Capitulo 25. FINAL.

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Pov. Pedri.

Después de haberla visto aunque fuera un instante mi corazón se siente tranquilo, pude ver sus ojos nuevamente aunque sin aquel brillo característico en éstos, odio saber que la razón de sus ojos apagados soy yo.

Tengo que regresar pronto a Barcelona y estoy perdiendo la única oportunidad de recuperarla, no se que más hacer, lo único que puedo hacer es ir todos los días a su edificio esperando que con suerte pueda volver a verla y hablar con ella si la vida aún me quiere un poco.

...

Pov Ale.

Eh leído la carta un millón de veces, las lágrimas se amontonaron en mis ojos pero no salieron, la parte dónde dice que está enamorado de mi me tiene con el corazón acelerado e inquieto, se que no debo ceder tan fácil pero...

Puse la carta sobre la mesa y me acosté sobre mi cama, analizando sus palabras y tratando de descifrar su son sinceras, las ganas de correr a buscarlo no se quedan atrás pero tengo miedo de salir lastimada.

Sin darme cuenta son las 23:19, mañana tengo que trabajar y necesito mucha energía así que me dispongo a tratar de dormir.

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—Escuchaste lo que dije Alejandra?.— preguntó Lucas, el hijo del dueño del asilo.

—Disculpe no estaba prestando atención... Perdón, podría repetirlo.?— dije con vergüenza, últimamente eh estado muy distraída, más bien, después de leer la carta.

—Últimamente no estás prestando mucha atención y sabes que en este trabajo es fundamental.— dijo con seriedad, solo pude mirar el piso.

—Si Perdón, no volverá a pasar.— dije aún sin mirarlo.

—Mas te vale... Te decía que el sábado iremos a una excursión con algunos internos a la playa, necesitan despejarse, su psicólogo se los recomendó, tú irás conmigo.— dijo ojeando sus papeles.

—Sara irá?.— pregunté al escuchar que dijo "irás conmigo".

—No, solo seremos tú, yo y siete internos... Tienes algún problema con eso?.— preguntó mirándome con seriedad, es muy característico de él mirar con una seriedad espeluznante.

—No, solo preguntaba.— dije, no hay razón para estar nerviosa, él está comprometido y yo estoy fea.

—Bien... Sigue con tus labores.— dijo volviendo su vista a sus papeles.

Salí de la oficina y me fui directo a la fuente central, ahí solían estar los ancianos más platicadores y animados del asilo, ellos me despejarán seguro.


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Después de encontrarme con Pedri en la entrada del edificio o más bien verlo a lo lejos y escapar antes que me viera, eh estado llegando tarde, me paso toda la tarde y parte de la noche con Rosa y Gabriel, al estar con ellos me siento más tranquila.


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Viernes por la noche y Ruby me avisó que llegara hasta mañana por la noche, me siento tan sola que eh comido en exceso, eh leído la carta un par de veces más, me pregunto si Pedri realmente siente lo que escribió o solo quiere tranquilizar su conciencia.

Sin prejuicios - Pedri Gonzáles. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora