Forget or Love [VegasPete]

#28

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[💙]

Pete había estado ayudando a sus padres con los niños y el bebé. Porchay por su lado... su estado de ánimo parecía decaer cada día que pasaba, aunque forzara una sonrisa por sus pequeños, cada vez que iba al hospital no podía evitar llorar por largas horas. Estaba cerca a morir de cansancio y hambre, pero a su vez era necio y no quería recibir ayuda.

Su estado físico y mental era preocupante para todos, él solo deseaba que su esposo despertara, que estuviera a su lado, quería pedirle perdón por no haberlo escuchado. Estaba arrepentido de tantas cosas.

—Hijo —habló Faye con una suave sonrisa. —Ve a comprar dos pizzas; una vegetariana y una de americana, por favor para la cena. Hoy Malai mencionó que a Porchay le gusta mucho la pizza y pensé que tal vez eso lo anime un poco o haga que como un poco más.

—No sé mamá, espero que si —dijo con preocupación.

—Sé que ya se están acabando las esperanzas para Kim y aunque no se lo haya querido decir a Porchay, te lo voy a decir-

—Mamá, si tú tampoco tienes esperanzas no me lo repi-

Faye le pegó con un cucharón de palo en la cabeza por interrumpirla, recibiendo como respuesta un quejido de su hijo.

—Odio que me interrumpas cuando te voy a decir algo, Pete.

—Lo siento, ¿decías?

Suspiró.

—Yo tuve a Kim por 9 meses en mi vientre, mi corazón de madre me dice que él va a despertar pronto, por eso yo no pierdo la fe. Mira, sé que fui una mala persona al rechazarlo cuando nos dijo a mí y a tu padre que era gay, por no apoyarlo, pero créeme que me dolió no saber de él en años.

—Mamá...

—No tienes idea de cómo me dolió enterarme de él por las noticias, enterarme que estaba en coma. Necesito que mi hijo despierte, necesito pedirle perdón, enmendar todo lo malo que hice —le susurró con la voz quebrada.

Para ese momento, Pete no sabía que decir con exactitud. Sabía de sobra el rechazo que su madre y su padre habían tenido hacia Kim por su orientación sexual, claro que él no sufrió por ese mismo rechazo porque para ese momento sus padres ya habían cambiado su mentalidad y eran un poco más abiertos en el tema, pero nunca hicieron las paces con Kim.

De un momento a otro, recibió otro golpe en la cabeza por parte de madre.

—¡Oye! ¿Eso por qué fue?

—Por ponerme sentimental, ya ve por la pizza, quiero que Porchay y los niños coman algo.

—Bien, iré a comprar.