Llegué al colegio José María Root con un poco de nerviosismo. Era mi primer día en un nuevo colegio, después de la expulsión del anterior. Mi madre me había dicho que era una buena oportunidad para empezar de nuevo, pero yo no estaba tan segura.
Al entrar al colegio, me dirigí a la oficina para inscribirme. La secretaria me dio la bienvenida y me indicó que mi salón era el 304. Me dio un mapa del colegio y me dijo que la primera clase ya había empezado, así que debía irme rápido.
Mientras subía las escaleras, me di cuenta de que otra chica también estaba llegando tarde. Tenía el mismo uniforme que yo y parecía muy segura de sí misma.
- ¿También eres nueva? - le pregunté.
- Sí, soy Eva - me respondió con una sonrisa. - Y usted, ¿quién es?
- Soy Andrea - le dije. - ¿Cuál es tu salón? El mío es el 304
- El 304 - me dijo. - ¡Vamos juntas!
Llegamos al salón juntas, un poco tarde. La clase ya había empezado y la profesora de español nos miró con curiosidad.
- ¡Bienvenidas, señoritas! - dijo. - ¡Señores, les presento a las primeras mujeres en el colegio José María Root! Andrea y Eva, bienvenidas. Por favor, tomen asiento. Sé que sus compañeros las van a hacer sentir como en casa.
La profesora se acercó a nosotras y nos presentó al resto de la clase.
Me sentí un poco incómoda, pero Eva parecía disfrutar del momento. Me di cuenta de que íbamos a ser el centro de atención en este colegio, al menos por un tiempo.
Mientras buscábamos un lugar para sentarnos, me di cuenta de que mi hermano Tomás estaba en el salón. ¡Y también estaba Álvaro! Me sentí un poco incómoda, pero Eva parecía no tener miedo de nada.
Me acerqué a un chico que parecía muy tímido y me senté a su lado.
- H-hola - me dijo, tartamudeando un poco.
- Hola - le respondí con una sonrisa. - Soy Andrea.
- Y-yo soy P-Pabón - me dijo, sonrojándose un poco.
Eva se sentó con otro chico que parecía muy amable.
- ¡Hola! - le dijo. - Soy Eva.
- Hola, Eva - le respondió el chico. - Soy Camilo.
Pabón me miró con una sonrisa tímida y me susurró:
- M-me alegra que se haya sentado conmigo.
- Me alegra haberlo hecho - le respondí con una sonrisa.
Mire a mis alrededores y vi a Álvaro quien ya me miraba con una sonrisa en su rostro. Me sentí un poco confundida, pero también un poco emocionada. ¿Qué iba a pasar en este nuevo colegio?
Mi pensamiento fue interrumpido por la voz de la profe.
- Chicos, necesito que me presten atención. Es hora de elegir la materia vocacional y tienen dos opciones: electricidad o contabilidad. Voy a pasar lista y quiero que me digan cuál prefieren.
Pero antes de empezar, Eva me interrumpió con la mano levantada.
- Sí, Señorita Samper
- No me llamo señorita Samper, profe, me llamo Eva. Y... ¿no hay bordado?
La profesora se detuvo un momento, sorprendida por la pregunta de Eva.
Todos los ojos se clavaron en Eva, expectantes y en silencio. Cuando miré al frente, me di cuenta de que nuestra profesora también se había quedado muda, sumida en sus pensamientos, como si la pregunta de Eva la hubiera dejado sin palabras. El silencio en el aula era palpable, como si todos estuviéramos esperando a ver qué sucedería después.
Andrea se encontraba sentada en la primera fila, al lado de Pabón, tratando de prestar atención a la profesora, pero no podía evitar mirar a Álvaro, quien se sentaba en la última fila. Cada vez que se atrevía a mirar al lado, encontraba sus ojos clavados en ella, con una sonrisa leve en su rostro.
Pabón se dio cuenta de que Andrea estaba distraída y le susurró con timidez: "Eeh, A-Andrea... ¿qué pasa? ¿N-no entiende la clase?"
Andrea se sonrojó y se volvió hacia adelante, tratando de prestar atención a la profesora. Pero no podía evitar a su lado, buscando la mirada de Álvaro. Y cada vez que lo hacía, encontraba sus ojos clavados en ella, con una intensidad que la hacía sentir incómoda.
Álvaro levantó una ceja, como si estuviera leyendo sus pensamientos, y Andrea se sonrojó aún más. Pabón se dio cuenta de la mirada y se rió nerviosamente. "E-eh, A-Andrea... creo que Álvaro a usted le gusta", le susurró.
Andrea se sonrojó aún más y le dio un golpe suave en el brazo a Pabón. "Cállate, Pabón", le susurró de vuelta, tratando de disimular su nerviosismo. Pero no podía evitar sentir una emoción extraña en su pecho, una emoción que no sabía cómo procesar.
Pabón asintió con la cabeza y se sonrojó un poco, pero no pudo evitar mirar a Álvaro con una sonrisa. Álvaro le devolvió la sonrisa y se encogió de hombros, como si estuviera diciendo "¿qué puedo hacer?"
Andrea se sentía cada vez más incómoda, pero no podía evitar mirar a Álvaro de nuevo. ¿Por qué la miraba de esa manera? ¿Qué quería de ella?
La profesora siguió hablando, pero Andrea no podía concentrarse. Su mente estaba llena de preguntas y emociones contradictorias. ¿Por qué se sentía así? ¿Por qué Álvaro la miraba de esa manera?
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¡𝙇𝘼 𝙋𝙍𝙄𝙈𝙀𝙍𝘼 𝙑𝙀𝙕! | 𝘼𝙇𝙑𝘼𝙍𝙊 𝘾𝘼𝙎𝙏𝙍𝙊
Hayran KurguLa primera vez que me enamoré... ⇣ Está es mi historia de amor y auto-descubrimiento, ambientada en una época de gran transformación en Colombia. ∘₊✧──────✧₊∘ Andrea, con su sonrisa radiante y su personalidad arrolladora, había sido siempre la herm...