Seis.

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Era jueves por la tarde, en su mesa posaban botellas de vino y whisky. En su boca se hallaba un cigarro recién empezado. Papeles estaban regados por doquier.

—Esta mierda no es suficiente. Necesito algo más.

Eres jodidamente millonario, contrata a alguien —Karin siempre probando su suerte. ¿Se creía inmortal o qué? —. ¿Cuánto tiempo llevas?

—Una puta semana, pero considerando que lo hago cinco veces al día. Parece años.

—Dejen sus cochinadas para después, Sasuke, no te has olvidado de lo de mañana, ¿Verdad? —interrogó Shikamaru.

—No lo he hecho, a por cierto, Naruto también irá, ya ha salido de vacaciones, por lo que debe de asistir, Itachi me mataría si no lo llevo, él sabe muchas cosas.

—Eres un desconsiderado, no te sabes ni el periodo escolar de tu pareja. Cretino de mierda. No, ni la mierda es tan horrible.

—Todo lo que tenga que ver con ese Doncel no me importa, eso es todo.

—Sasuke, deberías ser más amable con él, incluso por educación. Colega —Sugetsu casi siempre se limitaba a observar al igual que Shikamaru, pero honestamente quería mucho a Naruto, había trabajo para los padres del rubio, fue Minato quien lo salvó de morir, por eso le estaría eternamente agradecido.

—Eso lo dices porque él no está contigo. No sabes lo sofocante que es escucharlo decir: "buenos días, ¿Cómo amaneciste?", "Ten un buen día, esfuerzate y no olvides alimentarte", "¿Estás ocupado? En casa a ocurrido esto" "bienvenido a casa, gracias por tu duro trabajo" ¿Qué mierda le pasa he?

De cierto modo Suigetsu envidiaba a Sasuke, el tenía un secreto que se llevaría a la tumba, y eso era que le gustaba el menor, no obstante, era el hijo de la persona que lo salvó, ¿Cómo podía pagarle de ese modo? Por ello se lo guardo para sí.

—Buscas oro con linterna de diamantes. Sasuke, sólo se amable, se más humano por favor.

—No prometo nada —tomó una buena calada de su cigarro y lo dejó salir segundos después, no quería estar más frustrado.

—Tengo el presentimiento de que lo vas a lastimar de manera brutal. Tanto que quizás el río de su ser... Sequé.

Karin entendió inmediatamente, no era secreto para nadie el hecho de que Naruto siempre salía lastimado por el azabache. Este tan seco como siempre le daba igual, no era su problema.

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Ya estaba en casa, tarde pero llegó, los trámites de papeleo se habían llevado gran parte de su tiempo en la oficina. Al entrar todo estaba silencioso y oscuro, se alumbró con la linterna de su celular. Subió las escaleras hasta su cuarto y entró, encendió el foco de la habitación y un bulto apareció en la cama del mayor, el cabello rubio sobresalía en la parte de las almohadas, le retiró la sábana, llevaba puesto una de sus playeras, estaba un una piernas aprisionado una almohada, se veía parte de su trasero, la ropa interior era blanca nuevamente.

—Pero que mierda. Tu no tienes cuarto ¿O qué? ¿Conoces la palabra privacidad? Apostaría lo que fuera a que no —sus palabras fueron lo suficiente para levantar al invasor.

—¡Lle-llegaste!, Creí que volverías hasta mañana —se había asustado por el repentino movimiento que con el pie hizo el azabache en el colchón.

—¿Que haces aquí? —preguntó, tan dulce como siempre.

—Y-yo... Me sentía solo. Esta semana te la has pasado mucho en el trabajo, es un milagro verte el pelo en casa... Así que pensé en dormir aquí...

Ese Doncel es Mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora