Escaping Tom's clutches

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Pov's Adriana

Ya habían pasado 3 meses desde la última vez que vi a Tom parado junto a la puerta de mi habitación. Después de eso hubo un pequeño escándalo por que un doctor no me quería dar de alta, y lo cual era normal por que en ese momento me encontraba gravemente herida gracias a el. En cuanto a mi, en la actualidad. Se podría decir que ya estaba mejor, no del todo, pero lo estaba. Ya no tenía esa incomoda mascarilla inhaladora, solo estaba canalizada. Ya se me permitía caminar por los pasillos del hospital he incluso salir al patio. Cuando lo hacía, era realmente reconfortante salir a tomar un poco de aire fresco , pero había un incómodo problema.

Los malditos perros guardianes que me había puesto Tom. Si, me refiero a los dos hombres que siempre me vigilanban y me protegían más que a su propia vida. Realmente me acompañaban a a donde fuera, incluso si iba al baño, ellos esperanban en la puerta.

Pero eso no es todo. No sabía nada de las chicas, ni si quiera una llamada de ellas o de Tom. Nadie me visitaba, lo cual me hacia sentir sola, vacía, era una sensación demasiado rara. Pero estaba cansada de eso. Así que estaba ideando un plan para escaparme del hospital y de la cuidad, para por fin reunirme con Leonardo y regresar a mi antigua vida.

Mi plan era sencillo y fácil. Tenía dos opciones. La primera es agravar mi  salud aproposito y que me trasladarán para otra cuidad, y la otra era: ir al baño y escabullirme por pequeñas ventanas que habían en estos. Obviamente iba a usar la segunda opción, en caso de que no funcione, pues no me quedaria más alternativa que usar la primera.

Mientras pensaba en como hacerlo y tratar de que nadie sospechara nada, estaba en mi camilla comiendo helado de chocolate, mientras miraba los grandes ventanasles. Estaba lista para iniciar con mi pequeña fuga. Tire el helado a la papelera qué estaba cerca de la camilla, me senté en esta y me puse mis pantuflas, camine a la puerta más segura que nunca. Pero lo que "segura" era un simple disfraz que ocultaba mi miedo a ser descubierta. Pero no le preste importancia. Al llegar a la puerta y abrirla lo primero de que vi fueron a los perros guardianes.

-Ash, ¿ustedes de nuevo?- dije con fastidio mientras rodee mis ojos con una actitud arrogante.

Seguí mi camino sin fe a que me respondieran. Pues Tom no les tenía permitido dirigirme la palabra. Así que parecía que estuviera hablando con la pared cada que les hablaba a ellos.

Muy pronto llegue al baño y me adentre en el. Me mire por un momento en el espejo y susurre para mi.

- Si puedes Adriana- dije mientras me miraba nerviosa al espejo, después de un momento, mire hacia la pared derecha, qué en está estaban las ventanas, me aproxime a ellas, y pegue un salto para poder alcanzarlas, lo cual fue difícil por que mi salud no estaba estable del todo, pero aún así no tenía planeado rendirme. Mientras más lo intentaba y me caía, más duro era el golpe, pero después de muchos intensos por fin me pude trepar en la ventana. Tomé algunos respiro y miré hacia abajo.

-Mierda... - dije asustada por la altura, estaba un poco alto, eran aproximadamente 10 metros de altura.

Me arme de valor y me resbale por la venta con mucho cuidado. Cuando caí en el patio del hospital el golpe fue demasiado duro, tanto que me desmaye por unos pocos minutos. Cuando recupere la conciencia, me levante lo más rápido que pude y me dirigí de nuevo al hospital, pues ya no había nadie que me vigilar, así que mi plan estaba saliendo como estaraba hasta el momento. me adentro en el hospital con "normalidad". Pero me dirigí a un pasillo de quirifajos y en una sala de estos, había un traje de mujer colgado. Mis ojos brillaron en cuanto vi el traje. No dude y entre a la habitación. Me puse el traje lo más rápido que pude y me tape mitad de la cara con un cubre bocas. Salí con normalidad, incluso algunos doctores me saludaban como su fuera compañera de ellos lo cual se me hizo un poco chistiso.

Cuando baje al último pasillo, para mi sorpresa y mi gran desgracia Tom estaba discutiendo con esos dos tipos a los que no llamaba perros guardianes.

-¡¿POR QUE DIABLOS LA DESCUIDARON?!, !¿SON IDIOTAS?!- escuche a Tom gritarles, se veía claramente furioso, pero trate de no mirar a su dirección y pase por el lado de ellos lo más percibida posible. Lo último que escuche de Tom fue.

-¡BUSQUENLAS HASTA DEBAJO DE LAS PIEDRAS SI ES POSIBLE! -

Mierda, estaba en ruinas si no me apresuraba, en cuanto cruce la puerta de salida, me sentí tan libre que se me formó una sonrisa de oreja a oreja. Rápidamente me apresure a un teléfono callejero. No tenía dinero así que le pedí una cuantas monedas a un señor viejo con el cabello lleno de canas, le pedí el pequeño favor de que si me podía regalar unas cuantas moneas, a lo cual el asintió sin mucha molestia.

Introduje las monedas y marque el número de Leonardo. El teléfono duró un buen rato timbrando, hasta el punto de creer que no contestaría. Pero para mi sorpresa lo hizo. Escuche una voz demasiado familiar del otro lado de la linea lo cual me emocionó.

-¿Con quien? - dijo Leonardo notablemente irritado he Intrigado.

- ¡PADRE!-dije conmovida apunto de sollozar.

-¡¿ADRIANA?! - dijo con gran asombro del otro lado de la linea.

-SIII - dije emocionada, pero pronto me di cuenta que el minuto se iba a acabar así que me apresure y le conté todo lo que estaba pasando y lo que me había sucedido.

-padre, antes que todo esto no es momento sentimental, me alegra oírte y quiero que sepas que estoy... No muy bien, estoy horriblemente mal-

-¿¡QUE?!, espera, ¿Adraina donde han estado? -

-Como te digo?... Un enemigo tuyo... Nos tiene secuestradas... -

SED DE VENGANZA: Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora