Dos

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Se estaba arrepintiendo de su decisión, talves debió aceptar la propuesta de su esposo esa mañana. Sus materiales de arte eran muy pesados, incluso aunque los llevará recargados en un carrito. El lienzo le estorbaba y la mochila le pesaba como cien ladrillos. Le había costado subir y bajar sus pertenencias del autobús, cuando llegó a la universidad no fue mejor, todos iban de aquí a allá, chocando entre ellos, cada uno metido en su mundo agobiados por los exámenes, nadie quería reponerlos en navidad.

Era un menor de edad que resaltaba por su inteligencia, pero aún con todo eso, la verdad era que había sido un movimiento económico por parte de hermano mayor, un hombre que haría lo que sea por su hermano Doncel, aunque inicialmente su hermano le preguntó si quería saltarse algunos años para ir directo al grano, dado a que él consideraba que la secundaria y bachillerato eran un relleno innecesario que te centra cosas que en tu vida vas a volver a ver, pero Naruto es un ser correcto a lo que se negó, pero igual le valió pura verga a su hermano he hizo lo que quería, por lo que el rubio menor se preguntó para que mierda le pregunta, si va a hacer lo que sele pegue la puta gana, en fin. Talves no dijeron exactamente eso, pero así se resume más rápido.

Ya estando dentro cerca de su aula una chica pasa a lado suyo chocando sus hombros, por lo que como consecuencia su lienzo y mandil terminan en el suelo, se agacha para recogerlo, pero oye como la contraria ríe.

—No tienes que inclinarte ante mi, Fenómeno —el menor sabe de quién se trata, ya sele hacía raro no haberla visto antes. Es Ino Yamanaka, la hija de un empresario reconocido, su padre tiene las mejores florerías y restaurantes de alta gama en la ciudad.

—¿Por qué no te levantas?, ¿Tus gordas y patéticas piernas te lo impiden? —y junto a ella se encontraba su otro problema, Hinata Hyuga, está era la hija heredera de las incorporaciones Hyuga, una empresa petrolera. Aún no sabía el por qué tanto odio a su persona. Con Ino compartía la clase de inglés, y con Hinata asistía a su clase principal y la carrera que estaba estudiando, Arte—. Esa falda se ve muy corta, ¿Cierto, Ino?

—Ya sabes lo zorras que son los fenómenos esos hoy en día. No puedo creer que tengo el mismo uniforme que ese ser. Es una aberración.

—Talves es así como entró aquí, las empresas Namikaze apenas están a la altura de los Hyuga, no puedo creer que su corbata sea roja. Esta es una escula privada de élite. No cualquiera debería estar aquí.

—Estoy de acuerdo contigo —esa voz le pertenecía a alguien más y no eran esas chicas. La bonita y contorneado figura de un Doncel pelirrojo hizó presencia en la escena —. Gente como ustedes no debería estar aquí, considerando que el rojo es contable. Ustedes tiene dinero, pero clase les falta. No pueden ver algo más hermoso que ustedes porque se sienten mal, no eso... ¿Absurdo?

—Gaara. —Naruto lo reconoció, su mejor amigo había venido a su rescate. Como siempre. Era un Doncel al igual que el, pero su piel era de porcelana y sus ojos de en verde agua muy hermoso. Su corta melena le hacía verse angelical. Su amigo portaba una corbata roja, como dijo Hinata, no era un instituto normal, allí eran demasiado clasista y capitalistas, se diferenciaban por su nivel económico, alta baja usaba una corbata negra, alta media de color azul marino y por último la clase alta alta con un tono rojo escarlata, la mayoría de ahí usaba corbata de azul marino, sólo eran diez los que usaban corbata roja. Hinata, Ino, Kiba, Gaara junto a sus hermanos Temari y Kankuro, después estaba su otro mejor amigo, Sai, seguido de Neji, primo de Hinata, después está Ten ten y él. Pero quienes estaban en la cima eran Hinata y Gaara.

—¡Naruto!, Levántate, ¿Estás bien? —y ahí estaba su segundo mejor amigo. Le ayudó a incorporarse mientras cargaba los lienzos y el carrito de pinturas. Naruto no lo sabía pero, Sai estaba enamorado de él, por eso Ino lo odiaba, ella estaba interesado en el, no podía soportar que había sido ignorada por un Doncel  con el que compartía características, rubios de ojos azules y de familias adineradas, eso era humillante. Gaara sabía del amor de Sai por el menor, incluso conocían de la existencia de Sasuke como esposo de Naruto, pues este mismo se los había dicho, y aún así Sai estaba decidido a conquistarlo, pero Naruto no captaba las intenciones que tenía por lo que terminaba pensado que era sólo amabilidad por su gran amistad —. Tu falda se rompió de un lado, Naruto.

Ese Doncel es Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora