Cap 8. EL TIEMPO PERDIDO

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En el auto siguieron conversando un poco más entre los tres mientras Phil se dirigía a la dirección que le había dado Mon. Como era de esperarse Mon no lo reconocía, pero era algo que le inquietaba mucho a Phil, ya que no sabía se de ser reconocido ella lo perdonaría o reaccionaria furiosa.

Sam: ¿Y hace cuánto que son amigos?

Mon: Desde hace 6 años, justo cuando mi mamá y yo nos mudamos es que lo conocí, él es mi vecino y así nos conocimos.

Nop: Al principio la veía desde mi jardín, mientras yo jugaba ella se la pasaba sentada en un columpio bajo su árbol. A mí me parecía algo tierno, así que un día me decidí a hablarle, era muy callada al inicio pero después fue comenzando a sonreír y nos hicimos muy buenos amigos.

Mon: Es gracias a él que pude adelantar también un par de cursos, él es más grande por dos años y cuando hacia sus deberes de la escuela me mostraba cómo se hacía, fue una muy buena influencia el estar con él, así que supere los niveles de mi edad y me recomendaron para cambiar a nivel preparatoria. Ahora aprendemos al mismo ritmo los dos.

Sam: Ya veo, te agradezco mucho Nop lo que has hecho por Mon, el ser su amigo e instruirla bien.

Nop: Gracias, pero en realidad es difícil no querer ser amigo de ella, así que para mí es un honor se su amigo.

Phil: Hemos llegado señoritas…joven.

Salieron del auto y en la puerta de la casa de Mon se despidieron de Nop.

Nop: Mon me tengo que ir, ya empieza mi turno en la cafetería y después tengo que ir a cenar con mi padre, pero nos vemos mañana para ir al colegio, pasare por ti. Sam es un gusto conocerle, me retiro.

Sam: Un gusto, ve con cuidado.

Mon: Nos vemos mañana, no te quedes dormido por favor.

Con una risa y agitando las manos se despidieron de él.

Mon: Pasa Sam…oye ¿Phil se quedará ahí en el auto?

Sam: No, el vendrá más tarde por mí, tenemos un par de horas por lo menos.

Entraron en casa, no era lujosa pero tampoco era pequeña, digamos estaba en término cómodo, de dos plantas muy amplia, con un jardín y patio enormes.

Mon: Mamá…ya llegue a casa…¿Mamá?

No hubo respuesta alguna a su llamado.

Sam: ¿No está en casa?

Mon: No, seguramente ha tenido mucho trabajo en la florería.

Sam: ¿Trabaja en una florería?

Mon: Sí, es de ella pero se niega a querer dejar que alguien más la atienda, dice que los clientes le piden específicamente a ella los arreglos, se ha hecho de una buena reputación con sus ramos, pero en ocasiones la carga es demasiado. Le llamaré para ver si necesita ayuda, por suerte a mi es a la única que me deja ayudarla.

Mon llamo a su madre para preguntar si necesitaba ayuda, a lo que se negó, luego le dijo que Sam estaba ahí, que la había encontrado y se pudo escuchar un grito de felicidad por parte de la madre, dijo que apuraría el trabajo para alcanzar a saludarla.

Mon: Bueno, dijo que no tardará y que me quede a atenderte.

Sam: Le agradeceré su consideración. Oye ¿Y tu amigo también trabaja? por lo que escuche…

Mon: Sí, su papá lo deja trabajar en una de sus cafeterías, tiene 5 en la ciudad, dice que lo ayudara a forjar carácter y responsabilidad.

Sam: Entonces…veo que es un buen partido para ti.

Mon: ¡¿Cómo dices?! No…no, él y yo somos solo amigos, no nos vemos como algo más.

Sam: Tal vez, tal vez cuando crezcan un poco más cambies de parecer…o ¿Es que ya tienes novio?

Mon: No Sam, de momento no pienso en eso, además debo enfocarme primero en mis estudios y una carrera, no en andar de novia.

Por alguna razón esa respuesta tranquilizo la inquietud que comenzaba a sentir Sam.

Mon: Espera un momento, preparare un bocadillo y algo para tomar.

Mon entro a la cocina con una sola idea en mente, prepararle a Sam el bocadillo que sabía le gustaba de niña, esperando que aún fuera de su agrado, así que regreso con una bandeja y un par de emparedados de mermelada y leche.

Mon: ¡Taraaannn! En realidad espero que aún sean de tu agrado.

Sam al ver lo que había preparado sonrío bastante emocionada y tomo gustosa uno, lo mordio…

Sam: ¡Woww! Está delicioso, hace ya un rato que no comía uno así, no puedo creer que recordaras que me gustaban.

Mon: No olvido que los comíamos junto con tu mamá.

Sam: Sí, ella…a ella le encantaba también.

Mon: Lo siento, no quería que recordaras…

Sam: Descuida, aprendí a vivir con ello.

Después de comer un poco Mon llevó a Sam a su habitación para mostrársela. Aún era bastante infantil dado la edad de Mon, pero el carácter que tenía no era propio de su edad, actuaba muy mayor a lo que era en realidad.

Sam: Olvide por un momento que solo tienes 13 años todavía. Aquí hay mucho de ositos y rosa en todos lados.

Mon: Sí, desde que vivimos aquí mi mamá me adorno así el cuarto, tal vez sea hora de remodelarlo.

Sam: Dime, ¿Porque vendieron su casa en el pueblo?

Mon: Supongo que mi mamá no quería que creciera ahí, tal vez le resultaba doloroso seguir ahí sin papá, así que la vendió y nos mudamos. Aquí compro ésta casa y en cuanto pudo me metió a la escuela, compro un local también y comenzó su negocio. A mí me dijo que me dedicara únicamente a los estudios y eso es lo que he hecho.

Sam: Me alegro que haya visto por tu bienestar, tal vez si hubiera sido muy doloroso y difícil haber seguido ahí…quien sabe.

Mon: Bueno, ya es mucho hablar de mí, cuéntame sobre ti, ¿Cómo es tu familia con la que vives?

Sam: Bueno, somos solo mi abuela y yo, pero también está Phil y el resto de la servidumbre, aunque yo veo a Phil más que solo alguien que esta para servirme, él me ayudó mucho después de lo que pasó, aún me ayuda de hecho, me da consejos sobre cómo actuar ante tales situaciones y me habla mucho sobre mi madre cuando ella era joven. Mi abuela…ella es más pegada a las antiguas tradiciones, es muy recta también en lo que hace o solicita. Ella…me quiere…pero a su manera.

En ese momento Mon la abrazo y Sam le dio un beso en la frente.

Mon: No me imagino por lo que has pasado, pero ya estamos juntas y no pienso alejarme de nuevo ni dejarte.

JUGADAS DE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora