Me sentí mal por hablarle tan cortante a Andrea, pero la conocía lo suficiente como para saber que si no le decía las cosas claras y directas, ella seguiría insistiendo y no me dejaría en paz. Andrea podía ser muy persistente cuando se le metía algo en la cabeza.
Mientras caminaba con los muchachos, no pude evitar sentir un poco de culpa por haberle hablado así. Andrea no se lo merecía, y esperaba que no se tomara demasiado a pecho mi respuesta.
Después de pensar tanto en eso, me concentré en lo que estábamos haciendo, perseguir a Eva.
Después de perseguir a Eva, los muchachos y yo nos fuimos para el club a hablar sobre lo que vimos.
- ¡Es puta! El tipo que la recogió debe ser alguno de sus clientes. Porque como ella misma dijo, es la dama de las camelias colombiana - hablo Salcedo, mientras todos jugábamos billar - y ustedes le siguen besando las patas. Ay, Dios mío. Se las pisan y preguntan de quién son.
- Que no hermano, que Eva no es una puta. Yo lo sé porque, mi papá me llevó a un putero el fin de semana pasado - Ante tal confesión de Granados, todos lo miramos con asombro. - Y así no son las putas.
- ¿En serio?
- Si, en serio. Las putas son diferentes
- ¿Diferentes cómo? - pregunté yo, que a pesar de solo poder pensar en una mujer, tenía curiosidad de saber cómo es que eran las famosísimas "putas"
- Pues... Mmm. No son tan jóvenes.
- Porque su papá seguro lo llevó a un sitio de viejos - interrumpió Salcedo
- Venga Granados - se le acercó Martínez, a quien por cierto habíamos puesto en contexto sobre todo lo que pasó ayer, bueno, casi todo, obviamente quitando la parte en la que los muchachos también creyeron que Andrea podría ser una puta
- ¿Y qué? ¿Cómo le fue?
- Pues, bien, bien, estuvo bacano. Pero igual, ese no es el tema. El punto es que, a pesar de todo, todavía no podemos concluir que Eva se dedica a eso.
- Ay hermanito, no hay peor ciego que el que no quiere ver
- Le voy a demostrar lo contrario, ¿oyó?
- Es que los trae ciegos. Amanecerá y veremos.
- ¿Granados? - Pabón se acercó a hablarle - ¿C-cómo cuánto cuesta ir a un sitio de esos?
- Pues es que no se porque mi papá se encargó de todo. No lo tengo claro.
- ¿O sea que usted no vio cuánto pago?
- Exacto, no vi
- Si tienen tanta curiosidad, ¿porque no le preguntan a Evita? - exclamó Salcedo desde el otro lado de la mesa de billar - Pregúntele usted, Granados. Ya que tiene tanta experiencia y es tan amigo de ella. Cuando haya salido de dudas, claro.
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¡𝙇𝘼 𝙋𝙍𝙄𝙈𝙀𝙍𝘼 𝙑𝙀𝙕! | 𝘼𝙇𝙑𝘼𝙍𝙊 𝘾𝘼𝙎𝙏𝙍𝙊
FanfictionLa primera vez que me enamoré... ⇣ Está es mi historia de amor y auto-descubrimiento, ambientada en una época de gran transformación en Colombia. ∘₊✧──────✧₊∘ Andrea, con su sonrisa radiante y su personalidad arrolladora, había sido siempre la herm...