CAPÍTULO 12

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-¿Escuchas eso Alonso? -le dijiste, poniendo atención a un sonido proveniente de algún lugar de la casa.

Tomaste tu ropa y te pusiste las bragas rápidamente.

-Creo que es tu alarma -dijo Alonso, mirando hacia la dirección del sonido.

-¿Alarma? ¿De qué hablas? -preguntaste confundida.

-Es hora de que despiertes.

De pronto un golpe de realidad te invadió repentinamente. Sentiste una presión en el pecho, como si algo tirara de ti.

Abriste los ojos de golpe, tomando un suspiro tan profundo que te hizo levantar un poco. La habitación estaba en penumbra, y el sonido de la alarma de tu despertador sonaba de manera estruendosa.

Te sentaste en la cama, tratando de procesar lo que acababa de pasar. Todo había sido tan vívido, tan real, estabas ahí, sabias que todo había pasado porque lo sentiste, pero ahora estabas de vuelta en tu habitación, sola.

La sensación de la piel de Alonso, sus besos, sus caricias, todo se desvanecía como un sueño.

Desactivaste la alarma y te levantaste, con una mezcla de frustración y tristeza. ¿Había sido todo solo un sueño? Miraste a tu alrededor, esperando ver algún rastro de Alonso, alguna señal de que él realmente había estado allí.

-¿Alonso? - lo llamaste

El silencio fue la única respuesta. Suspiraste, tratando de sacudirte la sensación de pérdida. Fuiste al baño y abriste la llave del labavo para mojarte la cara, con la esperanza de que eso te ayudara a aclarar la mente.

Tu cuerpo se sentía cansado, tus piernas pesaban al igual que tus brazos, parecía que habías hecho ejercicio durante 10 horas. Te miraste al espejo, intentando encontrar una explicación a lo que estaba pasando. ¿Realmente fue un sueño?, si era así, ¿por qué tenías todas las sensaciones tan frescas en tu piel?

Te quitaste la blusa de la pijama para meterte a bañar y, de pronto, notaste algo en el espejo: una marca en tu clavícula. Parpadeaste, incrédula, y te acercaste más al espejo. Era un chupetón. Tus ojos se abrieron por completo mientras mirabas y tocabas con detenimiento la marca. ¿Cómo habías hecho eso tú misma?

El agua caliente de la ducha te envolvió, pero no lograba lavar la confusión de tu mente. Mientras el vapor llenaba el baño, repasabas cada detalle del sueño, cada sensación, cada toque. ¿Podía un sueño dejar marcas tan reales?

Terminaste de ducharte y te vestiste con lentitud, como si cada movimiento requiriera un esfuerzo consciente.

 Bajaste a la cocina para prepararte un café, todo parecía estar en orden, ningún rastro además de tu marca, de que todo realmente había pasado. Mientras tomabas un sorbo de café, tu mente seguía repasando cada detalle del sueño, buscando alguna explicación lógica. Sentiste una mezcla de frustración y fascinación. ¿Cómo podía algo tan vívido y real suceder solo en tu mente? 

Notaste por la ventana de la cocina que Alonso estaba afuera en el patio. Observaba las plantas y las tocaba con fascinación, el sol apenas empezaba a salir, así que la luz dorada del amanecer iluminaba su figura.

Con una sonrisa, te dirigiste hacia la puerta trasera, llevándote tu taza de café.

-Buenos días- dijiste al acercarte.

-Buenos días- respondió Alonso, girándose para mirarte.

-Anoche...- empezaste, sin estar segura de cómo abordar el tema.

-Sí, lo sé -dijo Alonso, mirándote con suavidad- Fue un momento especial, ¿te gustó?

-¿Qué?, ¿De qué hablas?, ¿Realmente pasó?- preguntaste, un poco sorprendida.

-Algo así. Por cierto, perdón por la marca- dijo, bajando un poco tu blusa para dejar ver tu clavícula- si me pasé.

Rapidamente subiste tu blusa de nuevo, ocultando la marca. Te avergonzaba tener un chupetón.

-¿De qué hablas Alonso? Por favor, explícate- empezabas a desesperarte.

-Tranquila- subió sus manos en un gesto exagerado- Mira, si era un sueño, pero ¿recuerdas los planos de los que te hablé?, bueno, cuando estás soñando puedo estar en ese plano también. Sí, estaba ahí contigo. Sí, pasó. Solo que no pasó aquí.

La confusión en tu rostro fue evidente.

-¿Entonces, todo lo que hicimos fue en... otro plano? -preguntaste, tratando de entender.

-Sí, exactamente. Es un lugar donde nuestras conciencias pueden encontrarse de una manera más tangible. Lo que sentimos, lo que experimentamos... todo fue real -explicó Alonso.

-¿Y por eso puedo sentirlo todo tan claramente? -dijiste, recordando las sensaciones tan vívidas que aún permanecían en tu piel y el cansancio en tu cuerpo.

-Sí -respondió Alonso- Es como si ese plano nos permitiera experimentar lo que deseamos sin las limitaciones del mundo físico.

-Esto es una locura -murmuraste, intentando procesar todo.

-Lo sé, es difícil de entender -dijo Alonso-. Pero lo que importa es que lo que sentimos e hicimos fue real, aunque sea en ese otro plano.

Asentiste lentamente, todavía asimilando la información.

-Entonces... ¿podemos hacerlo de nuevo? -preguntaste, con una mezcla de timidez y curiosidad.

Alonso te miró sorprendido y soltó una carcajado ante tu petición

-Bueno, ya vi que si te gustó- dijo con picardía, haciendo que te ruborizaras- Cuando quieras -añadió en un susurro mientras tomaba tu rostro y te daba un beso rápido.

Sentiste un escalofrío recorrer tu cuerpo con ese contacto breve pero intenso.

-Será nuestra pequeña escapada-dijo, sonriendo mientras te acariciaba suavemente la mejilla.

No pudiste evitar sonreír también. Sin embargo, una parte de ti aún estaba asimilando la realidad de todo esto, preguntándote cómo afectaría a tu vida cotidiana.

-Entonces, ¿vas a trabajar hoy? -preguntó Alonso, cambiando de tema y volviendo a su actitud despreocupada.

-Oh muy cierto, creo que ya voy un poco tarde- dijiste mientras te separabas de él y entrabas a la casa- nos vemos más tarde.

-Que te vaya bien. Te quiero.

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Este es un poquito más cortito, pero sólo era para explicar todo y que no se sienta tan fuera de lugar el capítulo anterior JAJAJAJA.
Bueno, gracias por leerme :')).

GHOST // Alonso VillalpandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora