Capitulo 11. ⚽

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Mi móvil no dejaba de sonar y yo solo leía y volvía a leer el artículo, que lío me estoy armando por Dios.

Decidí contestar aunque sinceramente no sabía que rayos diría.

—Si?...— dije en un hilo de voz, ni siquiera entiendo porque me comporto así.

—Ale... Ya leíste el artículo?.— dijo Félix sin esperar mucho.

—Si... Yo...— no podía decir nada o más bien, no sabía que decir.

—Es mi culpa no te sientas mal, lo hice sin tu consentimiento, perdóname.— dijo tristemente.

—Tranquilo, no mencionan mi nombre y tampoco hay fotos, si las hubiera creo que ya me habría regresado a mi país.— dije riendo para aligerar el ambiente que yo misma había creado.

—No digas eso, lo solucionare así que tranquila si, además solo tu y yo sabemos que era para ti.— dijo para "tranquilizarme" pero solo me hizo acordarme.

—Pedri...— dije inconscientemente.

—Que pasa con él?.— dijo curioso.

—El... Él estaba ahí cuando me prometiste el gol.— dije con los nervios a flor de piel.

—Es verdad... Igual no creo que diga nada, eso no le beneficiaría en nada.— dijo con seguridad, seguridad que yo no tenía.

—Le desagrado Félix, el simple hecho de verme le arruina el día.— dije tragándome el nudo que se habia formado en la garganta por mencionar su nombre.

—No es cierto, él solo... No se acostumbra a ti.— dijo para tranquilizarme.

—Claro, es eso.— dije con sarcasmo.

—Ale, es imposible que le caigas mal a alguien eres increíble.— dijo, pude percibir la sincero en su voz.

—Gracias Fefi.— sonreí genuinamente.

Nos mantuvimos charlando de todo y nada un largo rato hasta que él tubo que cortar, al estar acostada en mi sofá me preguntaba porque no me enamoré de Félix en lugar de Pedri.

Pov. Pedri.

No podía parar de reír después de leer el artículo que el míster nos compartió acerca de Félix y una chica con la inicial A.

Todos sacaban conclusiones y Félix se mantuvo callado, yo sabía quién era la misteriosa chica así como también sabía que al pobre no le convenía que se supiera o los medios lo enterrarían vivo por lo fea que es la pobre.

—Pedri te estoy hablando.— dijo Lamine a mi lado, estamos en la barbería.

—Perdon estaba viendo un meme.— me limpie una lágrima falsa de mi mejilla.

—Quien crees que sea la misteriosa A?.— dijo después de verme como un bicho raro.

—Quien sabe, tal vez Félix no nos lo quiera decir porque es demasiado bella.— comencé a reír como nunca.

—La única chica con inicial A es la fisio, pero no puede ser.— dijo ignorandome.

—Tambien Ana, la amiga de Gavi puede ser.— no quiero tener una reacción que pueda lucir sospechosa.

—No, imposible, la tipa tiene novio.— dijo con la mano en la barbilla.

Seguimos opinando o bueno él continuo opinando mientras yo reía, Félix se lo busco él solito ahora debe afrontar que sepan que le gustan el doble de grandes que él.

Pov. Alejandra.

El tan inesperado Martes llegó y me dirijo a mi consultorio, Félix me dijo que no me preocupara que nadie me había mencionado en sus suposiciones, eso me tenía más relajada pero no tranquila.

Llegué al consultorio y Félix ya estaba ahí.

—Llegaste temprano.— dije al cerrar la puerta tras de mi.

—Si, necesitamos hablar... Cómo te sientes?.— dijo mirándome con... Pena?.

—Porque no lo estaría?— dije colocando mi mochila sobre la mesa.

—Por el artículo claro.—

—Al principio quería mudarme de planeta pero después hablé con mi hermana y me dijo que mientras nadie sepa que soy yo, está bien.— dije sentándome en mi silla.

—Mientras nadie sepa que eres tu?.— dijo sentándose en la silla restante.

—Si, así evitamos que me coman viva y tú evitas que se burlen de ti por tus "gustos".— dije haciendo comillas con mis dedos.

—Ale por favor, personalmente no me importa lo que piensen los demás.— dijo seguro.

—Lo se Fefi, pero a mí sí... Toda la vida a sido así para mí y ahora que me estoy aceptando no quiero que me hagan odiarme.— dije sin darme cuenta.

—Ale...— abrieron la puerta de golpe asustandonos a ambos.

—Perdon creí que no había nadie.— era la señora de limpieza.

—Tranquila, puede continuar nosotros saldremos ahora.— dije amablemente.

—Gracias, se me hizo tarde para limpiar y ayer no pude venir.— explicó la pobre ancianita.

—Entiendo no se preocupe, pase.— Félix y yo salimos del consultorio.

Salimos y nos dirigimos al capo de juego donde seguramente ya habían algunos jugadores.

—Yo llego hasta aquí.— dije cerca de la graba.

—Porque?.— dijo frunciendo el seño.

—Sospecharan si nos ven juntos, seguramente la tarea de este día para todos será descubrir quien es la misteriosa A.— expliqué tranquila.

Rio y se alejo lentamente, respire profundo y me mantuve al margen.

—Ahora mismo no sé si te gusto yo o Félix, pero igual es mejor que dejes de hacerte ilusiones erróneas.— dijo una voz asiendome saltar del susto.

Pedri me miraba con asco desde atrás.

Sin prejuicios - Pedri Gonzáles. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora