05-El Cine

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Después de las clases, salí del colegio con Eva, charlando y riendo sobre las cosas que habían pasado durante el día

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Después de las clases, salí del colegio con Eva, charlando y riendo sobre las cosas que habían pasado durante el día. Mientras caminábamos hacia la salida, Eva me contaba un poco sobre su vida, y yo le contaba sobre mi y mi hermano Tomás y su sobreprotección.

Pero cuando llegamos a la puerta del colegio, Tomás me esperaba. - Andrea, lo siento, pero tengo que irme con mis amigos. No puedo acompañarte a casa. -

Me sorprendí. - ¿Qué? ¿Por qué? -

Tomás se encogió de hombros. - Tengo planes. No te preocupes, puedes irte sola. Es solo un par de cuadras. -

Me sentí un poco incómoda. No me gustaba la idea de irme sola, especialmente después de lo que había pasado con Quiñónez en la clase de educación física. Pero Tomás ya se había ido, dejándome con Eva.

Eva me miró preocupada. - Andrea, no sé vaya sola a casa. ¿Quieres ir al cine conmigo? Acabo de ver que están pasando una película nueva que me encantaría ver y estoy segura de que a usted le puede gustar. -

Me sonreí, agradecida por la oferta. - Me encantaría, Eva. No quiero irme sola a casa tampoco. Además, necesito distraerme un rato de todo y más del cole. -

Antes de ir al cine, Eva me miró con una sonrisa pícara. - Oiga, Andrea, ¿quiere ir a donde están los muchachos a preguntarles qué van a hacer? -

Me encogí de hombros. - Bueno, sí. Quiero saber pa' dónde van esos manes -

Eva asintió. - Vamos, entonces. Están caminando unos pasos adelante de nosotras. Vamos a alcanzarlos. -

Empezamos a caminar para alcanzar a los chicos. Cuando los alcanzamos, Eva les habló - ¿Y que? ¿Para donde van? - Preguntó mirando a Salcedo, que dejo de hablar a penas escuchó la voz de Eva.

- Al cine.

- ¿Y no invitan?

Martín Salcedo se rió burlonamente. - No, es que no creo que la película que vamos a ver les guste. -

Eva sonrió con confianza. - ¿Y cuál es? -

Salcedo se encogió de hombros. - El pecado de las colegialas, en el imperio. -

Eva respondió de forma tranquila. - Ah, ya la vi -

Todos paramos en seco y volteamos a verla, sorprendidos por su respuesta.

- ¿Y le gustó? - Le preguntó Rodri

Eva se encogió de hombros. - No, es muy mala. Puro porno sin argumento. -

Eva sonrió. - En cambio, yo justo acababa de invitar a Andrea a ver una película, como te iba a decir, se llama Saturday Night Fever con un actor nuevo que se llama John Travolta. Que dizque baila como los dioses - mencionó Eva.

Martín Salcedo se burló. - ¿Una película de baile, a lo bien? ¿Qué tan emocionante puede ser? -

Me reí. - Bueno, al menos tiene argumento y no es solo porno. Además, he oído que John Travolta es muy bueno -

—Sí, ¿se nos unen al plan? Yo invito. —Habló Eva, ignorando la burla de Salcedo y extendiendo la invitación a los demás.

—Yo voy. —Fue la rápida respuesta de Álvaro, que me hizo sonreír. Él me correspondió la sonrisa, pero esta desapareció rápidamente cuando se dio cuenta de la mirada enojada que le lanzaba Salcedo.

La tensión entre ellos era palpable, y me pregunté qué estaba pasando. Pero Eva no se dio cuenta y siguió adelante con los planes.

Al final, todos se apuntaron al plan, excepto Martín y Camilo, quienes decidieron irse a ver la película de colegialas. Eva compró las boletas y también nos compró palomitas, y todos entraron a la sala de cine.

Me senté donde quedó asiento y, como era de esperar, Álvaro se sentó a mi lado. Habíamos crecido juntos, y era como si nos conociéramos sin necesidad de palabras. Incluso a pesar de que no habíamos hablando en bastante tiempo.

Eva se sentó al otro lado de mí, seguida de Gustavo, Rodrigo y Tomás. La película comenzó y me sumergí en la historia de Tony Manero y su pasión por el baile.

Álvaro se inclinó hacia mí y susurró: - ¿Le gusta la película? -

Asentí con la cabeza, sin quitar la vista de la pantalla. Álvaro se rió y se inclinó hacia mí de nuevo. - Sabía que le gustaría - dijo con una sonrisa.

Me sentí cómoda con Álvaro a mi lado, como siempre. Pero había algo diferente en su mirada, algo que me hizo sentir un poco nerviosa.

La película continuó y me encontré disfrutando de la compañía de Álvaro. Me sentía como si estuviéramos de nuevo en el parque de nuestra infancia, compartiendo secretos y risas.

La película terminó y todos aplaudimos. Eva se levantó y dijo: - ¿Qué les pareció? ¡Me encantó! -

Todos coincidimos en que había sido una gran película. Álvaro se levantó y me ofreció su mano para ayudarme a levantarme. Me sentí un poco emocionada al tomar su mano, pero traté de disimularlo.

Salimos del cine, charlando y riendo. Me di cuenta de que había pasado una gran tarde con mis amigos, y que Álvaro había sido una agradable sorpresa.

Al salir del cine, los muchachos nos contaron que siempre después de ir a estudiar iban al Club 68. Ya sabía lo que era el Club 68. También sabía que ellos mantenían allá, recuerdo que una vez iba a ir a aquel lugar para fumar y tomar con unas amigas, pero recordé que mi hermano Tomás mantenía allá, entonces preferimos optar por otro lugar.

Pero ahora, con los muchachos invitándonos a ir, decidí que no había problema. Los muchachos dijeron que Camilo y Martín no iban a tardar en llegar, ya que habían ido a ver la otra película, entonces fuimos al Club 68.

Al llegar, el lugar estaba lleno de personas hablando, tomando y bailando. La música no era tan alta. Eva se fue directo a la barra a pedir unas polas, mientras que los demás nos sentábamos en unos sillones colocados en el lugar.

Álvaro se sentó conmigo. Me sentí un poco incómoda al principio, pero Álvaro me hizo sentir cómoda con su conversación.

¡𝙇𝘼 𝙋𝙍𝙄𝙈𝙀𝙍𝘼 𝙑𝙀𝙕! | 𝘼𝙇𝙑𝘼𝙍𝙊 𝘾𝘼𝙎𝙏𝙍𝙊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora