"Cómo el dulce sonido"

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Pero ahora se la verdad detrás de todo eso.

Estaba completamente en shock.

Tenía que hablar con once, no lo sé...algo....

—¿En qué piensas? —su voz me devolvió a dónde me encontraba en estos momentos.

En el bosque junto a ella.

—no...en...nada.

Decirle a max lo que había pasado mientras conocía a la castaña no era una opción del todo buena.

No hasta estar segura de lo que mi memoria empezaba a refrescar en mi mente. Fue como si lo hubiera bloqueado.

Como si no quisiera recordar eso....recordarla a ella, pero en si, después de steve, no me empeñe en querer recordar muchas cosas.

Los sonidos de mi alrededor comenzaron a ser mucho más agudos para mis oídos y el aire acariciando mis mejillas, el brillante sol sobre nuestras cabezas, la manera en la que la vida está vez sabía un poco diferente.

No podía decifrar si eso era a causa del nuevo recuerdo y la confusión que eso mismo me estaba incrustando en la piel o era simplemente porque max lo hacía ver todo de una manera distinta.

—oye.....estoy aquí —su mano se dirigió a la mía.

La mire, mi garganta se quedó sin palabras.

El tacto de las suaves llemas de sus dedos hacia que todo lo que nos rodeaba fuera eléctrico.

La mire buscando la respuesta perfecta.

No había respuesta perfecta.

Yo queria que ella supiera exactamente lo mismo.

El momento fue tan estúpido, tan tonto, que ninguna se dió cuenta de lo ridículo que nos debíamos de ver a simple vista.

Con los ojos conectados, en un silencio sepulcral, lo único que habitaba mi corazón y tenía un significado diferente esta vez; buscando algo que ninguna sabía que era exactamente.

Pero eso no importo en lo absoluto.

Mi mente gritaba lo que estaba apunto de ocurrir, repitiendo que no estaba bien hacerlo.

¿Pero que era lo que realmente estaba bien en este mundo de cabeza?

Mi cuerpo ignoró las "advertencias" en su totalidad, como si actuase por si solo.

Nuestros rostros se acercaron con el corazón en nuestros pechos rogando por fundirse el uno con el otro.

Por alguna razón anhelaba esto y sabía que a ella le pasaba igual, con sordas razones para admitir que estábamos seguras de hacerlo, para admitir que era lo queríamos muy en el fondo.

Contuve la respiración por segundos que resultaron ser miles de años para mi, sus pecas que se grababan en mí interior y sus ojos que no se cansaban de observarme, acariciando mi alma con su mirada.

Su vista exploró hasta dar con mis labios— eres.......cómo un dulce sonido entre las ramas de los árboles.

Once, la confusión, el azotamentes, todo desapareció, todo se esfumó como por arte de magia.

Mi mente estaba totalmente en blanco, o echa todo un caos, era una mezcla de ambas cosas.

Quien diría que este tipo de cercanía me drogaría de esta manera, no hacía falta consumir alguna sustancia o beber, porque su dulce aliento era lo suficiente embriagador como para mantenerme desorientada.

Para mantenerme a sus pies.

Robin no terminó de explicarme lo que era gustar de una chica; no me explicó lo tonta que te volvía, ni lo mucho que el estomago era capaz de sentir cuando sus labios estaban apunto de rozar los suyos.

Confusing heartbeatsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora