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                                                                                 Capítulo seis



Unos meses antes del atraco

Estábamos Andrés y yo acostados en mi cama, en mi cuarto. Con solo la sabana de la cama tapando nuestro cuerpo, hace un buen rato el había llegado a escondidas, como todas las noches en lo que llevamos en Toledo

Yo había escondido en mi cuarto una botella de tequila hace dos días, y pues la estábamos aprovechando

Te voy a hacer una pregunta - me propone, acortando el silencio

va   - acepto, quitándole la botella para darle un trago

- ¿Cuál es la historia detrás  de cierta pulsera que tienes en tus manos a menudo? incluso en clases 

Suspiro, me acomodo un poco para mirarlo mejor

Bueno, te quitare la duda... - hago una pausa para hacer suspenso - hace un año me había llegado la noticia de que mis papás estaban enfermos, yo estaba en Milán y apenas me entere me devolví a Argentina, a Buenos Aires. Tenían leucemia y lo habían descubierto unos meses antes, pero tenia riesgo de muerte alta, yo los cuide lo mas que pude, pero la cague. Me metieron a la cárcel por manejo de armas, estuve ahí cinco meses y mis papás como tenían plata, toda la plata la usaron para sacarme de ahí y "arreglar mi desastre" como ellos habían dicho, entonces dos meses después mueren, luego de eso mi familia me odia con todas sus fuerzas, lo único que pude tener de mi vieja es esa pulsera,  Pero como tenia que cagarla de nuevo, robe un diamante rosa puro que podría estar costando mas de 15 millones de euros

- Vaya, ¿Y por que Nagasaki? ¿Por que ese nombre?

lo mire con una ceja alzada

- Esas ya serian dos preguntas

- Si no quieres no respondas entonces

Rei burlona

- Por que antes de meterme en el crimen, lleve a mis papás a Nagasaki 

Lo dije en un tono serio, y por eso el rostro de él también se puso serio. Pero casi al instante esboze una sonrisa, contagiandolo

Seguimos así toda la noche, pasándonos la botella después de darle un trago, en compañía del otro

32 Horas de atraco - Sábado 18:00

Dando largas zancadas, Nos metemos dentro de la fabrica nuevamente. Moscú y Denver cargaban a Arturo mientras yo busco algo para recargar el cuerpo de hombre

en la mesa lo recostamos con ayuda de Rio y Helsinki también

tijeras, ya - pido con Tokio cerca mío, quien me las entrega casi al instante

Soy la que mejor pulso tengo, después esta Tokio, así que decido hacer esto yo

- Ahora, necesito alcohol 

Reviso la herida, Arturo se dirige a mi

- Necesito hablar con mi mujer, por favor

Veo la herida, esta fea. Y en este caso no creo pode hacer nada

Mierda - murmuro por lo bajo

Dicen que cuando estamos en las puertas de la muerte,  es cuando al fin somos capaces de de ver nuestra vida clara

Arturo Román, desangrándose en una mesa, esperaba eso. La caridad de la muerte, Averiguar de una vez, quien había sido el amor de su vida

Laura, la mujer con la que había compartido 14 años en santo matrimonio. o Mónica, su secretaria y amante, con la que había vuelto a sentir la juventud

NAGASAKI // la casa de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora