𝘣𝘰𝘬𝘶 𝘯𝘰 𝘩𝘦𝘳𝘰; <3

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[ quirk ]

[ Izuku Midoriya ]

—Me encanta cuando arrugas tu nariz, sé que lo haces cuando algo te molesta— añadió el con una sonrisa, mientras te abrazaba, ambos acostados en la cama.

—Sólo te extrañé hoy, mucho— sonrió y te dio un beso en la cabeza.

—Pues tienes suerte, hermosa, soy todo tuyo por tres días completos— murmuró, besando tu cuello.

—Podemos seguir con la serie que aun estábamos viendo— soltaste emocionada y el asintió— ¿Sabes en donde esta el control remoto?

—¿No esta en la mesita de noche?— ambos buscaron con la vista— Uh, ahí esta.

Estaba en una repisa, un poco lejos de ellos, se miraron, esperando a que alguno se levantará para ir por el.

—Piedra, papel o tijera— exclamaron ambos, Midoriya perdió y tu gritaste de felicidad.

—Vamos, te toca ir por el.

Izuku usó su látigo para agarrar el control remoto sin la necesidad de ponerse de pie y caminar, Kaede lo miró sería sin esperar eso.

—¿Qué? Es un buen método, ¿no?

—Flojo.

—Jajaja no te enojes.

—Bueno...¿Puedes pasarme mi vaso con agua?— preguntó ella haciéndolo reír.

[ Bakugo Katsuki ]

—¡Kats! ¿Has visto el encendedor?

—No, debe estar en el último cajón de la derecha— contestó mientras seguía leyendo algunos documentos de su empresa de héroes.

—¡No lo veo!— gritó una vez más.

—Dios, mujer— exclamó poniéndose de pie y acercándose a ella para ayudar con la búsqueda— Siempre lo pones ahí.

—Pero no esta ahí.

—Podemos usar mi poder.

—No, eso solo hará qué explotes la casa, no sabes controlar una explosión pequeña— dijo— Iré a buscarlo en la bodega, estoy segura de que debe haber uno ahí.

Bakugo frunció el ceño.

—Claro que puedo crear fuego con una explosión pequeña— dijo a si mismo, se concentró.

—¡Ya lo encontré!— exclamó ella llegando a la cocina y viendo una explosión en la esquina de su cocina, quemando la pared y cortinas y algunas plantas qué ella cuidaba.

Bakugo de inmediato se asustó y apagó todo al ver el rostro enojado de su amada.

—Mi amor, decoraré la cocina, tendrás una cocina nueva— dijo con una emoción forzada para no ser regañado.