La atmósfera alrededor de la mesa de billar parecía estar cargada con una mezcla de expectación y nerviosismo. Todos los que estaban allí presentes eran conscientes de que lo que se avecinaba no sería simplemente un juego casual, sino una especie de tortura disfrazada de diversión. A pesar de eso, Jungkook se obligó a concentrarse en la idea de pasar un buen rato, al menos hasta donde le fuera posible.
Caminaron hacia el jardín, rodeados de miradas curiosas. Y es que... por favor, ¿Jeon Jungkook en el mismo espacio que el equipo de fútbol y, específicamente, junto a Jun-Hong, sin gritos ni intentos de asesinato? Era una escena que incluso él encontraba sorprendente.
-¿Cómo pensaban hacerlo más divertido? – Interrogó Jungkook una vez que llegaron a la mesa de billar y con su brazo casualmente apoyado sobre los hombros de Mingyu.
-¿Has oído hablar del Strip Pocker? – Respondió casualmente con un brillo travieso en los ojos.
La respuesta resonó en la mente de Jungkook como un golpe impactante que dejó un eco de incredulidad. Aunque mantuvo una máscara de calma en su expresión, en su interior, un huracán de pensamientos e insultos reprimidos amenazaba con desbordarse.
Joder, maldición. ¡Carajo!
-Sí, lo he oído.
-Pues las reglas serán las mismas, solo que cada vez que tu oponente inserte una bola, se deberá quitar una prenda.
La respuesta reverberó en él, desencadenando una mezcla incontrolable de frustración y enfado. Trató de mantener la compostura, pero cada palabra resonaba con un peso aplastante, haciendo que sus músculos se tensaran. Sin darse cuenta, su mano se aferró con fuerza al hombro de Mingyu, un gesto sutil e involuntario, pero evidente para Jun-Hong.
-¿Ya te arrepientes, cariño? – Dijo soltando con burla descarada, disfrutando del momento, y su sonrisa engreída se intensificó.
La mirada de muerte que Jungkook le lanzó podría haber derretido hasta el acero más resistente y fue acompañada por un tajante: "No" que brotó de sus labios con tanta irritación que pretendía sonar lo bastante decidido, aunque en realidad sí sentía un reguero de arrepentimiento cruzar su mente.
—Tú y yo, una partida, y veremos quién termina desnudo primero frente a todas estas personas – Propuso desafiante con una sonrisa cínica y desagradable.
Jungkook atento y enfrentando las miradas ajenas sobre ellos, junto a la estupefacción que mantenía boquiabierto a Mingyu, no dudó al responder con determinación:
—Acepto.
Por encima de cualquier consecuencia, estaba decidido a mantener su dignidad.
A pesar del suspiro de decepción evidente en Hoseok y de la risa de satisfacción de Jun-Hong, Jungkook se mantuvo firme en su postura: prefería morir antes que perder la integridad en esa absurda apuesta.
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El juego avanzaba de forma pareja. Jungkook agradecía en silencio la insistencia del señor Kim al haberle dejado su saco, acto que le otorgaba una ventaja crucial a la apuesta porque de lo contrario, estaría con menos prendas de ropa y, por ende, en una situación de mayor desventaja.
Hasta el momento, Jungkook se había despojado de sus zapatos, las medias, un collar, los aretes y, finalmente, el saco. ¿Lo que seguía? O bien podría quedar en juego su camiseta o sus pantalones, y se negaba rotundamente a que alguna de esas dos prendas abandonara su piel. La apuesta se intensificaba con cada movimiento en la mesa de pool.
Por otro lado, Jun-Hong llevaba solamente los pantalones y mostrando una seguridad casi insultante en su postura, una que exudaba un aire de confianza que resultaba ajeno.
En cualquier circunstancia, la desnudez parcial frente a un grupo de extraños sería incómoda para la mayoría, pero por supuesto que Jun-Hong no mostraba ningún inconveniente al estar sin camiseta frente a todos. Todo lo contrario, parecía disfrutarlo, como si se tratara de algún Dios griego en su propio mundo de fantasía.
La dicotomía entre ambos participantes era palpable. Mientras Jungkook se esforzaba por mantener cierta compostura, Jun-Hong flotaba en su seguridad, siendo consciente de su bien formado cuerpo atlético y llevando la desnudez como una coraza que reforzaba su ego. La partida no solo era una contienda de habilidades en el pool, sino también un enfrentamiento de exposiciones ante los ojos ajenos.
-¿Sabes? Debo confesar que la curiosidad me gana por conocer tu cuerpo.
-Solo golpea la maldita bola – Replico Jungkook apretando con ambas manos el palo de pool, anhelando con todas sus fuerzas que no sea él quien terminara desnudo frente a todos.
El contrario soltó una risa estridente y se posicionó para lanzar. El silencio se apoderó del lugar y el rostro Jun-Hong reflejaba una confianza que rozaba la arrogancia, como si estuviera seguro de la victoria inminente que lo aguardaba.
Con un golpe contundente, la bola blanca se puso en movimiento, impactando inicialmente la bola roja lisa en una trayectoria aparentemente perfecta hacia el hoyo deseado. El sonido chocante reverberó en el aire, y Jungkook juró que estaba sudando en lugares que nunca antes había creído posibles cuando el preludio de lo que parecía ser el fin del juego para él, se aproximó.
Maldición, no.
Pero en un giro inesperado, la bola en su camino chocó con otra, una interferencia imprevista que desvió su curso del objetivo final. Fue una sorpresa para todos, incluso para Jun-Hong, quien quedó estupefacto ante el resultado inesperado por perder el tiro.
Jungkook, a pesar de su intento por contenerse, soltó un chillido de emoción, y el contrincante parecía no creer lo que acababa de pasar. Estaba desconcertado y su expresión era una mezcla de incredulidad y consternación, lo decía todo. Mientras tanto, sus amigos del equipo no pudieron contener el estallido de sus fuertes carcajadas.
-Aunque nunca creí que te diría esto – Dijo Jungkook acercándose al cuerpo inmóvil del contrario –Debo pedirte que te quites los pantalones – Susurró a su lado lo suficientemente alto y audible para que todos los presentes escucharan. Jun-Hong se los quitó entre gruñidos y ceños fruncidos, visiblemente enfadado –Tengo otro tiro – Dijo con voz cantarina mientras meneaba el palo de pool entre sus manos –Puedes arriesgarte a enseñar tu pene ante todos – Señaló con su cabeza la parte inferior del contrario –O rendirte y aceptar la derrota.
-¿Y qué ganas con eso? – Se quejó cubriéndose la entrepierna con ambas manos.
-Déjame pensarlo y te lo diré – Espetó, Jungkook. Parte de él deseando tenerlo callado, comiendo en la palma de su mano y evitar que siga fastidiándole; y, en otra parte, queriendo creer que Jun-Hong hubiera hecho lo mismo por él.
-Que sea justo, Jeon.
-Pues creo que cualquier cosa sería más justa que enseñarle "tu vergüenza" a toda la universidad – Le guiñó un ojo y caminó lejos, colocándose nuevamente todas sus prendas.
El momento en que el saco del señor Kim envolvió su cuerpo fue como recibir un abrazo cálido en medio de la brisa nocturna y la sensación reconfortante lo hizo suspirar con alivio.
Jungkook rio ante la ironía de la situación. Recordar cómo el señor Kim le había ofrecido el saco para que no pasara frío en el jardín de Hoseok, le resultaba una situación cómica porque justo cuanto la tercera bola entró, se vio obligado a quitárselo y soportar el frío de la noche.
Por supuesto que el saco fue lo último que se quiso sacar y no solo por el confort adicional, sino que se trataba más por el dueño al que le pertenecía la prenda. Así que, aguantó retenerlo lo mejor que pudo, pero llegó un punto en el que no había más prendas que quitarse sin que su cuerpo quedara expuesto y no tuvo más opción que despojarse de el.
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El padre de mi mejor amigo. // -VKOOK-
Fanfiction"Un hombre. Un amigo. Una elección. Una traición." Hay personas que aseguran: "Las cosas prohibidas son tentadoras por lo que puede valer la pena el riesgo." Las tentaciones conllevan a pecados, pero qué delicia es deleitarse en el exquisito sabor d...