Los hijos Todoroki se encontraban sentados en el comedor ignorando las tazas con chocolate humeante y las galletas que estaban frente a ellos. Ni siquiera entendían para qué se habían servido, si no tenían apetito.
Apenas escucharon pasos que venían de las escaleras se levantaron y corrieron a recibir a su padre. Este los miro sabiendo lo que querían y soltó un suspiro.
— No quiere salir. Intenté entrar, pero empezó a gritarme y lanzarme cosas.
Sé podía notar la decepción en el rostro de los chicos. A ellos les había ocurrido lo mismo, además que Fuyumi les había dicho cosas hirientes y aseguro no ser su hermana; creyeron que su padre podría hacer que saliera de su habitación tomando en cuenta que era al único que conocía, pero no dio resultados.
Les preocupaba que tuviera ese comportamiento para nada común en ella, sin embargo sabían que tenía motivos para tenerlo, ¿qué más podían esperar? Todo lo que conocía ahora era menos que simples cenizas. Comenzaron a replantear si debieron ser más sutiles al revelar la verdad, o si hubiera sido mejor no decir nada.
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En su habitación, Fuyumi lloraba con tanta intensidad que llegaba a calar. Su único consuelo era la gran serpiente de peluche de la que se encontraba abrazada y donde tenía hundido el rostro para ahogar su llanto. Se alegraba de no haberse desechó de algo con lo que estaba tan apegada emocionalmente, en especial en ese momento, al crecer.
Su supuesta familia había intentado hablar con ella y consolarla, mas solo lograban que su pesadumbre creciera sin razón aparente. No le gustaba, pero no es como si pudiera evitarlo. Apenas se daba cuenta que querían entrar o comunicarse con ella comenzaba a gritar y lanzarles lo primero que veía; por eso había tantas cosas tiradas en el piso y incluso había roto accidentalmente el espejo del tocador.
A pesar de eso, quería tener a alguien para abrazar y desahogarse, incluso había considerado abrir la puerta cuando quien decía ser su padre fue a intentar convencerla de salir. Realmente creía que él era su padre, pero que eso fuera cierto no le gustaba, un hombre tan malo no podía ser su padre, aunque el parecido fuera increíble.
De tanto llorar los ojos se le habían hinchado, por lo que le dolían. Intento calmarse y levanto el rostro para secarse las lágrimas y frotarse los ojos, esperando aliviar un poco el dolor.
Sorbía la nariz y, aunque lo intentaba, las lágrimas no paraban.
Sintió un brisa de aire que se había colado por el balcón mal cerrado. Después de intentar mirar hacia el exterior a través de la pequeña brecha por la que había entrado el viento se levantó y salió a tomar algo de aire fresco.
La barandilla del balcón era más alta que ella por bastante, aún así el espacio entre cada baranda era más ancho que ella, por lo que podía mirar el exterior sin problema.
Vio los cerezos meciéndose al ritmo de la suave brisa que había. Por alguna razón le parecía que danzaban una linda canción que había escuchado de la caja musical que le regaló su madre; una dulce melodía de ballet, la cuál empezó a canturrear.
Tomo las barandas que estaban a cada uno de sus lados y se inclino sacando la cabeza y parte superior de su cuerpo del balcón. Sentía que así tenía una mejor vista y que podía apreciar mejor el bello atardecer. Le encantaba hacer eso. A veces cerraba los ojos y sentía que podía volar.
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— ¡¿Qué estás haciendo?!¡Te vas a caer! – Fue jalada hacia atrás, arruinando su momento de paz.

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Little girl
FanfictionLa familia Todoroki es un desastre, eso ya lo sabemos, pero existe una pequeña luz de esperanza que busca salvarla. ¿Que pasará cuando esa luz esté en el lugar y momento equivocados?.