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- Te juro que te voy a matar hijo de puta - soltó Inosuke con una voz ronca.

Estaba completamente golpeado, en su rostro cubierto de sangre. Tenía moretones por varias partes del cuerpo y una de sus piernas fracturadas de un intento de patada hacia Douma.

Genya estaba casi en la misma condición que él, sangre salía de su nariz y boca y dos de sus dientes estaban en el suelo.

Zenitsu, él cual se había despertado hace poco, lloraba mientras Douma le golpeaba el abdomen pidiéndole que hiciera silencio.

- Ya basta por favor... - Susurré con lágrimas en los ojos - ¡Detente maldito animal!

Douma me miró con una sonrisa siniestra y se acercó lentamente a mí.

- Tanjiro me dijo que no te tocara... pero si le digo que intentaste recistirte - Me tomó del cabello con fuerza.

- ¡Déjala maldito infeliz! ¡haz lo que quieras con nosotros pero a ella no la toques! - Gritó Genya

- No te atrevas a ponerle un dedo en cima maldito cobarde - Dijo Inosuke

Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.

- Basta por favor... no digas más, están heridos... - Susurré

- Ahhh que divertido, quieren defenderla aunque no puedan siquiera mantenerse consciente - Comenzó a dar aplausos - Que divertido

Camino hacia Zenitsu, quién lejos de lo que era antes, ahora estaba completamente serio y en su rostro se reflejaba una mirada sombría.

- ¿Dijiste algo rubito? - Río y tomó del cabello a Zenitsu obligandolo a mirarle

- ¡Ya basta déjalo en paz! - Grite y de un momento a otro el pie de Douma impactó en mi rostro.

Seguido de eso me tomo del cabello obligandome a verle

- Nadie me dice que hacer - Golpeó mi rostro partiendo mi labio - Yo soy quién da las órdenes - me pateó en las costillas.

- Maldito infeliz ¡Déjala! - Douma lanzó una especie de abanico que tenía en la mano en dirección a Genya clavando una de las cuchillas que tenía éste en su hombro - Ahh..

- Les dije que nadie me dice que hacer - Volvió a darme una patada esta vez en los pies haciendo que mis pies fallaran, las cadenas de mis muñecas impidieron que me callera.

- Eres un maldito cobarde, ¿no te enseñaron que a las damas no se les lastima? - Susurró con voz sombria Zenitsu.

Douma se acercó a él y le miró - Perdón, ¿dijiste algo? - Dijo en un tono burlón ya que las cuerdas vocales de Zenitsu estaban tan débiles que no podía hablar bien.

- Que eres un maldito cobarde, tienes que atarnos para poder hacer algo.

Douma lo miró con una sonrisa que parecía la del mismimo demonio.

- Un ser repugnante como tu no puede decirme que hacer - tomó un tubo de metal que había en el suelo y fue a estrellarlo en la cabeza del rubio.

- ¡Detente! - Grité con todas mis fuerzas y justo a punto de tocar su cabellera rubia, Douma se detuvo.

- Parece que tenemos visita - Y seguido de eso, salió de la celda dejandonos sólo.

- ¿Genya? ¿Inosuke? ¿Están bien? - Genya estaba apunto de perder el conocimiento y Inosuke sólo tenia la cabeza agachada. - Esto es mi culpa... no debí traerlos...

《《¤~¤》》

Sanemi Pov's

- Vamonos, no hay tiempo - Tome mi Katana y subí a su auto en el asiento de piloto.

Ella subió a mi lado y inmediatamente puse el coche en marcha lo más rápido que pude.

- Debimos haber esperado a algunos hombres - Me dijo la pelinegra a mi lado

- No hay tiempo para eso, ya les llamé que fueran. Tengo que llegar lo más rápido que pueda. No me lo perdonaré si no lo hago. -

Una vez llegué al escondite me bajé del auto junto a Shinobu.

- La puerta está abierta - Dije serio

- Claramente es una trampa. - Se agachó junto a la puerta y vio un cordel transparente amarrado en la parte inferior - ¿lo ves? Esto debe ser una especie de alarma

- Presionala - Dije para seguido de eso pasar por la puerta sin importarme tocar el cordel.

Minutos después unos pasos corriendo se escucharon acercarse.

- Detrás - Le dije a Shinobu y está se dió vuelta chocando su katana contra una especie de cuchilla que tenía un abanico.

- Vaya... pero que hermosa mujer vino a visitarme

De la nada apareció junto a Shinobu y pasó su lengua por la mejilla de la chica, está rápido retrocedió de un salto.

- Sanemi, no va a dejar que yo me vaya, así que lo distraeré, tu ve por T/n y el resto - Me susurró la chica y yo asentí.

- ¿puedes con él?

- por supuesto

- No mueras - Le susurré y ambos corrimos hacía el enemigo.

El se cubrió del ataque de Shinobu y yo aproveché para escapar.

- ¿a donde vas? Yo soy tu oponente - Escuché a la chica antes de seguir corriendo por los pasillos en busca de mi amada y hermano.

No me hacía gracia la idea de no pelear. Pero en estas circunstancias necesitas que la bola blanca te ayude para poder llegar hasta tu objetivo.

- Tenchi... - Susurré al verla completamente golpeada sujetada a una cadena. - Genya... - Corrí dentro de la celda

- ¡Sanemi! Lágrimas de felicidad comenzaron a correr por los ojos de mi querido ángel - yo lo siento, debí haberte obedecido, tenías razón era una trampa y los puse en peligro a todos - Comenzó a llorar

- Shh tranquila, vine para ponerlos a salvo - Sonreí y de un golpe rompí las cadenas

La puse delicadamente en el suelo y imité la acción con todos.

- Maldito idiota, ¿como te dejaste hacer esto? - Susurré molesto mientras sacaba la cuchilla del hombro de Genya.

- Sanemi... no me siento bien... - Mire a T/n la cuál estaba palida y se tambaleaba - creo que me voy a desmayar... - Susurró para seguido de eso caer inconsciente

Rápido corrí y la cargue antes de que tocara el suelo - ¡no! ¡mierda! Despierta T/n ¡Despierta!

La tomé en brazos y me puse de pié, Inosuke y Zenitu tomaron a Genya.

- Rápido los refuerzos están por llegar, vamonos de aquí.

Corrí lo más rápido que pude dejando un poco atrás a los otros. Por favor T/n reciste.

Cuando llegué al salón dónde había dejado a Shinobu peleando antes, vi que 20 de mis hombres estaban aquí.

- Lo lamento pero ya no puedo jugar más - Miré en dirección a la entrada dónde estaba Douma, al rededor de su boca había sangre y en sus manos tenía un bulto.

- Que no escapé - corrí tras el pero entonces lo vi, en sus manos llevaba el cuerpo sin vida de Shinobu.

Él... la habia matado

- Lo siento jefe, es como si se hubiera esfumado.

《《¤~¤》》

- ¡la mató! - Grité con fuerza mientras tiraba al suelo uno de los jarrones - Procura que mi hijo esté bien ¡maldito infeliz! - Grité al aire

Tamayo salió de la habitación de T/n con una sonrisa - No se preocupe Shinazugawa, sus hijos estan bien

Síndrome de estocolmo //Sanemi Shinazugawa x Lectora\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora