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Los gritos de los niños se hicieron presentes en el pent-house de Pete, ya que los pequeños corrían de un lado a otro sin parar y Vegas no sabía cómo lidiar con ellos. No por falta de paciencia, sino por falta de experiencia.

Cuando fue a recoger a su hijo para llevarlo a comer, Pete le pidió de favor que lo cuidara a él y a sus dos sobrinos. Dicho eso se fue, sin decir ni otra palabra, dejándolo sin opción alguna.

—Bueno niños, ¿de qué tienen hambre? —preguntó levantándose del sofá.

—Hamburguesas.

—Pizza.

—KFC.

Los tres niños hablaron al mismo tiempo y comenzaron a reír.

—KFC.

—Hamburguesas.

—Pizza.

Y las carcajadas no se hicieron esperar, contagiando a Vegas quien no hizo esperar que su risa saliera de sus labios.

—Pizza.

—KFC.

—Hamburguesas.

—Bueno pequeños terremotos, iremos a comer una rica ensalada vegetariana.

—No papá, iugh —dijo su hijo con una cara llena de asco. —Pero agradece que tienes un hijo inteligente. Podemos ir a la casa de mi abuelita y pedirle que haga Kuay Teow Lui Suan, a ella le sale delicioso.

—Me parece una gran idea, pero iremos solo si tus primos están de acuerdo. ¿Todos están de acuerdo? —el mayor miró a los niños.

—Si capitán —fue la respuesta de Khalan.

Vegas tomó su teléfono y llamó a Pete, quien ciertamente no contestó, así que optó por dejarle un mensaje.

Venice subió a su habitación y bajó una pequeña mochila con algunas de sus pertenencias, mientras que sus primos esperaban en la sala.

El mayor salió del lugar con aquellas personas de media estatura, quienes no dejaban de hablar entre ellos, en un idioma de niños que ciertamente no podía entender. Una vez en la calle, los hizo subir en la parte trasera de su vehículo, asegurándose de que sus cinturones estuvieran abrochados.

—¿Tienen alguna canción en mente para escuchar mientras vamos de camino?

—¡Blackpink! —esta vez los tres pequeños se pusieron de acuerdo y lo dijeron al mismo tiempo.

—K-pop, ¿verdad?

—Si, señor Vegas —la pequeña Malai le sonrió.

Y como un buen niñero les coloco ese grupo musical, mientras él conducía hacia la casa de su madre, pensando en lo feliz que estaría de no estar con adultos, sino con tres niños. En su juventud, Jai Theerapanyakul había sido maestra de primaria y Vegas podía recordar claramente lo dulce que era cada vez que le enseñaba algo a él o a sus hermanos.

Era consciente que, al irse de su casa, su madre tuvo que lidiar con dos hijos adolescentes, que ahora eran adultos y hacían su vida. A pesar de vivir con ella, no pasaban el tiempo necesario junto a ella.

Al llegar a la enorme casa de los Theerapanyakul, entró con los niños, encontrando a su madre, sus hermanos y Love en el jardín. Las dos chicas conversaban amenamente en la piscina, mientras que su madre y su hermano estaba en la mesa en medio del jardín, su madre tejía y su hermano le hablaba sin parar.

—Buenas tardes —el mayor hizo notar su presencia, con Khalan y Malai al lado izquierdo y su hijo al lado derecho, tomándole la mano.

—Vegas —Love al verlo salió de la piscina, seguida de Milk.

Forget or Love [VegasPete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora