Serena y Charles-Final

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Charles:

Luego del divorcio con Lia, prometimos tener la custodia compartida de nuestra pequeña, yo prometí visitar cada que pudiera a Dylan, porque a pesar de todo, lo considero mi hijo. Ésto era lo mejor, todos en el reino al enterarse del divorcio de los reyes quedaron en dudas pero Serena como la reina competente que es, habló y dijo que ambos decidieron seguir sus caminos con sus verdaderos amores. El reino entendió y decidieron hacer una fiesta en honor a Serena por su valía a seguir el amor de su vida.

Yo me sentía contento de saber que por fin seríamos felices. Juan al enterarse de que volví estaba super contento, a cada rato nos veían a los dos caminando juntos como todos unos suegro y nuero. Me llevaba super bien con él, el me aconsejó de muchas cosas. Como prepararme para ser rey. La política, ética, y muchas más cosas.

17 de enero de 2024

-Estaba pensando en pedirle matrimonio. ¿Crees que sea buena idea, Juan?-él que estaba tomando un té sentado, se levantó rápidamente de la silla poniendo sus manos encima de la mesa y me miró.

-¿Le quieres pedir matrimonio?

-¿No puedo?

-Claro que puedes, tienes mi total bendición. No sabes cuanto esperé ésto. -se acercó a mi y me abrazó fuertemente- Cuida de mi hija, por favor. -lo decía en llantos.

-La cuidaré por el resto de mis días, gracias por todo. Por aceptar que yo pueda pedirle matrimonio a Serena, yo la amo demasiado.

-Lo sé, la miras con tanto amor, como mismo se miraban mis padres. Por eso tienes mi bendición. -lo decía en lágrimas y aún abrazándome.

-Pero tanto amor entres ustedes, ya me estoy poniendo celosa. -Vi a Serena llegar y traía a Dayanne. Sonreí al verlas.

-Mi princesa, y mi reina ¿No puedo ser más afortunado? -me acerqué a ella y le di un beso tierno en su frente.

-Papi, ¿y mi beso? -todos nos reímos.

-Y para mi princesa también. -me arrodillé y le di un beso en su frentecita mientras ella agarraba la mano de Serena, sonreía feliz.

[...]

20 de marzo de 2024

Meses después estaba arreglando todo para pedirle matrimonio. Elegí el lago en donde se besaron por primera vez sus abuelos. Ese lago que también tenía parte de nuestra historia. Mientras los sirvientes ayudaban, las lágrimas no paraban de salir. Estaba tan emocionado, nervioso y nostálgico. Amaba tanto a Serena que el resto de las cosas me dejaban de importar. Cuando todo terminó me aseguré de que fueran las 5:30 por qué a las 5:43 empezaría la puesta de sol. Quiero que todo salga perfecto.

-Sí, camina por aquí... Oh, cuidado una rama -agarraba la mano de Serena, guiándola porque tenía sus ojos vendados.

-¿A dónde me llevas, tontito?

-Ya verás... Oookay, ahora sí.

-¿Ya puedo quitarme las vendas?

-No, no. Todavía no.

-Sospecho de algo.

-Tranquila.

Espero justo que fueran las 5:43 pm.

-Ahora sí. -la ayudé a quitarse las vendas y cuando lo hizo abrió sus ojos acostumbrándose a la luz.

-¿Qué es todo ésto...?

-Serena...Tu muy bien sabes que te amo como a nadie he amado. -me arrodillo- eres perfecta, dulce, eres mi Serena. La mujer que me ha logrado verdaderamente enamorar, quiero pasar el resto de mi vida a tu lado. Crear nuestra familia, ser felices. Serena... ¿Quieres casarte conmigo? -saqué una cajita de mi bolsillo y ella empezó a llorar.

Ella Es Su Princesa (Primera Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora