Capitulo 15. ⚽

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Pov. Ale.

Al llegar al consultorio pude respirar tranquila, esto me está dejando sin estabilidad emocional, primero el chico que me gusta me insulta sin razón y luego el chico al que considero un gran amigo palideció cuando le preguntaron si gusta de mi, sinceramente espero que no, no quiero lastimarlo.

—Puedo pasar?.— hablando del rey de Roma.

—Si, adelante.— trato de estar tranquila y seguir la conversación normal.

—No le prestes atención a Pedri, es un...— me le quedo mirando esperando que finalice, supongo que no quiere decir groserías frente a mi.

—Un... Idiota?.— finalizo para darle seguridad.

—Si, eso mismo.— sonríe nervioso.

—Bueno supongo que el internet a veces miente.— dije sonriendo.

—Porque?.— dijo dudoso.

—Crei que él era más amable y... no sé.— dije suspirando y recostando me sobre la silla.

—Bueno él es buena persona, contigo es extraño pero no es mal tipo.— dijo para tranquilizarme.

—Si, quiero creer eso.— dije, nos mantuvimos en silencio unos segundos.

—Sabes que... Mañana es viernes y no hay entrenamiento, paso por tu departamento a las 9:00am, vístete cómoda.— no me dejó preguntar y se marchó como alma que lleva el diablo.

Que planea este muchacho ahora, respire profundo, últimamente lo hacía bastante, me recosté sobre el escritorio y cerré los ojos, el estrés me está matando.

Me dormí sin darme cuenta, me despertaron unos golpes en la puerta.

—A-adelante.— dije somnolienta, que vergüenza.

—Disculpa... Estás ocupada?.— el gran Robert Lewandowski estaba parado en el umbral de la puerta.

—No, estaba... Eh... Tenía puestos los ipods jaja.— mentí y le mostré la cajita, no era necesario pero me ponía nerviosa su presencia.

—Ah con razón... Puedo sentarme?.— dijo con amabilidad.

—Claro, claro adelante.— dije enderezando me.

—Gracias... Necesito hablar contigo sobre Pedri.— abri mis ojos grandes y tragué grueso.

—No se lo que Pedri le haya dicho pero no es cierto, él dice que tenemos un problema pero no se de qué problema habla.— dije rápido y sin pausas, él me miró y rió fuerte.

—No es a reclamarte, tranquila... Pedri últimamente se está comportando muy inmaduro y ví lo que sucedió en el partido pasado contra el atlético.— dijo poniéndose cómodo sobre la silla.

—Usted vió lo que pasó?.— dije nerviosa recordando la tremenda cachetada que le planté.

—Si, regresé por qué había olvidado mi celular y los escuché charlando, era inevitable sabes... Cuando te insultó iba a salir a reprenderlo pero tú, bueno... ya sabes.— dijo, haciendo que me sonrojara. —Debo admitir que se lo merecía... Pero el motivo de mi visita es para pedirte que le tengas paciencia, él no se a dado cuenta ni de sus propios sentimientos.— dijo suspirando.

Sin prejuicios - Pedri Gonzáles. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora