Ese Doncel es Mío

Diez

Su corazón estaba más acelerado que la velocidad en la que conducía. No le importaba si cometía alguna infracción por sus actos, todo lo que deseaba era llegar a casa de su pequeño hermano. Hace más de tres meses que se había tenido que ir por cuestiones de trabajo, dejó a su hermanito en Japón donde estaba casado con un "empresario" multimillonario reconocido, al principio no quería que su hermano se casara con ese tipo, era mucho mayor que él, pero tras la insistencia de los Uchiha y la aceptación de su hermano no le quedó más que aceptar. No obstante ese tipo llamado Sasuke no trataba bien a su hermanito, este le solía contar lo que pasaba en casa cuando estaba solo, que era siempre, todo un año estuvo así, hasta que salió de viaje por su trabajo y cortó su conexión diaria. Ahora tenía un asunto que debía arreglar en persona, aunque la verdad es algo que no podía arreglar. Había recibido una llamada de su hermano diciendo que quería divorciarse del cretino Uchiha y el está más que a su favor, sin embargo hace tres días le volvió a llamar mencionando que lo necesitaba, quería verlo para comentarle algo más grande, algo que talvez cambie todo.

Y ahí estaba el conduciendo a toda velocidad por la carretera entre millones de árboles florecidos en un hermoso clima templado, su hermano vivía a las afueras de la ciudad, no tan lejos, pero lo suficiente para alejarse de la sociedad.

En unos minutos más estaba aparcado en la entrada a la casa en la que su pequeño Doncel vive. Era una casa que mezclaba el estilo tradicional y moderno de la vida, era un terreno amplio con un estanque de peces con aguas cristalinas, había una alberca y un frondoso árbol que dejaba caer sus hojas en el suave césped, a su derecha estaba el garaje y en medio se encontraba el camino a las escaleras de la entrada que eran adornadas por flores colgantes y piedras que te guiaban. Era un sitio hermoso, pero por el clima que amenazaba con llorar, parecía que estaba en una película de terror, tocó el timbre de la entrada y espero pacientemente a que alguien contestara, al instante respondieron.

—¿Diga? —ahí estaba, esa dulce voz que ya ansiaba escuchar.

—¡Hola bonito!, Tu hermano mayor está aquí —pudo oír el entrecortado de su respiración de la sorpresa que le causaba, dirigió su mirada a la entrada de la casa, vió a su hermano abrir y correr a él con desespero, quitó el seguro de la puerta principal y no dudó en aventarse a los brazos de su hermano mayor.

—Vi-viniste...

—Me llamaste.

Apretó a su pequeño hermano en sus brazos y por alguna extraña razón sintió su estómago más grande, talvez había estado comiendo chucherías porque se sentía solo. No otra vez.

—Bonito... No llores, estoy aquí para ti.

—¡Hermanito! Te extrañé mucho.

—Venga. No llores más, no frente a mi, un charco de agua nunca podrá abrazarme.

—Bobo...

Dentro del "hogar" se encontraba el Doncel con un nerviosismo visible, dicirle a tu hermano que ha no quieres separarse de su esposo y que encima, está embarazado, no es sencillo, no después de que le llamarás pidiéndole que planificara el divorcio.

—Hermano... Esto es muy repentino de mi parte, sucede que, bueno la verdad, las cosas an cambiado desde nuestra última llamada, veráz... Yo... Yo he decidido quedarme con él.

—¿Estás seguro? —le cuestionó. Podía ser que aquel tipo le halla obligado a quedarse. Uno nunca sabe que pasa por la mente de los demás —. ¿Él te a mandado a decirme esto?

—E-en.. ¡En lo absoluto!, Perdón, quiero decir no. No. En definitiva. Jaja.

—Ahh... Entiendo que te guste, pero si las cosas no mejoran sera mejor que te alejes de él. Un hombre jamás permitiría que las mujeres... O Donceles más importantes en su vida luzcan como pan con mojo —El rubio menor sintió pánico al no saber cómo decirle a su hermano mayor lo que estaba pasando, en especial el hecho de que pequeños seres se desarrollaban en su vientre—. Ese tipo no te ha tratado como mereces ni una sola vez. ¿Por que-