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Pero no importaba qué pasara. Floyd siempre regresaría a ella. No podía odiarla aunque quisiera, no podía cansarse de sus juegos aunque se lo gritara... y eso lo estaba volviendo loco.

Una noche la reina entró por la ventana de su vaina, suelta en una holgada bata blanca para dormir, dedicándole una sonrisa.

Y cuando Poppy lo miraba así, se volvía un momento en el que él deseaba ser su chico malo.

Lo estaba volviendo loco, efectivamente.

-Perdóname... - le murmuró Poppy, sosteniendo sus mejillas mientras besaba sus pálidos labios

-Descuida, no pasa nada... - suspiraba entre cada beso mientras sus manos recorrían su espalda y cadera.

(...)

Cómo amaba las tardes cálidas de verano (aunque personalmente Floyd prefería el otoño).

Esa mano rosa que él adoraba sentir fue la que esa tarde lo tiró dentro del lago cuando se encontraron. Ella reía, él reía. Poppy se lanzó también, besándose en lo profundo de esa clara agua. Se tiraban, chapoteaban, se sumergían y jugaban como niños pequeños, montando los enormes peces dentro del agua y espantando a los más pequeños cardúmenes de peces. Floyd tuvo suerte y encontró una flor, la cual se volvió un presente para ese lindo encanto color rosa. Los insectos y oruguitas del bosque quedaron confundidos al ver que la rosada no andaba con el mismo troll gruñón de chaleco verde.

Poppy escribió su nombre en el tronco de un viejo árbol cuyas raíces se hundían en el fondo del río y Floyd escribió el suyo a su lado.

El exintegrante de Bro-Zone y la monarca del pop al final del día salieron a tomar lo último del sol, cubiertos con sus toallas. El troll de piel clara entonces empezó a cantar pequeños párrafos solitarios que alguna vez creó cuando se encontraba solo por el mundo complaciendo a pueblos con su guitarra. La reina, en su lugar, dejó volar su imaginación al cerrar sus ojos y escuchar la eufónica voz de su amante.

Tal vez pensaba en su boda, tal vez pensaba en cómo se escucharía su vida cuando escaparan juntos e iniciaran un nuevo reino.

-Espero que algún día, nos sentemos juntos, donde todos nuestros problemas los enterraremos para siempre y nos reiremos el uno con el otro de estos días. - Poppy confesó con sinceridad, recostando su cabeza sobre el hombro de Floyd, mientras ambos miraban en distintas direcciones.

-Yo también lo espero de corazón... y que todos los trolls de todo el mundo sepan de nuestro amor, Pops... - el troll respondió ameno, su mano buscó el tacto de ella.

-...je je... hace mucho alguien no me llama "Pops"... al menos alguien que no es Ramón... - Poppy admitió con una suave risa, antes de guardar silencio.

Entonces, ese rosa y ese azul claro se entrelazaron en un agarre.

-...Floyd...

-...¿Sí, reina mía?...

-...Amo que me llames así...





este fanfic se termina en una semana,gozenlo xd

Wild||°Poppy x Floyd°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora