06: La presentación

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Andrew se encontraba sentado en el gran sillón de cuero en la sala de estar de su abuelo, Silver. La tensión en el aire era palpable mientras Terry lo observaba con ojos críticos, evaluando cada uno de sus movimientos.

—Entonces, Andrew, ¿cómo han sido tus avances con el pequeño LaRusso? —preguntó Terry, con un tono que mezclaba curiosidad y exigencia.

Andrew tragó saliva y forzó una sonrisa, intentando ocultar su nerviosismo.

—Todo va bien, abuelo. Ya me logré ganar su confianza. Y de hecho, Anthony me invitó a unirme a Miyagi-Do —respondió, manteniendo una fachada de confianza.

Terry asintió lentamente, con una sonrisa satisfecha que no alcanzó sus ojos.

—Excelente. Sigue así y recuerda, no puedes permitirte errores. Debes enorgullecerme —dijo, recalcando cada palabra con frialdad.

Andrew asintió, sintiendo un nudo en el estómago. Mientras salía de la sala de estar, su teléfono vibró. Era un mensaje de Anthony, comentándole que su padre estaba encantado de qué se unieran a su dojo, también se encargó de invitarlo a encontrarse cerca de Miyagi-Do para llegar juntos. Sin pensarlo dos veces, Andrew aceptó.

Ala mañana siguiente Andrew le indico a su abuelo dónde debería dejarlo para pasar desapercibido, Andrew llegó al punto de encuentro y vio a Anthony esperando, con una sonrisa amigable.

—¡Andrew! Vamos, te quiero presentar a alguien —dijo Anthony, tomándolo rápidamente de la mano, guiándolo rápidamente hacia la entrada del dojo.

Al llegar, Daniel LaRusso y su hija, Samantha, estaban allí para recibirlos. Daniel extendió una mano, con una sonrisa cálida.

—Encantado de conocerte, Andrew. Soy Daniel LaRusso. Anthony nos ha hablado mucho de ti —dijo.

Antes de que Andrew pudiera responder, Samantha intervino con una sonrisa traviesa.

—Oh yo té conozco. ¿Ese es el chico de las fotos en tu habitación cierto? —preguntó con falsa confusión, mirando a Anthony.

El rostro de Anthony se puso tan rojo que Andrew podría jurar que parecía que su alma había abandonado su cuerpo, y balbuceó una respuesta.

—¡No sé de qué hablas, Sam! —dijo, tratando de sonar despreocupado.

Andrew no pudo evitar reírse un poco, sintiendo que por un momento su nerviosismo se disipaba.

—Es un placer conocerlo, señor LaRusso. Gracias por dejarme unirme a Miyagi-Do —dijo Andrew, tratando de mantener la compostura.

—Llamame Daniel, por favor. Bienvenido a la familia Miyagi-Do. Vamos quiero presentarte a los demás —respondió Daniel, con una sonrisa amistosa.

Juntos, caminaron hacia el dojo, donde los otros miembros de Miyagi-Do y Eagle Fang ya estaban reunidos. Daniel se encargó de las presentaciones, y Andrew sintió una mezcla de emociones mientras conocía a sus nuevos compañeros de entrenamiento.

El sol comenzaba a descender en el horizonte, marcando el inicio de una nueva etapa en la misión de Andrew. Mientras observaba a sus nuevos compañeros, no podía evitar sentir una punzada de culpa. Pero decidió enfocarse en el presente, sabiendo que cada día en Miyagi-Do sería una prueba constante de su lealtad y habilidades.

El entrenamiento comenzaba, y Andrew estaba decidido a aprovechar cada momento. Aunque sus intenciones iniciales eran dudosas, poco a poco, comenzó a sentir una conexión genuina con el dojo y sus compañeros, sin saber qué impacto tendría esto en su futuro y en su relación con su abuelo.

{INFILTRED} - Anthony LaRussoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora