10: La Resaca Emocional

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La mañana después amaneció con un aire pesado en el dojo de Miyagi-Do. Andrew se despertó con una mezcla de emociones contradictorias. La noche anterior había sido mágica, pero ahora el sentimiento de culpa y la presión de su misión no lo dejaban en paz. Anthony, por otro lado, se sentía más cercano a Andrew. Después del beso, su mente no paraba de pensar en él. Después de todo, los consejos de Johnny no eran tan malos como él pensaba, aunque también notaba un comportamiento algo extraño en Andrew.

Mientras tanto, los demás miembros de Miyagi-Do y Eagle Fang se reunían en el patio para comenzar su entrenamiento matutino. Andrew y Anthony intercambiaban miradas significativas. Los otros miembros comenzaron a notar los cambios en la dinámica entre ellos. Hawk levantó una ceja, observando cómo Andrew parecía distraído y Anthony más protector.

— Hey, Andrew —dijo Hawk, acercándose—. ¿Todo bien? —

Andrew forzó una sonrisa y asintió. — Sí, solo estoy un poco cansado. —

Anthony, que estaba cerca, se unió a la conversación. — Sí, tuvimos una noche larga. ¿No es así, Andrew?.—

— Dios, Anthony, eso sonó muy mal — dijo Samantha, provocando la risa de todos en el lugar. —

— Oh no, no, no, yo no me refería a eso —sus mejillas se tornaron de un color carmesí. —

Andrew solo asintió de nuevo, pero su mente estaba en otra parte. No podía dejar de pensar en su misión y en cómo estaba arruinando su objetivo original.

El entrenamiento continuó, pero la tensión era palpable. Samantha, que siempre había tenido buen ojo para las emociones ajenas, también notó algo extraño. — Andrew, ¿te sientes bien? Pareces un poco... ausente. Si es por lo de hace un rato, lo lamento. Solo bromeaba con Anthony, no quería incomodarte. —

Andrew negó con la cabeza, intentando despejar sus pensamientos. — Estoy bien, Sam. Solo necesito concentrarme. —

Por la tarde, mientras el dojo se vaciaba y los estudiantes se iban a casa, Andrew recibió varias llamadas de Terry. Su corazón se hundió cuando vio el nombre en la pantalla. Sabía que esta no sería una llamada de cortesía.

Andrew salió al jardín trasero del dojo y contestó la llamada. La voz de Terry era fría y calculadora al otro lado de la línea.

— Hola, abuelo. —

— Andrew, necesito verte hoy en el dojo de Cobra Kai. —

— ¿Hoy? ¿Por qué? ¿Pasa algo? —

— Hay asuntos que tratar. Es importante que estés ahí. No puedo explicarlo por teléfono. —

— Dudando. — ¿Es algo serio? —

— Sí, y no puedo discutirlo aquí. Necesito que confíes en mí y vengas al dojo. Es crucial. —

— Suspirando. — Está bien, abuelo. Estaré ahí en un rato. —

—Bien. No te retrases. Nos vemos pronto. —

—Hasta luego. —

El sol comenzaba a ponerse, bañando el dojo de Miyagi-Do con una luz dorada mientras los estudiantes terminaban su entrenamiento. El sonido de las hojas de los árboles moviéndose con la brisa suave llenaba el aire, creando un ambiente tranquilo y relajado.

—¡Buen trabajo hoy, chicos! Recuerden practicar sus katas en casa. Nos vemos mañana. —

Los estudiantes comenzaron a recoger sus cosas y a dirigirse hacia sus casas. Andrew guardó su equipo rápidamente, sin prestar mucha atención a su alrededor. Anthony, que había estado observándolo durante todo el entrenamiento, se acercó a él.

{INFILTRED} - Anthony LaRussoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora