interior.

Y ahí fue cuando sentí una de las sensaciones más relajantes de mundo, como acariciaba mi parte era lo más satisfactorio de este lugar.

Me levanté hacia un cajón que tenía cerca a mi cama, lo abrí y agarré un preservativo que tenía, me lo puse y volví a onde estaba la mujer que amo acostada esperándome, tomé sus piernas y las puse a mis costados, la miré desde esa posición, antes de nada te la que asegurar el que ella también deseaba al igual que yo, así que la preguntar jamás está de más.

"Estás segura".

La ví asentir y empezé a introducirme lentamente en ella, esa fue la sensación más increíble que había tenido jamás, cuanto más profundo iba mejor era la experiencia, creo que me enamoraba cada vez más de ella.

Con cada repetición la escena se sentía más cadente, al igual que podía sentir una mayor conexión con ella y era más que obvio nos habíamos convertido en uno, nos habíamos fusionado por completo, ahora sí estoy seguro que no querría dejarla nunca en mi que me resta a de vida.

Los dos estábamos disfrutando tanto del momento que no sé cuánto tiempo pasó, estuvimos en tantas poses que ya mi imaginación se veía nublada solo por el placer de estar junto a ella, a su lado.

Un largo tiempo después, decidimos parar tendríamos muchas más noches para seguir cultivando nuestra relación.

Nos acostamos el uno al lado del otro de lado, pasé mi mano por su cintura desnuda y nos quedamos dormidos del cansancio por aquella agitada noche que me mostró cuanto la amaba, la amo, y la amaré.

Me hizo sentir como ninguna otra jamás lo había hecho y talvez es porque con otras jamás había hecho el amor, solo había tenido sexo, pero con ella supe como se construye el amor, como es amar y sentirte amado.

No querría que jamás esto parara, es más no quisiera que ella jamás se fuera de donde estaba, quería tenerla en mí cama junto a mí por tanto como fuera posible, si en mis manos estará ella jamás se iría de mi lado.

Porque simplemente la Amo con el corazón.

...

Enemigos A Amantes / Ghost X Valeria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora