El gimnasio se encontraba en pleno apogeo esa mañana. La música retumbaba en los altavoces, marcando el ritmo para aquellos que buscaban esculpir sus cuerpos y liberar el estrés del día. Ethan Thornwood, con su usual carisma y confianza, llegó al lugar vistiendo ropa deportiva de la mejor calidad, resaltando su figura musculosa y atrayendo miradas admirativas de quienes se encontraban allí.
Tras un breve calentamiento, Ethan se dirigió a las pesas libres, listo para su rutina diaria. Sin embargo, algo distinto en el ambiente llamó su atención. Entre los habituales del gimnasio, sus ojos captaron la presencia familiar de Aiden Valenwood, quien, concentrado en sus ejercicios, parecía ignorar todo a su alrededor. La presencia de Aiden provocó en Ethan una mezcla de emociones, desde la atracción hasta el desafío.
Decidido a no dejarse llevar por su ego esta vez, Ethan se acercó lentamente a Aiden, buscando una oportunidad para entablar una conversación que no se convirtiera en una confrontación. Aiden estaba levantando pesas, su rostro reflejando la concentración y el esfuerzo.
-¿Te importa si entreno aquí contigo? -Ethan se inclinó ligeramente, intentando no parecer demasiado invasivo.
Aiden levantó la vista, sus ojos azules encontrándose con los de Ethan. Durante un breve instante, una chispa de reconocimiento pasó entre ellos. Aiden, aunque manteniendo su habitual frialdad, asintió levemente.
-No hay problema.
Ethan tomó una pesa y comenzó su rutina, ambos trabajando en silencio por un rato. La tensión que usualmente acompañaba sus encuentros parecía haber disminuido, dando paso a una atmósfera más relajada.
-He notado que vienes aquí con bastante frecuencia -comentó Ethan, rompiendo el silencio de manera casual.
-Es parte de mi rutina diaria. Necesito mantenerme en forma.
Ethan asintió, sintiendo una pequeña victoria por haber iniciado una conversación sin provocar una reacción negativa.
-¿También vienes a desahogarte del trabajo?
-En parte. Pero también porque me gusta mantenerme activo.
Aiden dejó la pesa con cuidado y se sentó en un banco cercano, secándose el sudor con una toalla. Ethan lo observó, admirando la dedicación que el joven ponía en cada aspecto de su vida.
-¿Y tú, Ethan? ¿Vienes solo por el físico o hay algo más?
Ethan se tomó un momento para responder, reflexionando sobre la pregunta. Había sido un tiempo desde que alguien le había preguntado algo con tanta sinceridad.
-Supongo que es una mezcla de ambas cosas. Me gusta cómo me hace sentir, pero también es una forma de escapar de todo lo demás.
Aiden asintió, entendiendo de alguna manera esa necesidad de escape. Aunque no lo expresó, también utilizaba el ejercicio como un refugio de sus responsabilidades y la rutina diaria.
-Es comprensible. Todos necesitamos una salida.
El intercambio de palabras continuó, ambos compartiendo fragmentos de sus vidas sin la usual tensión fría que los había caracterizado. Aiden, aunque seguía siendo reservado, mostraba una apertura que Ethan no había visto antes.
-No esperaba encontrarte aquí tan temprano -Ethan comentó mientras cambiaba de ejercicio.
-Tengo varios trabajos, y el gimnasio es una forma de mantenerme equilibrado.
Ethan lo observó con curiosidad. Siempre había sentido que había más en Aiden de lo que dejaba ver. La frialdad y la distancia parecían ocultar una profundidad que ahora, por primera vez, estaba vislumbrando.
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¿Sexo o Amor? | +18
Любовные романыEn la vibrante y soleada ciudad de Los Ángeles, donde los sueños se entrelazan con la realidad, Ethan Thornwood, un joven de 20 años, pelirrojo, de ojos verdes, musculoso y abrumadoramente atractivo, se enfrenta a una vida de aparentes certezas y em...