Capítulo uno: 𝚌𝚊𝚖𝚊́𝚛𝚊 3

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"Dicen que las personas o las cosas que más quieres llegarán cuando menos lo esperes, pero eso jamás lo he creído, o a lo menos a mí jamás me ha sonreído el destino, parece que se hubiera olvidado de mí, ¿por qué cuando más lo quieres es cuando menos lo tienes?"
-Orm.

CAPÍTULO UNO: CÁMARA TRES.

Señorita Orm, debe creerme, no estoy mintiendo, lo juro..toda la mesa directiva me tacha de loco lo sé, pero..sus manos se movían de una manera exagerada al igual que sus pies, por un momento pensó que se tropezaría; cosa que Orm notó y por supuesto llego a fastidiarle, cansada de la misma platica que le daba aquel pobre hombre mayor que presentaba grandes ojeras, respuesta a que seguro no había dormido en días o tal vez semanas, Orm quito sus anteojos y los dejó sobre el escritorio para así poder pasar ambas manos por su rostro tratando de quitar el cansancio y la falta de cordura que aquel hombre le provocaba.

Señor, yo..entiendo que este pasando por un proceso largo y duro pero entienda, hemos buscado en todas las cámaras incluso mandamos a los hombres que vigilaran toda la zona por tercera vez en esta semana.

Miro casi con súplica a aquel hombre que por fin había tomado asiento cosa que Orm había agradecido con un suspiro y paso una mano por su cabello rubio cenizo con un poco de desespero para después tomar un bolígrafo y empezar a marcar las zonas ya examinadas en un mapa de papel del territorio en el que se encontraban.

Hemos buscado aquí, acá, incluso cruzamos más allá del río cosa que esta totalmente prohibido, por favor, le tengo mucho respeto por lo que ha logrado y es por eso que he mandado a los hombres a revisar la zona, incluso revisamos las cámaras, usted puede comprobarlo, no hay nada.

Orm levanto su mano a aquella computadora señalándola después de haberla volteado hacia aquel hombre quien observaba la pantalla de manera fija, su rostro decayendo conforme las grabaciones se repetían y repetían, estaban en cámara rápida ya que previamente habían sido examinadas, exhausto dejo salir un suspiro y bajo la mirada hacia sus manos esta vez con evidente pena, Orm hizo una pequeña mueca al observarlo y tomó un largo suspiro antes de hablar.

Sé que ha pasado por mucho estos últimos meses después de su perdida..y es por qué le propongo algo y no acepto un no por respuesta.

Sonrío levemente para después sacar unos papeles de uno de los cajones de su escritorio que anunciaban que tomaría días libres y estaría fuera del caso, sabía que lo necesitaba, y aunque no creyera aquel cuento que le contaba, sentía empatía por él, todos estaban bajo presión, y por la misma razón ella se ofreció en darle ese descanso con los días pagados para que se descansara cómo se lo merecía, era un hombre mayor que había pasado por algo terrible meses atrás.

Señorita, yo-..—abrió la boca pero al ver la expresión que Orm le daba, sólo suspiro con resignación y calló las palabras que iba articular hasta que volvió hablar.—está bien, tomaré su propuesta, ya estoy viejo para estas cosas, le debo una disculpa por todo lo que le he hecho pasar, lo siento.

Orm enternecida nego y se levanto de su asiento acto que aquel hombre repitió y empezaron a caminar hacia la salida de la oficina.

ahora olvidémoslo y sigamos con nuestras vidas, ¿de acuerdo? bueno, usted ya que yo me quedaré aquí investigando sobre si los elefantes realmente se pueden columpiar sobre una telaraña.

Bromeó dando unas palmadas en la espalda de aquel hombre quien rio por su mal chiste mientras sostenía aquel informe entre sus manos.

Estoy seguro que si resisten, Orm.

𝑬𝑭𝑰́𝑴𝑬𝑹𝑶 | LINGORMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora