¿Dijiste págame? | GawinKrist

capítulo 4

Krist no podía creer como él podía tener mala y buena suerte, al mismo tiempo. el profesor armó equipos de tres al azar. quedó con Aou, lo cual lo hacía inmensamente feliz. pero, también quedó con Gawin.

lo cual no le gustaba del todo.

— quiero ir al baño. — habló Aou, cuando estaban trabajando los tres en el informe en una de las mesas de la biblioteca.

¿en qué momento su mejor amigo se convirtió en su hijo? si alguien preguntaba, diría que fue una adopción forzosa.

— ¿necesitas que te acompañe y te limpie? — Krist le habló con lentitud, porque quería que supiera que lo estaba molestando.

— solo estaba avisando, Krist. — Aou se puso de pie, mirándolo con los ojos entrecerrados. — se llama cortesía.

— que le vaya bien en el baño, señor cortés. — le sonrió.

— ¿por qué me tendría que ir bien en la corte? — Aou frunció el ceño.

— Aou, ve al baño. — reformuló Krist, con calma. — el informe no se terminará sin ti.

Aou no había dado ni cinco pasos lejos de ellos, cuando Gawin habló. — Krist, el otro día no me reí con malas intenciones. en serio, lo siento.

— ese día me puse un poco a la defensiva, creo que también te debo una disculpa. — admitió.

— fue un mal entendido, no te preocupes. yo quiero que nos llevemos bien, Krist. — contestó, sonando sincero. — tú me agradas mucho. te ves un buen amigo con Aou, y el otro chico que los acompaña en los recesos. — sonrió.

— el otro chico es Winny. — informó, escribiendo en el computador para avanzar con el trabajo. — podemos llevarnos bien, Gawin. es solo que, no veo escenarios en que seamos amigos. yo soy de sentarse en el pasto a conversar, y tú probablemente eres el tipo de persona que iría a un restaurante lujoso a hacerlo.

Gawin frunció el ceño. — sin ánimos de ofender, estás siendo prejuicioso.

Krist cayó en cuenta de que sí lo había sido.

— estoy de vuelta. — sonrió Aou, sentándose a su lado. — ¿en qué van?

— tengo exactamente las mismas palabras que cuando te fuiste. — Krist le devolvió el computador, agradeciendo su interrupción.

— no ladré cuando me fui. — rodó los ojos.

— a veces me pregunto cómo es que escuchas, Aou. — suspiró Krist. — y cómo sobreviviste todo este tiempo.

— ¿qué fue lo que me dijiste? — quiso saber, pero Gawin le enseñó un párrafo del libro. — eso serviría mucho en esto, gracias.

— de nada.

Gawin ayudó a Aou todo el tiempo, sin dirigirle la palabra más allá de lo estrictamente necesario. ahora comprendía a lo que se refería él al decir que algunas cosas, no se decían con malas intenciones.

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— hijo, te he sugerido desde el principio que seas directo con tus sentimientos. — su madre caminaba tomada de su brazo. — ese chico, Krist, debe saber que le gustas.

Gawin se sonrojó. — ojalá fuera tan fácil, mamá. no sé ni cómo hacerme su amigo. cometo error tras error, el otro día lo llamé prejuicioso.

— pues, ese joven lo fue. tú eres un chico de buenos sentimientos, hijo. él debería intentar conocerte, antes de formarse una opinión.

como si el destino quisiera reírse de él, Krist apareció en su campo visual, ¿debería disculparse por ignorarlo? quizás ni siquiera se dió cuenta de que lo estaba haciendo.

— hola, Gawin. — para su sorpresa, fue el más bajo quien lo saludó. — señora. — hizo reverencia ante su madre.

— Krist. — titubeó. — mamá, él es Krist, un compañero de la carrera. — lo presentó.

— el muchacho de quien me has hablado. — sonrió, haciendo que el más bajo se sonrojara. — un gusto, soy la madre de Gawin. — estiró su mano, siendo estrechada por Krist. — iré al pasillo de los tallarines, me buscas después de hablar con Krist, un gusto conocerte. — se despidió.

Gawin quería suplicarle que no se fuera, que se quedara con él mientras conversaban. pero ella se fue, junto con el carro de compras.

— el gusto fue mío. — murmuró Krist, mirándolo con cierta incomodidad. — quiero disculparme contigo, por el comentario que hice. tras meditarlo, me di cuenta que hablé sin conocerte. no sé qué tipo de persona eres.

— acepto tu disculpa. — sonrió Gawin, considerando que aquello era demasiado bueno para ser cierto. — ¿crees que podríamos conocernos para que sepas el tipo de persona que soy?

— oye, cara de rata. — la voz de Winny los hizo voltear a ambos. — Aou llegó con una bandeja, cuando yo estoy muy seguro de que su madre nos encargó lentejas.

— ¿cómo no voy a saber lo que necesita mi mamá? — Aou apareció, cruzándose de brazos. — la escuché claramente cuando dijo que quería dos kilos de. — su voz comenzó a silenciarse.

Winny palmeó su hombro. — ¿dos kilos de bandejas? — lo molestó. — te dije que eran lentejas.

— les pedí diez minutos. — suspiró el más bajo. — y ya están haciendo un desastre.

— ¿pediste unos minutos porque querías hablar conmigo? — preguntó Gawin, sin poder evitarlo.

— sí, en cuanto te vió quiso hablarte. — lo delató Winny. — vamos Aou, necesitamos lentejas.

Krist estaba sonrojado, enseñando su dedo medio al otro, que ya le daba la espalda.

— gracias por hablarme. — Gawin sentía que tenía una oportunidad. — entonces, sobre mi pregunta. — se quedó en silencio, esperando una respuesta.

— ¿las bandejas? — repitió Krist, parpadeando varias veces. —lo siento, cuando hablas de conocernos, ¿te refieres a que quieres que intentemos ser amigos?

— sí. — ese día se acababa de convertir en el mejor de su vida. — yo, soy el tipo de persona que se sentiría cómodo conversando sentado en el pasto, si así quisieras hablar conmigo.

— Krist, ¿me puedes explicar por qué Aou tiene anotado "ardilla" en su lista? — Winny volvió a aparecer, sosteniendo un papel entre sus manos.

— hablaremos en clases, Gawin. — se despidió el otro, caminando hacia Winny. — ¿soy el único que presta atención cuando hablan? su madre dijo mantequilla.

Gawin sentía que había dado un gran paso, pero sabía que seguía en el mismo lugar que siempre.

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