El viajero de otra dimensión: Equestria

Capítulo 9: Luna

La princesa luna estaba preocupada, sus ojos recorrieron con impaciencia las enormes puertas que daban al pasillo y del cual en breves momentos se encontraría de frente con el humano.

Su preocupación había comenzado incluso antes de que uno de sus guardias le informará que el rescate a Green había sido un éxito y se disponían a resguardarlo en el castillo de la alumna de Celestia, pero desde ese momento su preocupación no hizo más que aumentar. Inesperadamente en el interior de la princesa surgía una nueva emoción que no había sentido desde hace décadas, quizás no la había sentido hace siglos si no contamos todo el tiempo que ella estuvo cautiva en la luna.

Ella tenía miedo.

Este miedo a diferencia de su preocupación no había emergido por nuevas noticias, sino más bien por la ausencia de ellas ¿Qué tan mal debió salir todo para que ninguno de los ponies que mando se pronunciara? Le parecía curioso, pues Eclipse tenía una obsesión por la puntualidad casi a la par de Twilight, pero los minutos no tardaron en volverse horas y no había noticias de ella.

Todo comenzó cuando ella esperó en el mundo onírico a la hora en que habían acordado para que Eclipse por medio de sus sueños diera su informe del estado del secuestro del humano, para cuando ya había pasado una hora desde el supuesto encuentro, el remordimiento se la estaba comiendo viva. Luna sentía que en los últimos meses no había estado tomando las decisiones más correctas y allí, sola y angustiada en el mundo de sueños no pudo quitar de su cabeza como su contacto le había dicho que solo se quedara a la expectativa con el nuevo humano y no se precipitara, pero a Luna le preocupaba de sobremanera este factor no previsto. Se había precipitado y desobedeció sus instrucciones y ahora tendría que responder ante él. Pero peor aún, había expuesto de forma innecesaria a su alumna a un peligro desconocido.

Pasó toda esa noche buscándola desesperadamente, atenta a cualquier sueño de unicornio que pudiera aparecer y hubo un punto donde ella casi se había convencido de que la había perdido para siempre. Con este sentimiento lúgubre en su interior ella comenzó a revivir memorias haciendo uso de sus habilidades oníricas en el proceso.

En un primer recuerdo se vio a sí misma hablando con su hermana mientras ella la guiaba por los pasillos de una escuela. Celestia quería que, al igual que ella, buscara un o una unicornio prometedora y la guiase en el camino de ser una buena maga y pony, pero todos los estudiantes que integraban su escuela de magia para unicornios dotados no eran más que un montón de palurdos con egos inflados.

Al principio estaba furiosa de que su hermana hubiera bajado tanto sus estándares, su gran escuela, la que en su época solo era ocupada por los más talentosos unicornios ahora estaba repleta en su mayoría de alumnos que son en el mejor de los casos mediocres. "No es bajar los estándares Lulu, sino acercar el conocimiento a todos" eran las palabras que su hermana le había dicho ¡Que estupidez! Para eso están las escuelas ordinarias, lo único que había hecho su hermana es quitar cupos a alumnos que de verdad tenían el potencial de ser grandes hechiceros y supo que eso era verdad cuando conoció a Eclipse.

En su segundo recuerdo se vio a ella esta vez visitando las calles de la ciudad de Canterlot disfrazada como una unicornio corriente, hasta encontrar un local que siempre le había llamado la atención porque se jactaba de tener a la gran Pony multiusos, la cual era su principal atractivo. Está unicornio era capaz por medio de su magia de realizar todas las labores que van desde atender los pedidos y venderlos al mismo tiempo que los preparaba, también se encargaba de limpiar las mesas, los utensilios y hasta los baños, pero todos los ponies que había a su alrededor eran incapaces de entender la magnitud de lo que implica esta hazaña y lo reducían a una especie de espectáculo, un show de circo.

Luna incluso se sorprendió de que ella podía mantener conversaciones con toda esa carga mágica encima, de esta manera pudo conocer cada vez un poco más de su vida y algunas de las cosas que se enteró de estas charlas no fueron para nada de su agrado. Por ejemplo, ella desconocía la verdadera naturaleza de su cutie mark e incluso se veía sorprendida que ella mostrara tanto interés.