Episodio 41: "Curiosidad"

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Azazel, originalmente uno de los ángeles de alto rango en el cielo, fue conocido por su gran sabiduría y destreza. En el principio, su papel era el de un guardián y maestro de los cielos, impartiendo conocimiento a los demás ángeles y sirviendo a los designios divinos con lealtad. Sin embargo, a medida que observaba la creación de la Tierra y la humanidad, Azazel comenzó a desarrollar una curiosidad creciente por los mortales y sus vidas efímeras.

Azazel, junto con otros ángeles curiosos, decidió descender a la Tierra, atraído por la fascinación de lo que consideraba un mundo lleno de posibilidades inexploradas. Estos ángeles, conocidos luego como los Vigilantes, bajo el liderazgo de Azazel, comenzaron a interactuar con la humanidad. En su intento por entender y guiar a los humanos, Azazel les enseñó conocimientos que estaban más allá de su comprensión, como el uso de armas, la creación de adornos y cosméticos, y otros secretos que deberían haber permanecido en el dominio divino. Creía que este conocimiento empoderaría a los humanos, pero no previó las consecuencias desastrosas que tendría.

Azazel formó un grupo selecto de ángeles, los Vigilantes, para observar y, en algunos casos, proteger a la humanidad. Sin embargo, la influencia de Azazel sobre ellos se volvió corrupta. Los Vigilantes empezaron a desear lo que los humanos tenían, desarrollando pasiones y deseos terrenales. Algunos de ellos tomaron esposas humanas, engendrando una raza de seres híbridos, los Nephilim, que fueron una aberración para el orden divino.

Con el tiempo, Azazel se dio cuenta de que los Vigilantes se habían alejado de su propósito original y se habían convertido en agentes de caos y destrucción. Desilusionado y abrumado por el peso de sus acciones, Azazel abandonó a los Vigilantes, dejándolos a su suerte mientras él buscaba refugio en las sombras de la Tierra.

En su exilio autoimpuesto, Azazel se encontró con Satán, quien también había caído del favor divino pero por razones diferentes. Satán, intrigado por las acciones de Azazel y su capacidad para influir en los demás, le ofreció una nueva perspectiva. Satán lo buscó, no para castigarle, sino para reclutarlo en una nueva causa, prometiéndole poder y un propósito renovado en un reino que no obedecía las leyes del Cielo.

Azazel, aunque dudoso al principio, se unió a Satán, viendo en él a alguien que comprendía la naturaleza compleja de los seres celestiales y terrenales. Esta alianza marcó un nuevo capítulo en la existencia de Azazel.

Azazel, en su forma demoníaca completa, no pierde tiempo. Con un movimiento rápido y fluido, lanza sus vendas mejoradas hacia Striker, las cuales se mueven como serpientes vivas, envolviendo y perforando a su oponente con una precisión letal. Striker, todavía atónito por la transformación de Azazel, apenas tiene tiempo de reaccionar antes de que las vendas se enrollen alrededor de sus extremidades y torso, sujetándolo firmemente.

Azazel, con una sonrisa sádica en su rostro, intensifica su ataque. Las vendas no solo inmovilizan a Striker, sino que también se clavan en su piel, causándole heridas profundas. Azazel dispara proyectiles de energía oscura que impactan en Striker, cada golpe acompañado por un sonido sordo y devastador. La tormenta de arena vuelve a arremolinarse, azotando a Striker con una furia incesante, mientras Azazel se deleita con la clara superioridad y le grita a striker: "Yo siempre fui superior ¿Ahora lo vez, estúpido? Morirás pedazo de mierda inútil. Yo tendré el mérito de haber matado al supuesto cazador más fuerte de todos".

Striker se tambalea bajo la presión, sus movimientos se vuelven más lentos y torpes mientras lucha por liberarse de las vendas. Azazel se desplaza rápidamente, aprovechando cada apertura para asestar golpes brutales. Lo toma del cuello y lo estrella contra el suelo con una fuerza que hace temblar el coliseo. Las vendas se tensan aún más, restringiendo cualquier intento de Striker de moverse. Azazel sigue golpeándolo, cada impacto más brutal que el anterior, tratando de quebrantar el espíritu de Striker que no hacía mucho esfuerzo ni decía nada.

Después de una serie de golpes demoledores, Azazel se detiene momentáneamente, observando con satisfacción a su adversario gravemente herido, a punto de morir. Striker, sin embargo, no se rinde. A pesar de la intensidad del viento que azota el coliseo, de sus heridas y que está hecho mierda en general, dificultándole acercarse a Azazel, y de las vendas que continúan perforando su cuerpo, se levanta una vez más. Con una determinación feroz, Striker avanza, luchando contra el vendaval y la presión de las vendas.

A medida que se acerca a Azazel, Striker reúne todas sus fuerzas restantes. Las vendas tratan de detenerlo, tirando de él hacia atrás, pero él se niega a ceder. Con sus últimas fuerzas, prepara una de sus técnicas de la serie seria más poderosos: el Corte Sugawa. En un instante, una esfera de energía cortante se forma a su alrededor, expandiéndose rápidamente en un radio de 5 metros. La técnica es devastadora, cortando todo a su paso, incluyendo a Striker mismo y a las vendas. Sin embargo, Azazel recibe la peor parte del ataque, y antes de que pueda reaccionar e intenta detener a striker desesperadamente pero no lo logra y la técnica lo alcanza...

La cabeza de Azazel cae al suelo, separada de su cuerpo y rueda hasta que para y azazel queda mirando hacia arriba, La esfera de energía se disipa lentamente, dejando un coliseo devastado y destruido. Azazel dice sus últimas palabras: "¿Cómo lo hizo? ¿Cómo carajos logro hacerlo? Estaba casi muerto ¿De dónde sacó la fuerza? No tiene sentido. No, no lo tiene. Noooooo!!!!! Mierdaaaa". Después de decir eso Azazel muere. Desvaneciendose en el aire.

Striker, exhausto y herido, observa cómo el cuerpo de Azazel se desmorona, asegurándose de que el demonio esté finalmente derrotado

STRIKER EL CAZADOR DE DEMONIOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora