La brisa del mar acariciaba la piel desnuda de Ethan Thornwood y Aiden Valenwood mientras caminaban por la playa nudista, buscando un lugar apartado donde pudieran disfrutar de su intimidad sin ser molestados. El sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos naranjas y rosados que reflejaban la intensidad de la pasión que sentían el uno por el otro.
Finalmente, encontraron un rincón apartado, protegido por grandes rocas que les ofrecían la privacidad que deseaban. La arena blanca y suave se extendía ante ellos, invitándolos a dejarse llevar por el deseo que ardía en sus cuerpos.
-Aquí estaremos bien.
-Sí, este lugar es perfecto.
Se miraron a los ojos, una mezcla de lujuria y amor reflejándose en sus miradas. Ethan fue el primero en moverse, acercándose a Aiden y acariciando su mejilla con ternura antes de inclinarse para besarlo. El beso fue lento y profundo, una promesa de lo que estaba por venir. Sus labios se movieron juntos en una danza sensual, explorando y saboreando cada rincón.
Las manos de Ethan se deslizaron por el torso de Aiden, sintiendo cada músculo bajo la piel. Aiden respondió con igual fervor, sus manos recorriendo la espalda de Ethan y bajando hacia sus glúteos, apretándolos con fuerza mientras sus cuerpos se apretaban más.
-Te deseo tanto, Aiden.
-Y yo a ti, Ethan. No puedo esperar más.
Ethan sonrió, su vanidad y egocentrismo brillando en sus ojos por un momento antes de dejarse llevar por el deseo. Bajó a sus rodillas, besando y lamiendo el torso de Aiden, cada beso una caricia de fuego que dejaba a Aiden temblando de anticipación. Sus labios se movieron más abajo, explorando el ombligo de Aiden antes de llegar a su miembro erecto.
-Ethan...
-Shh, solo disfruta.
Ethan tomó el miembro de Aiden en su boca, su lengua moviéndose con habilidad mientras lo complacía. Los gemidos de Aiden llenaron el aire, mezclándose con el sonido de las olas rompiendo en la orilla. Cada movimiento de la lengua de Ethan, cada succión, enviaba olas de placer por el cuerpo de Aiden, haciéndolo arquearse y gemir de placer.
-Ethan, esto es... increíble.
Ethan sonrió en respuesta, aumentando la intensidad de sus movimientos. Quería que Aiden disfrutara cada segundo, que se perdiera en el placer que solo él podía darle. Sus manos acariciaron los muslos de Aiden, apretándolos suavemente mientras su boca seguía trabajando.
Finalmente, Ethan se levantó, sus ojos llenos de deseo mientras miraba a Aiden. Ambos sabían que esto era solo el comienzo, y estaban ansiosos por más. Ethan se tumbó en la arena, su cuerpo desnudo y bronceado brillando bajo el sol poniente.
-Ven aquí, Aiden.
Aiden se acercó, arrodillándose entre las piernas de Ethan y besándolo de nuevo, sus cuerpos apretándose con urgencia. Ethan levantó una pierna, envolviéndola alrededor de la cintura de Aiden mientras sus manos exploraban el cuerpo del otro. La arena se sentía suave bajo ellos, añadiendo una nueva dimensión a su pasión.
-Te necesito dentro de mí, Aiden.
-Lo sé.
Aiden tomó un momento para prepararlos a ambos, sus dedos moviéndose con habilidad mientras Ethan gemía y se arqueaba bajo su toque. Finalmente, cuando ambos estuvieron listos, Aiden se posicionó, entrando lentamente en Ethan. El gemido de placer que escapó de los labios de Ethan fue puro éxtasis, y Aiden tuvo que controlarse para no perderse en la sensación inmediatamente.
-Dios, Ethan... eres tan apretado.
-Y tú... eres tan perfecto para mí.
Aiden comenzó a moverse, estableciendo un ritmo lento y profundo. Cada empuje, cada movimiento, estaba lleno de una intensidad que los llevaba más allá de cualquier cosa que hubieran experimentado antes. La playa nudista a su alrededor desapareció, dejando solo el placer y la conexión entre ellos.
Ethan se movió con Aiden, sus cuerpos encontrando un ritmo perfecto mientras sus gemidos y susurros llenaban el aire. La arena bajo ellos añadía una nueva dimensión a su pasión, cada movimiento enviando olas de placer por sus cuerpos.
-Más rápido, Aiden. No puedo... aguantar más.
Aiden aumentó el ritmo, sus empujes volviéndose más rápidos y profundos mientras ambos se acercaban al clímax. Cada gemido, cada suspiro, cada movimiento, estaba lleno de una química innegable que los llevaba más allá de cualquier cosa que hubieran imaginado.
Finalmente, el clímax llegó con una intensidad que dejó a ambos temblando. Ethan se derrumbó sobre Aiden, sus cuerpos aún conectados mientras trataban de recuperar el aliento. La satisfacción y el placer eran evidentes en sus rostros, y ambos sabían que esta noche había sido algo verdaderamente especial.
Se quedaron abrazados en la arena, disfrutando de la intimidad y la cercanía que habían encontrado. Ethan, siempre tan egocéntrico y vanidoso, encontró una nueva satisfacción en la conexión genuina que había formado con Aiden. Y Aiden, siempre tan controlado y reservado, encontró una libertad y un placer que nunca había imaginado.
La noche continuó, con ambos explorando y disfrutando del cuerpo del otro, cada momento más intenso y apasionado que el anterior. Finalmente, agotados pero satisfechos, se quedaron dormidos en los brazos del otro, sus cuerpos entrelazados en la arena de la playa.
La playa nudista, el escenario de su noche de pasión, se había convertido en un símbolo de su conexión. Un lugar donde podían ser ellos mismos, libres de juicios y expectativas. Y mientras caminaban de regreso a la civilización, sus manos entrelazadas, sabían que el futuro les reservaba muchas más aventuras y momentos de felicidad.
Ethan y Aiden habían encontrado algo más que pasión y deseo. Habían encontrado una conexión profunda y genuina, algo que ambos habían estado buscando sin saberlo. Y con cada día que pasaba, esa conexión se hacía más fuerte, más intensa, prometiendo un futuro lleno de amor y aventuras juntos.
El camino por delante no sería fácil, pero ambos estaban listos para enfrentarlo juntos. Porque sabían que, sin importar lo que el futuro les deparara, siempre tendrían el uno al otro. Y eso, al final del día, era lo único que realmente importaba.
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¿Sexo o Amor? | +18
RomanceEn la vibrante y soleada ciudad de Los Ángeles, donde los sueños se entrelazan con la realidad, Ethan Thornwood, un joven de 20 años, pelirrojo, de ojos verdes, musculoso y abrumadoramente atractivo, se enfrenta a una vida de aparentes certezas y em...