10

124 15 9
                                    

- Takahashi T/n, ¿aceptas a Shinazugawa Sanemi como tu legítimo esposo? Para amarlo y respetarlo en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en la felicidad y tristeza ¿hasta que la muerte los separe?

- Acepto

- Shinazugawa Sanemi ¿aceptas a Takahashi T/n como tu legítima esposa? Para amarla y respetarla en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, en la felicidad y tristeza ¿hasta que la muerte los separe?

- Acepto

- Los anillos por favor

El pequeño Ichigo llegó acompañado de Kiiromaru con una pequeña almohada y en esta dos alianzas hermosas.

- Má, pareces una princesa - Dijo el pequeño cuando me vio y yo le tire un pequeño beso

Sanemi y yo tomamos los anillos y nos lo pusimos con delicadeza.

- Y por el poder que se me ha concedido, yo los declaro, marido y mujer. Puedes besar a la novia.

Y así, bajo los aplausos y gritos de todos, Sanemi y yo sellamos nuestro amor con un largo beso.

Después de la ceremonia, todos festejamos bailando, riendo, bebiendo con total alegría.

Las horas pasaron y todos comenzaron a irse. Mitsuri se ofreció a cuidar a Ichigo para que nosotros pudiéramos tener nuestra luna de miel.

Despues de que todos nos felicitaran por nuestro reciente compromiso, y hablaram un poco con Sanemi acerca del hecho que "revivió"

Todos nos despidieron mientras nos ibamos en el carro.

Una semana en París, allá vamos.

En cuánto llegamos al hotel Sanemi se lanzó a mi y comenzó a besarme, así arrancandome el corto vestido que llevaba puesto.

Yo también quité su ropa y nos lanzamos a la cama.

Comenzamos a besarnos mientras nuestras manos viajaban por los cuerpos de ambos.

Lo obligue a sentarse en el borde de la cama y me senté sobre él.

Sus manos encontraron mi trasero y comenzó a apretarlo, aún nos besabamos con desespero y hambre, como si llevaramos todo el día esperando por éste momento.

Bajé los bóxer de Sanemi haciendo que su miembro saliera de golpe, lo tomé con mi mano y comencé a masajearlo, viendo la reacción en su cara.

Me senté sobre el encajando su miembro entero en mí haciéndome soltar un gran gemido. Comencé a mover mis caderas con algo de velocidad.

Ambos gemiamos con fuerza, mis manos envueltas en su cuello tiraban de su cabello hacia atrás haciéndolo mirarme a los ojos.

Sus manos apretaban mi cintura dirigiendo mis movimientos.

Arañaba mi espalda, mordía mi clavícula. Yo gemía con fuerza su nombre lo que lo hacía gemir a él hasta que finalmente ambos llegamos al climax empapando las sabanas de fluidos.

Al otro día nos levantanos temprano y después de una sección de sexo matutino bajamos a desayunar.

- ¿Podemos ir a la torre? - supliqué con ojitos de cachorro

Él me miró con una sonrisa tierna lo que hizo que mi corazón se derritiera. No era normal ver al Shinazugawa demostrando estos tipos de actos, y menos en público, pero ver cómo me miraba me hacia recordar por qué me enamoré de él.

Para que después no vengan con esa estupidez del síndrome de estocolmo.

- Por supuesto que si, todo lo que mi ángel pida.

¿Lo ven? Es muy tiernoo

Hizo un pequeño puchero - Aww te amoo - Le di un beso en los labios.

- Y yo a ti, señora Shinazugawa.

Señora Shinazugawa, ese era un nombre muy grande ¿no?

Tener el apellido Shinazugawa en mi nombre no solo me daba ventajas como el poder y respeto, que ya me había ganado por mi misma, pero ahora tenía más, mucho más. Podría hacer lo que se me antojara ahora que nadie iba a tener voz ni voto de detenerme.

Pero también, me había ganado el doble de enemigo que tenía ya. Estaba mal ¿cierto? Exponer a mi hijo ante ese peligro.

¡Mi hijo ya nació en peligro! Él nació con el apellido Shinazugawa en él. Así que tenía que usar lo poderes que me daba este apellido para proteger con mi vida a mi pequeño. No dejaría que nadie le hiciera daño, porqué el que lo intentara si quiera, no iba a vivir para contarlo.

La semana se fué enseguida entre paseos romanticos y sexo.

Finalmente llegamos a la casa dónde nos encontramos a Genya quién se encargó de mantener todo en orden mientras no estabamos.

Aunque ya Sanemi había vuelto y yo no era la líder de todo, seguía con mi trabajo y mantenía mi puesto en la mansión, sólo que con Sanemi siendo mi jefe.

Genya seguía siendo mi mano derecha, sólo que ahora también ayudaba a Sanemi.

Nos informó de algunos trabajos que teníamos pendientes, algunos provedores que tenían productos nuevos para nosotros, nada importante.

- Vale, mañana me encargo de todo, ahora solo quiero hacer algo.

Llamé por teléfono a Mitsuri y le dije que estaba de vuelta, ella me dijo que traería a Ichigo.

Y despues de venir aconpañada de Iguro, pude ver otra vez a mi pequeño.

- Má te extrañé mucho - Me abrazó

- Y yo a ti mi pequeño

Mitsuri me contó que se habían portado bien, y al parecer se hicieron buenos amigos, aunque mi pequeño parecía tener un crush con ella, ya que no dejaba de mirarla sonrojado.

Me pareció muy tierna la escena.

Mitsuri, Iguro, Sanemi y yo nos quedamos un rato hablando hasta que decidieron irse, acoste a mi pequeño en su cuarto y fuí a la habitación que compartía con Sanemi.

- No sabes lo feliz que me hace que por fin seas la señora Shinazugawa - Susurró en mi oído dándome besos en el cuello.

Cerré los ojos difrutando de su toque

Comenzó a acariciar mis muslos hasta que sus dedos encontraron mi sexo y comenzó a jugar con el borde de mi ropa interior.

La hizo a un lado e introdujo uno de sus largos dedos haciéndome soltar un jadeo

- Mmm~

- ¿mm que T/n? ¿Te gusta? - Me preguntó con una voz ronca y metió otro de sus dedos en mi interior y comenzó a acelerar sus movimientos.

- ¡Si! - Casi grité debido al placer ejercido.

Mis piernas se puntiaban, escondía mi rostro en su cuello y encajaba mis uñas en una se sus manos, la que sujetaba mi cuello sin aplicar presión.

Sentía que estaba apunto de llegar al climax, lo tenía ahí mismo y...

- ¿Que?

- Buenas noches Tenchi - Beso mi frente y se acurrucó a mi lado

¿Era una broma? ¿En serio se iba a detener ahora?

Iba a levantarme en busca de placer propio pero me detuvo con una sonrisa juguetona

- Vamos a dormir

Síndrome de estocolmo //Sanemi Shinazugawa x Lectora\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora