Capitulo 22

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–Yo quiero uno de esos–Dice Yankee apuntando algo de un puesto.

–¿Que es?–Pregunto llegando a donde esta el.

–A mira, esto es como un jueguito, que si le haces así se mueve–Dice y yo estoy atenta mirando.

–Pregunta cuanto cuesta–Digo y el asiente.

–Oiga, ¿cuanto cuesta?–Le Pregunta al vendedor.

–150 pesitos güero.

–Deselo, yo lo pago–Digo sacando mi cartera del bolso y puedo escuchar como Yankee grita emocionado–Tenga aquí esta.

–Muchas gracias.

–A usted señor–Digo guardando mi cartera y regresamos con los chicos.

–Miren lo que me compro Yle–Yankee le dice a los chicos.

–Que es.

–Que lindo boludo, ¿vos se lo compraste?–Pregunta Fede y yo asiento.

–Si, no me costaba nada comprárselo.

–Hay muchas gracias Yle–Dice Yankee abrazándome.

–De nada.

–Hay que linda la nena, si que quieren a Yankee–Dice Iani sonriendo.

–Wey es la única amiga que te conozco Fede que sea chida y buena onda cabron, por que siempre tienes amigas bien raras–Dice Yankee haciéndome reír.

–Callate Yankee, disculpalo Yle es muy imprudente a veces–Dice el Uruguayo castaño.

–Tranquilo no pasa nada.

Seguimos caminando y en este transcurso, le compre algo tambien a Lukitas, Carlitos y Max.

–No boludos, se aprovecharon de Yle para que les compre cosas.

–No los regañen, ellos están chiquitos y es inevitable no comprarles algo con esa carita–Digo sonriendo.

–Che boludo, que nosotros somos un nenes tiernos–Dice Max imitando el acento de Fede.

–Ya ves Uruguayo, como si son tiernos–Digo y el solo sonríe.

–Oigan van a desfalcar a mi Yle–Iván me abraza.

–Nosotros no la obligamos, ella quizo sola.

Después de esa platica seguimos caminando y ya llevábamos un montón y yo estaba bastante cansada, hicimos una parada para sentarnos un poco.

Estaba conversando con todos cuando se acercó una niña con su carita de ángel a decirnos que si no le podíamos dar dinero a cambio de una estampa de la virgen, y aquí me ven con mi corazón de pollo al ayudar.

Podre ser un poco mamona y con algo de carácter pero cuando veo una situación así, soy la primera en apoyar.

–Buenas tardes, no quiero molestarlos pero no se si me puedan dar una monedas a cambio de esta estampa–Dice la niña y mi corazón de pollo quiere llorar.

–Haber mi amor, ¿en cuantos las vendes?–Pregunto.

–Es lo que usted guste dar–Dice la pequeña sonriendo.

–Mira traigo este billete, te sirve–Digo.

–Sii–Dice la niña feliz y yo sonrió.

–Pues aquí tienes.

–Aquí está su estampa, muchas gra señorita, usted está muy bonita–Dice y siento como acaricia mi mejilla y yo sonrió.

–Muchas gracias princesa, tu también eres muy bonita–Digo tratando de no llorar y sintiendo la mirada de los presentes.

Late Night Talking || Fede Vigevani Donde viven las historias. Descúbrelo ahora