𝙀𝙉𝙄𝙂𝙈𝘼│ ❝ La mente de Caitlyn es un enigma sumamente atractivo para Jinx ❞.
Resulta hasta fastidiosa la inteligencia de la sheriff de Piltover, incluso podía pensar en ella cuando su mente divagaba sin quehacer, había algo detrás de esos pensa...
Perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva.
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Said he likes crazy girls But he hates when i act crazy it takes two to toxic
You've been getting to me lately
Just cause' im fucked Up it doesn't mean i don't Feel
If you scream at me A little louder let me Know its real
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Su pequeño cuerpo temblaba al escuchar los pesados pasos en la proximidad, no habían pasado más de dos horas antes de su próxima dosis por lo que aún se encontraba dispersa y adolorida, esconderse le era inútil en la habitación sucia y desgastada, rezaba a algo que no conocía teniendo fe ciega de que algún día todo seria diferente para ella, no sabía con certeza si su vida era mejor allí o comiendo basura en las calles.
Sus ánimos desalentadores cambiaron por completo al observar un rostro conocido cruzar la puerta del lugar, se apresuró aun con su malestar a correr hasta el mismo hombre que había estado ausente por un tiempo, ahora que volvía se sentía mas aliviada con su situación.
Lo atrapó entre sus brazos deseando perdurar así y que este no la abandonara en aquel sitio de nuevo.
—Jinx... —Pronunció con suavidad el hombre de cabello negro antes de colocarse a la altura de la menor. —¿Qué hiciste para que terminaras aquí? —Cuestionó con pesar, la habitación del castigo en aquel laboratorio no era de su agrado si se trataba de su niña. Se lamentó por no estar presente para evitar que la pequeña terminará allí.
La niña con el pelo enmarañado titubeó antes de dar por finalizado el abrazo y sus manos ahora sostenían el borde de su camiseta aferrándose a el con la mirada baja, temía decir sus acciones no por que le fuesen a propinar un nuevo castigo si no más bien avergonzada de admitir sus errores a quien consideraba la única persona buena de aquel espantoso lugar.
—Dolor —. Balbuceó sintiendo las mejillas hidratarse por sus nuevas lagrimas. —Sentía mucho dolor, ya no quería más inyecciones y aun querían que hiciera más por ellos, estaba cansada, solo necesitaba descansar como cuando tu —Se detuvo ante el hipeo adolorido que se le escapó producto del llanto. —Te extrañaba, ellos me odian y no son como tú.
