La pequeña misteriosa

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En la recepción del hospital estaba la oficial y el recepcionista buscando información de la pequeña que había llegado en la mañana.

- Y... ¿Cómo es que llegó la pequeña? - Pregunto la oficial.

- Anoche... - fue interrumpido.

- ¡Rápido!¡Sus signos están bajando muy rápido! - Dijo un Doctor a un pequeño grupo de enfermeros que lo seguían.

- ¿Qué fue eso? - Nuevamente la oficial cuestionó.

- Como decía, anoche recibimos una llamada de emergencia, sin embargo al atender nadie respondió. Había dos opciones: O fue una broma, algo que sería de muy mal gusto, o algo le pasó a quien llamó. Si era lo segundo una persona estaría en riesgo, por eso, con ayuda de la policía, rastreamos la llamada y una ambulancia y una patrulla fueron a el lugar. En la madrugada regreso la ambulancia con una mujer que había recibido una apuñalada, casi la pierden en dos ocasiones de camino aquí y estaba muy delicada. Cerca de donde encontraron a la mujer vieron a la niña tirada en el piso y se detuvieron para recogerla. Eso fue lo que me dijo quien estaba aquí antes de mi turno. Vio como traían a la mujer en una camilla y la llevaban a atender lo más rápido que podían y como un paramédico cargaba a la niña dormida en sus brazos.

- Mmm... ya veo. También deberíamos investigar que le pasó a la mujer después de interrogar a la niña. Digo, aprovechando que ya estamos aquí.

- No estaría mal. Supe que está muy grave y, como vera, delicada. Su vida corre riesgo cada minuto y no parece haber mejorías en su estado. Si las cosas siguen así para esa mujer, puede morir. - Volvió a tomar la carpeta con en informé de la pequeña - Que interesante. Creo que esto les puede ser útil.

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- Hola pequeñita. Somos policías y vinimos a ayudar. ¿Cuál es tu nombre? - Dijo el más joven de los oficiales en tono suave.

La pequeña, bajo la sábana, se removió, solo para encogerse y tomar la sábana, enredándose más en ella.

- Oye, no somos malos, no te queremos lastimar, al contrario. - Volvió a decir.

- Es obvio que no va a funcionar. - dijo su compañero.

- ¿Tienes una mejor idea?.

- Mmm...

- Eso creí.

- Espera, déjame intentar algo. - Se colocao al lado de la camilla - ¿Hola?¿Hay alguien alli dentro?. Soy el oficial Takaoka y él, el oficial Tsukino, ¿cuál es tu nombre?.

Pasaron breves momentos de silencio esperando la respuesta de la pequeña.

- ¡Ah! - Dijo con fastidio el más joven - ¡Esto tarda mucho! Parece que no piensa responder.

- Acabamos de comenzar. Oíste al hombre de la recepción. Esto no debe ser fácil para ella, desesperado.

- ¿Desperado, yo?.

- Sí, ¿quién más?.

- No tendré paciencia, pero al menos yo no hice un operativo importante con los pantalones rotos.

- ¡Oye! No fue mi culpa. Yo que iba a saber que me tendría que agachar ese día, de haberlo sabido me habría puesto otros pantalones.

- Pues debiste pensar en esa posibilidad, cabeza de chorlito, somos policías, en cualquier momento pueden suceder ese tipo de situaciones.

- Bueno sí, pero habíamos quedado en que ya no hablaríamos sobre ese incidente. Además, ¿qué tiene que ver eso con que seas un desesperado?.

- Nada, pero no podía quedarme callado.

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