Serena y Charles

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Serena:

Ya es 5 de septiembre de 2023...

¿Dónde estás, Charles?...

Me mentiste, me dijiste que volverías... no lo hiciste...

Mi reinado ha sido bueno, me he enterado de varias cosas que he podido resolver con Matteo a mi lado. Matteo y yo hemos perdido la pena, ahora luego de dos años de casados por fin nos acostamos sexualmente en nuestro aniversario. Se sintió mágico, porque Matteo hizo todo lo posible para que fuera especial. Yo fui su primera vez y aunque él no fue la mía, él me hizo sentir como que si lo era, con él me sentía viva. Ahora era el doble de cariñoso. Los dos luego de la coronación tuvimos que separarnos un mes porque el debía resolver unos asuntos con la nobleza francesa, yo pudiera ir si quisiera pero preferí quedarme aquí en España porque no quería salir de aquí. En ese mes me di cuenta de que Charles estaba siendo muy famoso internacionalmente, se veía feliz y tenía una pareja... La misma que vi en el Gran Baile el año antepasado. Me dolió, pero entendí que el debía rehacer su vida.

-Ma chérie. ‐volteé a Matteo.

-¿Qué pasó, cariño? -sonreí.

-Vamos a dar un paseo hoy por Valencia, ¿te parece?

-¡Sí! -dije emocionada y juntando las manos por la emoción de la cita.

-oh, ma chérie. -me besó los labios- eres fabulosa...

Amaba cuando me hablaba en francés, ante ese idioma me sentía expuesta, porque ese idioma era fabuloso y más porque de su boca salía...

Charles:

5 de septiembre de 2023

Me encontraba caminando por las calles de Valencia con mi esposa y mis dos hijos, Dylan y Dayanne. Dayanne que ahora tendría un año y Dylan había cumplido sus 6 años el mes pasado. Sentía nostalgia por estar nuevamente aquí.

Se preguntarán si quería ver a Serena, claro que sí. Pero, ¿Cómo ver a alguien que está fuera de tu alcance? No me permitirían visitarla.

Me enteré de un posible embarazo de ella y Matteo, se me encogió el corazón. Sólo espero que sea mentira... Pero si no lo es, entonces estaré feliz por ella.

En la distancia vislumbraba una bandera familiar, ¿la familia real? Miré a Lia que parecía notar lo mismo que yo. Supliqué con mis ojos que me dejara averiguar... Ella hizo un asentamiento de cabeza y agarró a Dylan de la mano para sentarse en un banco esperándome. Corrí cómo nunca, cuanto más me acercaba más sentía el corazón latir con fuerza queriendo salir.

-¡¡¡Serena!!! -volteó.

Estaba hablando algo con unos hombres y cuando me vió, sus ojos se cristalizaron rápidamente.

-¿¡¡Charles!!? -corrió hacia mi, casi dejaba caer su corona pero la agarró fuertemente.

Sentía como el tiempo se detenía para nosotros. Lágrimas salían de mi rostro, quería llegar a ella lo más rápido posible. Cuando la tuve frente a mí lloré, me caí de rodillas y empecé a pedir perdón, porque fui cobarde, porque estaba retrasando el momento por temor a que ya no fuera lo mismo. Tenía razón, ya no era lo mismo. Ella cayó al suelo para abrazarme. Lloramos como nunca.

-¡Idiota! ¡Te odio! ¡Maldito! -me empujó y me empezó a golpear, me dejé golpear porque sé que me lo merecía... -¡2 años! ¿¡por qué dos años, inútil!?

-Bésame... -así lo hizo, me besó tan desesperada que sentía como mi corazón se aceleraba por el hecho de que por fin nuestros labios se tocan. Dos años... se sintió una eternidad.

Mi Serena...

Matteo:

Podía ver a lo lejos como mi esposa besaba a otro hombre... ¿Me dolía? No... Sabía que se amaban, ella me amaba tanto como a él. Yo solo pude sonreír al ver la escena, porque por fin estaban juntos esos dos... caminé y pasé por su lado, ellos voltearon a verme y Serena se sonrojó avergonzada, no cariño, no te avergüences, ámalo tanto como a mí, sonreí y seguí caminando, a lo lejos pude notar una mujer con un niño y un cochecito de bebé que movía intentando calmar al pequeño que tenía. Leancie... Mi Lia... ella volteó a verme y mientras Dylan corría hacia mí ella se paraba del asiento y caminaba a mí encuentro.

-Papiii -dijo mi hijo.- papi, te extrañé.

-Hijo mío... -abracé fuertemente a Dylan -¿Por qué te fuiste, Leancie? -pregunté cuando la vi frente a mí.

-Mi amor por Charles, era más grande...

-Me quitaste a mi hijo... se que no es mi hijo de sangre pero en los tres años que estuvimos juntos, que nunca te toqué por temor a perderte, yo crié a éste pequeño... Sabiendo que tú... -empecé a llorar. -ahora eres madre de otro hijo, y no es mío tampoco... Me has hecho daño Leancie...

-Ésta pequeña se llama Dayanne... Matteo yo te amo... Pero tu amabas a Serena y yo a Charles, escogimos lo que era mejor para nosotros... Tu muy bien sabes que nuestros estatus social no nos iba a dejar ser felices.

-Ahora soy el rey de Francia, puedo divorciarme de mi querida Serena. Quiero estar junto a tí... no me importa lo que digan o piensen... Yo sé que Serena quiere lo mismo que yo, estar con su amado como yo con mi amada...

Ella se abalanzó a mi y me dio un beso tierno en la comisura de mis labios. Sonreí...

Leancie:

Yo la esposa de Charles, me había enamorado de un joven príncipe menor que yo. Él se quería hacer cargo de mi pequeño Dylan, pero yo sabía que el sentía algo por esa princesita... Esa chica que cada que él la mencionaba antes de verla sus ojos se iluminaban, a mí no me miraba igual que como la miraba a ella. Pero ahora, su mirada era tan brillante cuando me hizo contacto visual, que por un segundo me arrepentí de casarme con Charles...

-Vamos con los demás. -dije sonriéndole y agarrando la manita de Dylan.

Cuando estábamos con Serena y  Charles vi como ambos se miraban, la misma forma en la que quería que Charles me mirara a mí... Pero nunca lo hizo. Miré a Matteo quien miraba con nostalgia a esos dos enamorados.

-Por fin reunidos todos, ¿eh? -dijo Charles mientras se acercaba a mí. -Serena, ésta es mi esposa, y mis hijos...

Vi como a ella se le aguaron los ojos cuando dijo "esposa", yo no pude evitar mirar el suelo con ganas horribles de llorar.

-Hola, Lia... -dijo ella con tristeza.

-Hola, su majestad. -dije haciendo una reverencia, Dylan por querer imitarme hizo una reverencia que calentó el corazón de Serena y por fin la vi sonreír.

Tenía una sonrisa tan hermosa, ahora entiendo por qué tanto Matteo como Charles se enamoraron de esa dulce mujer...

Ella Es Su Princesa (Primera Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora