Capitulo 23- 🥼

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Pov. Pedri.

Viernes por la noche y estoy en un maldito avión directo a Madrid, mi confianza en este momento es impresionante, ojalá asi de confiado este cuando este frente a ella.

Eh escrito algunas cosas que quiero decirle, no creo que tenga oportunidad de leer el papel así que trataré de memorizar todo, el avión aterriza más pronto de lo que pensé y me es inevitable estar nervioso, bajo del avión y veo todo a mi al rededor, las personas rápidamente me reconocen pero me escabullo lo más que puedo porque no quiero que ella sepa que estoy aquí.









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Llegué al hotel en el que voy a hospedarme y rápidamente busco la dirección del edificio donde vive mi Ale, son las 10 de la noche asi que tendré que esperar hasta mañana para ir a buscarla, veo que el edificio no está muy lejos del hotel así que eso me hace sentir un poco mas tranquilo, me dispongo a descansar para mañana temprano ir hasta haya.










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Anoche no dormí realmente nada, pensaba en todas las posibilidades y es muy pero muy poco probable que ella me acepte tan fácil, la trate mal, me burle de su físico y la humillé en público, si ella me perdona seré afortunado.

Llego al edificio donde ellas viven, me detengo frente a este por un largo rato, ellas están en la habitación 102, trago grueso y comienzo a adentrarme al edificio, todos me miran puesto que traigo un ramo enorme de tulipanes, sus flores favoritas, me costó mucho conseguirlas por la epoca del año en que estamos pero lo logré.












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Subo al ascensor y comienzo a subir, una vez arriba sigo el pasillo hasta llegar a la puerta que tiene en números grandes y de color plateado 102, trago grueso nuevamente y doy tres toques a la puerta, silencio es lo único que hay, hasta que su hermana abre la puerta.

—Cuanto e- — se queda callada antes de completar la palabra.

Antes de que pudiera pronunciar palabra, cerro la puerta de un portazo, me lo merezco.

—¡Largo de aquí pedazo de imbécil!.— gritó desde el otro lado de la puerta.

—Necesito hablar con Ale.— dije cerca de la puerta.

—Eres un sinvergüenza, ella no tiene nada que hablar contigo... Y es Alejandra para ti!.— dijo, en un tono realmente molesto, la comprendo en realidad.

Dejo las flores en la puerta deseando que Ale las encuentre y lea la pequeña carta que dejé, no voy a rendirme, la quiero y pienso recuperarla, voy a recuperarla.









Pov. Ale.








Sin prejuicios - Pedri Gonzáles. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora