IMPERFECT LOVE | Soonhoon #2

Capítulo 11

El cielo estaba gris cuando Soonyoung abrió las cortinas apenas había despertado, y ahora, cinco horas más tarde, aún seguía gris.

Si es que incluso no se había oscurecido aún más el cielo.

Mingyu le había llamado y le había contado de como le había ido en su último juego (perdieron y Mingyu estaba seguro de que había sido porque Soonyoung no había ido a comer el hot-dog como era su tradición, afortunadamente el enojo le duró poco a Mingyu porque Soonyoung prometió llevarle tarta de manzana preparada por su madre, en su regreso.) y Soonyoung le contó de sus tardes caminando con Loops por los bosques y el lago.

Omitió contarle que había visto, y hablado, con Jihoon.

También que desde la última vez que se había cruzado con Jihoon en el lago, había prácticamente evitado ir a ese lugar excepto por las veces que veía a Jihoon a la distancia en algún lado del pueblo y podía estar seguro de que evitaría ir al lago.

Le contó que había ido a visitar a Jae la tarde anterior y que habían pasado todo el tiempo plantando distintas flores en su jardín bajo los dorados rayos de sol.

También que Joshua había ido a pescar con el padre de Soonyoung y que ambos habían regresado a casa con el pescado más grande que Soonyoung jamás había visto en su vida.

Mingyu lo escucho con una sonrisa en su rostro que jamás abandonó el centro de la pantalla de Soonyoung, y antes de colgar la llamada, le menciono que parecía que haber regresado a Chungju le había hecho bastante bien a Soonyoung.

La llamada se había sentido tan bien que cuando finalizó, el silencio repentino y la ausencia del rostro de su amigo le trajo una especie de vacío en el centro de su pecho.

Era raro.

Estaba en casa, pero no se sentía como si fuera así...

Tantas cosas habían pasado desde que había regresado por última vez que todo estaba distinto. Todo había cambiado.

O tal vez, todo se mantenía igual.

Y lo único que había cambiado había sido el mismo.

La crisis existencial, y la angustia que parecía provenir de ningún lado, lo mantuvieron ocupado hasta alrededor del mediodía cuando su madre le llamó desde la planta baja de la casa.

Estaba vistiendo un vestido azul que le llegaba hasta las rodillas y que, junto a Seongja, había estado caminando por horas buscando para su regalo de cumpleaños ese mismo año.

Joshua estaba conversando con ella, estaba recién salido de la ducha, ya peinado y con una taza de café que aún humeaba en su mano.

—¿Qué pasó?— Soonyoung se acercó a servirse algo de café para sí mismo, pero ya no había quedado más que suficiente para un mísero sorbo.

—Vayan a venderle los pescados a Hye, y traigan huevos y queso de cabra. Si tienen mermelada de durazno traigan también, que le quiero preparar un pastel a Seongja para su despedida de soltera. ¿Soonyoung a qué hora llega tu amigo?

Seokmin no había dejado de mandarle distintas opciones de atuendos para el casamiento de Seongja, y a veces, por momentos, Soonyoung se lamentaba haberlo invitado.

Pero Seokmin siempre parecía saber cómo hacerle reír de alguna forma u otra, así que el arrepentimiento solía durar bastante poco.

—Mañana por la mañana.— Soonyoung respondió, chequeando el último mensaje que Seokmin le había enviado. —Tendría que estar acá alrededor de las diez.

—Tú lo irás a buscar me imagino.— Su madre respondió en tono que no dejaba lugar a ningún tipo de queja. —¿Sabes cuál es su comida favorita? Le podríamos cocinar algo que le guste así se siente cómodo apenas llega a casa.