𝐓𝐎𝐔𝐑𝐉𝐎𝐔𝐑𝐒 𝐍𝐎𝐈𝐑 "𝙋𝙞𝙚𝙙𝙧𝙖 𝙁𝙞𝙡𝙤𝙨𝙤𝙛𝙖𝙡"

๋࣭ ⭑⚝ 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟎

⤑ LO QUE MÁS ANHELAS

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De regreso a Hogwarts, el bullicio y la energía de la escuela se reanudaron con la misma intensidad que antes de las vacaciones. Los estudiantes regresaron de sus casas con nuevos obsequios y historias que compartir, y la rutina escolar volvió a apoderarse de los pasillos y aulas del castillo.

Adhara y Draco, ahora de vuelta en el colegio, se sumergieron en sus estudios y en la vida diaria de la escuela. Adhara continuó destacando en todas sus clases, mientras que Draco se enfocaba en mantener su rendimiento académico para no decepcionar a sus padres.

Una mañana, mientras caminaban juntos hacia el Gran Comedor, Draco comentó sobre sus planes para impresionar a Snape en la próxima clase de Pociones. "Necesito asegurarme de que me vea como el mejor, Adhara. Sé que puedes superarme en Defensa, pero en Pociones, quiero brillar."

Adhara sonrió con una mezcla de diversión y orgullo. "Haz lo que quieras, Draco. Ya sabes que a mí me interesa más la Defensa. Además, no me preocupa competir contigo."

Draco bufó, pero antes de que pudiera responder, ambos vieron a Theodore acercarse a ellos desde el otro lado del pasillo. Parecía relajado, pero Adhara notó una mirada nerviosa en su rostro cuando sus ojos se encontraron. Theodore saludó con una inclinación de cabeza y caminó junto a ellos.

"¿Cómo van las tareas?", preguntó Theodore, dirigiéndose más a Adhara que a Draco.

"Bien", respondió Adhara con indiferencia, aunque su tono no era tan frío como de costumbre.

Draco intervino con una sonrisa altiva. "¿Sigues necesitando que Adhara te ayude a ponerte al día, Nott?"

Theodore le lanzó una mirada de advertencia. "No, ya estoy al día. Pero siempre es útil repasar con alguien que sabe tanto como ella"

Adhara lo miró de reojo, sin saber si sentirse halagada o molesta por el comentario.

Los tres continuaron en el camino al Gran Comedor, mientras las conversaciones y las clases seguían llenando sus días con la misma intensidad de siempre.

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Varias noches después, Adhara se encontró incapaz de conciliar el sueño. Inquieta, decidió dar un paseo por los pasillos oscuros del castillo, buscando despejar su mente.

Se quedó inmóvil al ver al profesor Snape avanzar con pasos rápidos por el pasillo. Su expresión severa y el movimiento de su capa ondeando detrás de él indicaban que estaba buscando algo o alguien con determinación. Sintió un leve escalofrío recorrerle la espalda. No era la primera vez que deambulaba por el castillo a horas indebidas, pero no quería ser descubierta, especialmente por aquel profesor.

Se escondió rápidamente detrás de una columna, su respiración contenida mientras observaba cómo Snape se detenía por un momento, mirando alrededor, como si percibiera que alguien lo observaba. Adhara se mordió el labio, rogando en silencio que no la descubriera.

Después de unos tensos segundos, el profesor continuó su camino, desapareciendo por el corredor. Adhara soltó un suspiro de alivio y decidió que tal vez sería mejor regresar a su sala común antes de meterse en problemas.

Pero justo cuando estaba a punto de girarse, escuchó otro ruido. Esta vez, un eco suave que venía de una habitación cercana. La curiosidad pudo más que su instinto de mantenerse fuera de problemas, y lentamente se acercó a la puerta entreabierta de un aula vacía. El corazón le latía con fuerza mientras empujaba la puerta lo suficiente como para asomarse.